Eyheramonho (o “Iramón”, tal como pronunciaba su apellido) falleció en Santa Rosa el pasado sábado 9 de marzo, pero la noticia trascendió esta semana.
“Pecoso” fue un polifacético personaje de la ciudad al que, podría decirse, no le quedó casi nada por hacer en su existencia.
Fue un pertinaz y exitoso comerciante. Empezó como empleado, y luego fue socio de Óptica Crespo. Con los años, habría de abrir su propio negocio en el rubro, con el nombre de Óptica Oscar.
Antes había tenido algún tiempo “Amancay” –sobre calle Gil, frente a la plaza-- que fue una emblemática confitería santarroseña cuando transcurrían los últimos años de los ‘60 y primeros de los ‘70.
Gran deportista
Qué no hizo Oscar. Fue corredor de motos –el primer campeón de esos torneos que se organizaban por aquí con las Puma 50 cc--, formando equipo en escudería Bimot con Rulo Sabaidini. También se lo recuerda como ganador, en 1956, de la Doble Acha de Motociclismo, compitiendo en esa oportunidad con una moto de 100 cc, superando a Raúl Espinosa, que después de sufrir un inconveniente con su máquina a la altura del Bajo Giuliani, quedó como escolta de la prueba.
Se puede agregar que en esa misma época, Pecoso Eyheramonho se desempeñaba como jugador de fútbol de Atlético Santa Rosa, entidad de la que sería uno de sus más importantes dirigentes.
En el ámbito deportivo –actividad que lo apasionaba--, también supo destacarse en el golf; pero además le gustaba el turf, y supo tener caballos de carrera. Alguien que frecuentó mucho a Pecoso, recordó por estas horas que alguna vez le regaló un hermoso ejemplar a Ricardo Enrique Bochini, ídolo de Independiente, de quien era amigo.
Televisión por cable
En lo comercial, como quedó dicho, se transformó en exitoso empresario, y luego de muchos años de tener Óptica Oscar, fue integrante del primer directorio de Difusora SRL. Fue cuando se armó una de las primeras sociedades que comenzó con el servicio de televisión por cable en Santa Rosa.
Promotor de boxeo
El boxeo de la época dorada lo tuvo como gran protagonista, siendo el promotor de grandes programaciones, consiguiendo concretar grandes combates para los púgiles locales que brillaban en ese tiempo, como Miguel Campanino, Golepa Cabral, Walter Gómez, y tantos otros.
La amistad que había trabado con el reconocido promotor del Luna Park, Tito Lectoure, le abrió puertas, y Oscar supo aprovecharlo muy bien. Grandes festivales de boxeo tuvieron como escenario el gimnasio albo en calle Yrigoyen.
En los últimos tiempos su salud se fue deteriorando, y el sábado se produjo el desenlace que sume en la tristeza a los muchos amigos y conocidos que supo conseguir a lo largo de su vida.
(La Arena)