El dólar paralelo ya le impone las reglas al mercado inmobiliario. Cada vez son más los propietarios que, al momento de vender un inmueble, deciden poner en el contrato que el comprador debe entregar dólares “cara grande”, porque temen que los “cara chica” dejen de circular.
Aunque se trata de un mito, aumenta la cantidad de gente que cree que los dólares emitidos antes de 1996 serán retirados en el mediano plazo, algo muy difícil de hacer, teniendo en cuenta que se trata de una divisa aceptada a nivel global.
La propia Reserva Federal -FED, el banco central de los Estados Unidos- se encargó de aclarar en varias oportunidades que todos los billetes emitidos desde 1914 hasta hoy tienen curso legal, y se siguen aceptando como moneda de pago.
Sin embargo, en algún momento ese mito se extendió en la Argentina, y derivó en una profecía autocumplida. Aunque los bancos entregan y aceptan cualquier billete, en el mercado paralelo son más demandados los “cara grande”, emitidos desde 1996. Por lo tanto, en las cuevas, esos billetes se pagan y se cobran más.
Dólar “cara grande”, una condición de venta
En un contrato de compraventa de Remax Titanium al que tuvo acceso TN, puede leerse: “Todas las obligaciones emergentes de la presente reserva y documentos conexos, serán canceladas en moneda dólar billete como condición especial.
Los billetes a ser entregados en la presente operación y en el pago de honorarios, serán aquellos emitidos a partir del año 1996, comúnmente llamados ‘Cara Grande’ (sic), en billetes de la mayor denominación, en buenas condiciones”.
Al respecto, Francisco D’Atri, corredor de esa inmobiliaria, explicó: “Una vez presentada la oferta al vendedor, éste tiene la posibilidad de incluir todos los elementos que considere necesarios para llevar a cabo la venta. Es así que, en el caso de recibir una oferta por pago en efectivo, muchos vendedores solicitan moneda estadounidense emitida a partir del 1996″.
“Esto se debe a que estos billetes cuentan con medidas de seguridad más avanzadas, como marca de agua, hologramas y características de impresión que facilitan la comprobación de la legalidad de la moneda recibida, para así evitar la circulación de billetes falsificados”, argumentó D’Atri, sin hacer referencia a las mejores perspectivas de venta en el mercado informal de los dólares “cara grande”.
A su turno, Gabriel Brodsky, CEO de Predial, reconoció que también añadieron una cláusula que indica que los billetes a entregar, deben ser “cara grande” y estar en buen estado.
“Creo que esto tiene que ver con el mercado informal, y pasa en varios países del mundo, no solamente en la Argentina, sino también en Chile, Brasil o Uruguay. Se dio esta tendencia de no aceptar el ‘cara chica’, aunque tienen validez”, admitió.
Según Brodsky, la decisión se tomó porque hay casos de operaciones simultáneas en las que alguien vende para luego comprar. “Si al vender acepta los billetes cara chica y después al comprar no se los toman, es un lío. Directamente, se corta por lo sano, y se pide que todos los billetes sean de los que todo el mundo acepta para que no haya inconvenientes”, explicó.
Una tendencia que pone en peligro las operaciones
En diálogo con TN, la presidente del Colegio Único de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires, Marta Liotto, aseguró que la tendencia de pedir billetes “cara grande” está en ascenso, propiciada por pedidos específicos de los vendedores. En cambio, afirmó que las inmobiliarias reciben cualquier billete como pago de los honorarios.
“Se ha instalado que quieren billetes ‘cara grande’. A veces se da un conflicto al momento de la escritura, porque el propietario no quiere los dólares ‘cara chica’. Si bien tratamos de explicarle a la gente que estos billetes son válidos, algunos igualmente los rechazan”, contó.
“Es una situación muy incómoda para nosotros, porque hay gente que tiene ahorros desde hace muchos años, y algún billete ‘cara chica’ puede aparecer. En algunas operaciones nos resulta difícil encontrar un punto intermedio”, cerró.
(Fuente: TN)