El monje benedictino Mamerto Menapace murió a sus 83 años en Junín, según confirmaron en su cuenta personal y la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).

Reconocido por escribir relatos bíblicos en tono gauchesco, fue un referente espiritual en la Argentina y América Latina. Falleció tras haber sido trasladado desde el Monasterio Santa María de Los Toldos, su casa durante más de 70 años, al hospital local.

Menapace nació en Malabrigo, Santa Fe, el 24 de enero de 1942. Ingresó a la vida religiosa a muy temprana edad. A sus diez años comenzó su trayecto en el mismo monasterio donde falleció. A partir de allí, desarrolló una larga carrera y escribió incontables libros apuntados a la juventud y que tenían un lenguaje cristiano sencillo.

“Con mucha tristeza despedimos a nuestro querido monje benedictino y escritor Mamerto Menapace, sacerdote, poeta y referente espiritual de la Argentina”, escribieron en su cuenta personal de Facebook.

Completó sus estudios en teología en el monasterio de Las Condes, Chile. Luego, fue abad del Monasterio Santa María de Los Toldos entre 1980 y 1992 y en 1995 lo eligieron como abad presidente de la Congregación Benedictina del Cono Sur, que incluye monasterios de la Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay.

Desde la comunidad religiosa lo conocieron no solo por su labor pastoral, sino también por su costado literario y educativo. Escribió más de 40 libros que mezclaban relatos bíblicos con un lenguaje simple y gauchesco, donde incluyó imágenes de la vida cotidiana. Sus mayores éxitos literarios fueron Un Dios rico de tiempo (1975), Madera verde (1978), Cuentos rodados (1983) y El paso y la espera (1992). Debido a su aporte en la literatura juvenil recibió el Premio Konex en 1994.

También hizo discos donde relataba sus historias, como De yerbas y otros cuentos (1985), Solidaridad (1985) y Cuentos del Reino (1994). También participaba de un programa de LT33 Radio 9 de Julio, donde predicaba el evangelio a través de los cuentos cristianos.

Este sábado es velado y sus restos sepultados en el Monasterio Santa María de Los Toldos, de acuerdo a lo que dicta la tradición benedictina.

La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) se despidió de Menapace a través de un comunicado: “La CEA agradece a Dios el testimonio y la vida del padre Mamerto Menapace OSB, monje benedictino del Monasterio Santa María de los Toldos. Su sabiduría espiritual, expresada a través de relatos y cuentos en los cuales compaginó la profundidad del Evangelio con las expresiones sencillas de nuestro pueblo, permitieron a muchos hermanos y hermanas a conocer y profundizar más la vida nueva que brota de la fe”.

También agradecieron “la herencia de la síntesis” de Menapace, “hecha primero vida antes que palabra”. “Rogamos al Señor y a Nuestra Madre de Luján que lo reciba en su paz y recompense el bien hecho a la vida espiritual de nuestro pueblo y de su familia religiosa a la que sirvió de diversas maneras”, concluyeron.

Menapace pasó sus últimos días en el monasterio, hasta que finalmente debieron trasladarlo al hospital local. Cinco días antes de su fallecimiento, Menapace había compartido un mensaje a los fieles a través de YouTube, que le habían hecho llegar su preocupación por la falta de aparición en Claves para una Mundo Mejor, el programa del que participaba en Canal 7.

“Después de no tan larga ausencia, pero una ausencia que sentí y que varios de ustedes le hicieron llegar a Tito, se juntaron varias cosas. Me apareció un muy fuerte problema de audición, el oído derecho lo tengo prácticamente anulado y el izquierdo ahí anda, con un aparatito. Y últimamente una afonía que me impide el rezo público con la comunidad”, detalló a los fieles. También dijo estar inmovilizado y que las piernas no le funcionaban bien. “Todo eso me aflige y me duele”, afirmó conmovido, al borde las lágrimas.

Menapace remarcó su fe y repasó su trayectoria justo antes de su muerte: “Para mí es un sacrificio. Pero bueno, el Señor te da y te saca. Creo que Dios me dio en la vida varias cualidades lindas y creo haberlas utilizado relativamente bien y mucho”.

“Se debe agradecer a Dios que te de las cosas y que te las saque. Les pido una oración sincera por mí y les prometo ofrecer esos sacrificios y dolores por todos. Espero seguir encontrándonos mañana a la mañana”, concluyó.