Hoy los cardenales celebraron la Santa Misa, y luego se trasladaron a la Capilla Sixtina, donde a las 9 recitaron las Laudes.
Las votaciones están programadas para las 10:30 (5:30 de Argentina), mediodía en Roma, 5:30 (12:30), y poco después de las 7:00 p.m. (las 14 en Argentina).
Aunque las fumatas sólo estarán al final de las sesiones de la mañana y de la tarde: la primera, a las 11:50 (6:50), fue una fumata negra.
Cada día, después de la segunda votación de la tarde, los electores rezarán las Vísperas.
La votación podrá tener lugar hasta cuatro veces al día, dos veces por la mañana y dos veces por la tarde. Y después de cada sesión (mañana y tarde), las papeletas se queman en la estufa, y el humo que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina señala el resultado: humo negro si no se ha alcanzado el quórum (que esta vez es de 89 votos), y humo blanco si la Iglesia ha elegido al nuevo sucesor del apóstol Pedro, el 267º Papa.
El manual electoral
El procedimiento de escrutinio para la elección del nuevo Papa -como se explica en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis- se desarrolla en tres fases, la primera de las cuales, que puede llamarse preescrutinio, comprende: la preparación y distribución de las papeletas por parte de los maestros de ceremonias -llamados mientras tanto al Aula junto con el Secretario del Colegio Cardenalicio y el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias-, quienes entregan al menos dos o tres a cada cardenal elector; el sorteo, entre todos los cardenales electores, de tres escrutadores, de tres personas encargadas de recoger los votos de los enfermos, llamados por brevedad Infirmarii (aunque para este Cónclave parece que todos los cardenales votarán en la Capilla Sixtina), y de tres revisores.
Este sorteo lo hace públicamente el último Cardenal Diácono, quien saca sucesivamente los nueve nombres de quienes deberán ejercer dichas funciones; Si en el sorteo de los escrutadores, de los enfermeros y de los revisores se extraen los nombres de los cardenales electores que, por enfermedad u otra causa, están impedidos para desempeñar estas funciones, se extraerán en su lugar los nombres de otros que no estén impedidos. Los tres primeros elegidos actuarán como Escrutadores, los tres segundos como Enfermeros, y los tres restantes como Revisores.
La papeleta electoral debe tener forma rectangular y llevar escrita en la mitad superior, posiblemente en letra de imprenta, la inscripción: Eligo in Summum Pontificem, mientras que la mitad inferior debe dejar espacio para el nombre del representante elegido; Por lo tanto, la tarjeta está hecha de tal manera, que se puede doblar en dos; el llenado de las papeletas deberá hacerse secretamente por cada cardenal elector, quien escribirá con claridad, con letra lo más irreconocible posible, el nombre de la persona que elige, evitando escribir más de un nombre, pues en ese caso el voto sería nulo, y doblando luego y volviendo a doblar la papeleta.
Durante la votación, los cardenales electores deben permanecer solos en la Capilla Sixtina, y por tanto, inmediatamente después de la distribución de las papeletas y antes de que los electores comiencen a escribir, el Secretario del Colegio Cardenalicio, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y los Maestros de Ceremonias, deben abandonar la sala.
Después de su salida, el último cardenal diácono cerrará la puerta, abriéndola y cerrándola cuantas veces sea necesario.
La segunda fase, denominada recuento propiamente dicho, incluye: colocar las papeletas en la urna correspondiente; mezclándolos y contándolos; el recuento de votos. Cada cardenal elector, por orden de precedencia, después de haber escrito y doblado la papeleta, manteniéndola levantada de modo que sea visible, la lleva al altar, cerca del cual se encuentran los Escrutadores, y sobre el cual hay un recipiente cubierto por una placa para recoger las papeletas.
El cardenal elector debe pronunciar en voz alta la siguiente fórmula de juramento: «Pongo por testigo a Cristo el Señor, que me juzgará, de que mi voto se da a quien, según Dios, creo que debe ser elegido». Luego coloca la tarjeta en el plato y la utiliza para insertarla en el recipiente. Hecho esto, se inclina ante el altar y regresa a su asiento.
Si alguno de los cardenales electores presentes en la Capilla no puede ir al altar por estar enfermo, se acerca a él el último de los escrutadores, y entrega la papeleta doblada al mismo escrutador, quien la lleva bien visible hasta el altar, y sin pronunciar el juramento, la coloca sobre la bandeja, y con ésta la introduce en el receptáculo.
Hay 133 cardenales votantes, el quórum es de 89 (dos tercios de los electores). El lunes, todos los funcionarios y el personal del Cónclave prestaron juramento de "absoluto secreto a perpetuidad" ante el Camarlengo Farrel: desde los maestros de ceremonias, pasando por los clérigos para las confesiones, hasta los médicos, enfermeras y ascensoristas. También prometieron abstenerse de utilizar cualquier dispositivo de “grabación, audición o visualización”. Pena: excomunión automática, latae sententiae.
El cónclave se inauguró oficialmente ayer. La jornada cardenalicia comenzó a las 10 en la Basílica de San Pedro, con la misa Pro eligendo Romano Pontifice. A las 16,30 los cardenales se reunieron, y luego se encerraron en la Capilla Sixtina, después del rito del Extra omnes (Todos fuera), "intimidados" por el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Mons. Diego Ravelli, al final del juramento del último de los cardenales electores: es la invitación a los que están fuera del Cónclave a abandonar la Capilla Sixtina, ya que la elección papal es secreta. Luego los votos.
Desde ayer ya todos tomaron posesión de sus habitaciones en Santa Marta. Luego, a las 16.15, en la Capilla Paulina, comenzará la procesión, presidida, como todo el Cónclave, por el cardenal Parolin, el más antiguo del grupo, ya Secretario de Estado. Los cardenales, vestidos con la túnica roja con la faja, el roquete, la muceta, la cruz pectoral con el cordón rojo y dorado, el anillo, el zucchetto y la birreta, cantarán, invocando la intercesión del Espíritu Santo, el «Veni, Creator Spiritus». Porque la elección del Pontífice está inspirada también por el Espíritu Santo.
Desde las 15.00 horas de ayer todos los sistemas de transmisión de teléfonos celulares están desactivados en todo el Vaticano hasta la elección del Papa. A los cardenales les serán "confiscados" sus teléfonos móviles, ordenadores y tablets. Todo contacto con el mundo exterior está prohibido.
La lista de cardenales, procedentes de 71 países, incluye 52 europeos, 37 estadounidenses (16 de EE.UU., 4 de América Central, 17 de América del Sur), 23 asiáticos, 17 africanos y 4 australianos. El cardenal más joven, Mykola Bychok, de 45 años, proviene de Australia (pero es ucraniano). Entre los más veteranos se encuentra el español Carlos Osoro Sierra, de 79 años. Por primera vez, el Cónclave cuenta con cardenales de 15 naciones nunca antes representadas por cardenales nacidos allí, desde Haití hasta Cabo Verde, desde Suecia hasta Sudán del Sur.
Los cardenales votarán dos veces por la mañana (inmediatamente después de Laudes) y dos veces por la tarde (a partir de las 16.00 horas). Sólo los cardenales menores de 80 años pueden entrar al Cónclave para votar, mientras que cualquier varón bautizado y célibe según el derecho canónico, es decir, que no esté casado, puede ser elegido Papa.
Cada día, después de la segunda votación por la tarde, los electores rezarán las Vísperas. Aquí está el vídeo resumen de las reglas del Cónclave.
(Con información de Wladimir Calvisi - Corriere de la sera)