“Tengo mandato hasta el 24 de febrero, votado por unanimidad por los senadores, según expresa el articulo 1 y 2 del reglamento del Senado”, respondió Abdala ante la consulta de la Agencia Noticias Argentinas, sobre su deseo de continuar en el cargo que lo ubica dentro de la línea de sucesión presidencial, y que ocupa hace casi dos años.
Sobre el diálogo con la Casa Rosada por el tema en cuestión, Abdala reconoció que todavía no hubo contactos con el presidente Javier Milei, ni con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
“A mí nadie me preguntó nada. No hablamos nada de ese tema con el Gobierno”, sintetizó.
Márquez y Coto son valorados por los Milei y sus armadores, pero no terminan de convencer.
La neuquina cumple con una probation por una causa penal, a raíz de la emisión de títulos truchos terciarios en Neuquén, entre 1999 y 2004. Otras voces directamente ven inviable ese nombre, aunque sí admiten que sería una figura de peso en el nuevo esquema del bloque.
Lo mismo podría suceder con Coto, a quien apuntalan como uno de los mejores cuadros propios que tiene el oficialismo para mostrar proveniente del interior. Sin embargo, deja en blanco algunos casilleros de la checklist.
En este contexto, desde Balcarce 50 barajaban obviar la cruzada en el Senado para forzar la renuncia de Abdala en diciembre, y dejar que se le venza el mandato en febrero, ante varios frentes abiertos que tiene el oficialismo. La principal objeción sobre Abdala marcha por su vínculo con la desdibujada vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel.
Agenda irrelevante
Villarruel, con agenda irrelevante, logró crisparle el Senado a los Milei y a la flamante jefa del bloque libertario, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. El cuarteto es dinamita. Los tres integrantes del Poder Ejecutivo señalados tienen disputas abiertas con la “nacionalista-católica”.
Se recuerda por estas horas aquella tarde de noviembre de 2023 en la que Villarruel salió del Hotel Libertador, y ante la prensa, confesó que sólo “sería vicepresidenta”, al responder preguntas sobre el futuro del Ministerio de Seguridad y de Defensa, carteras que quedaron en manos de la ex fórmula de Juntos por el Cambio Bullrich-Luis Petri.
Un poco más reciente fue el cruce por el gendarme Nahuel Gallo, detenido en Venezuela por el dictador Nicolás Maduro. Villarruel se quejó por X y Bullrich salió con los tapones de punta, en una escena que no tardará en reproducirse en el recinto senatorial, en comisiones o pasillos del Palacio, en 2026.
Bullrich también tiene su historia con Abdala. La ministra le dio años atrás su bendición a Claudio Poggi para la Gobernación de San Luis, en una pelea descarnada en la que le intervino el PRO al actual senador.
Carambolas de la política
La titular de Seguridad apoyaba a Poggi en el acuerdo entre el ex presidente Mauricio Macri y Adolfo Rodríguez Saá, para destronar a Alberto Rodríguez Saá. En esa disputa, Abdala quedó relegado y recaló en las filas libertarias. Las carambolas de política nacional y la perseverancia llevaron a Abdala a un lugar que, probablemente, jamás había soñado: la línea de sucesión presidencial, ahora en jaque.
En este berenjenal, Villarruel se las ingenió en los últimos días para desperdigar una caja de “chaski boom” en el Senado: desató un escándalo sindical que escalaría hasta la Justicia. Echó a Mónica Nieto, quien se desempañaba como directora de Personal. Se trata de una estrecha colaboradora de Norberto Di Próspero, secretario general de la Asociación del Personal Legislativo (APL).
También la Vicepresidenta va contra la herencia de los despachos de los senadores, otra cruzada irrisoria que muestra el nivel de bajeza al que Karina Milei logró reducirla. La funcionaria hará pie en el Senado tras tocar de oído en esa arena conocida a la perfección por Eduardo “Lule” Menem.
En el olvido ya quedó Ezequiel Atauche, que ya le pasó el mando a Bullrich sin chistar. La nueva jefa del bloque reunió entre semana en la Casa Rosada a los senadores electos y pidió, entre otras cosas, una lista con las comisiones de interés de cada uno, según pudo reconstruir de ese encuentro la Agencia Noticias Argentinas.
Próxima sesión en el Senado
La próxima sesión en el Senado será por los cambios en la ley de decretos de necesidad y urgencia. La oposición avanzó el martes pasado con la firma del dictamen del proyecto que modifica la legislación de los DNU, con una sospechosa estrategia del interbloque peronista, que lidera José Mayans, que estampó su rúbrica en disidencia.
En la reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales, la senadora peronista Florencia López explicó que los integrantes de la comisión de su bancada firmaron en disidencia, con el objetivo de abrirle la puerta a la versión del proyecto que había aprobado la Cámara de Diputados.
La modificación que la Cámara baja aplicó a principios de octubre fue sobre el artículo 3, que establece que si el Congreso no aprueba el DNU en 90 días, pierde su vigencia.
A diferencia del Senado, donde la ley logró los dos tercios, en Diputados ese artículo alcanzó 127 votos y no logró capitalizar la mayoría absoluta. La estrategia es del propio Mayans, quien apostaría a llevarse algo antes del recambio legislativo, resaltaron.
Dejarlos sin efecto
Para reforzar el argumento, fuentes del kirchnerismo indicaron a la Agencia Noticias Argentinas que se conformarían sólo con el artículo que dispone que la oposición ya no necesitaría mayorías en ambas cámaras para derribar los decretos, por lo que bastaría con rechazarlos en una sola para dejarlos sin efecto.
Otros ven detrás un guiño de la ex presidenta Cristina Kirchner, para darle paso a una negociación con la Casa Rosada por los vacantes en la Justicia federal, la Corte Suprema y en la Procuración. La ex mandataria sabe que el único poder de fuego que le queda a nivel nacional, lo tiene en el Senado -ni siquiera los 28 le responden a ella- y el flamante ministro del Interior, y gran conocedor de las dinámicas pejotistas, Diego Santilli, intentará perforar.
(NA)