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  MARTES 20/08/2024
Murió Humberto “Bocha” Maschio, crack de Racing y del fútbol argentino
A los 91 años, falleció un referente de la mitad celeste y blanca de Avellaneda. Fue símbolo imprescindible de la historia del deporte nacional por excelencia.

Fue un grande. Uno de los imprescindibles en la historia del fútbol argentino. Auténtico ganador, símbolo de Racing, y hasta campeón como entrenador de Independiente, dejó su huella aquí, en nuestro medio y también en el mundo. Sobre todo, en Italia, en donde también será recordado por siempre. El Bocha Maschio, Humberto Maschio, murió este martes a los 91 años, víctima de una insuficiencia renal.

Dueño de una pegada exquisita y una enorme inteligencia táctica, al punto de que fue un adelantado a su época (fue delantero, fue volante) el Bocha deja un enorme legado. Sus últimas imágenes, siempre rodeado de afecto y nostalgia en el Cilindro, lo mostraron como siempre fue: envasado en una irresistible simpatía y con el corazón albiceleste hasta el último día de su vida.

Nació el 10 de febrero de 1933 en Avellaneda. Comenzó su carrera en Arsenal de Lavallol, y luego de destacarse en Quilmes, llegó a Racing en 1954; debutó de modo oficial ante Chacarita en mayo de ese mismo año. En su primera etapa en el club, se desempeñó como delantero, marcaba goles con cierta facilidad, y solía demostrar habilidad y una gran destreza.

En 1955 fue el goleador del equipo, con 18 tantos. Su extraordinaria performance lo llevó a la selección nacional; con la camiseta celeste y blanca, disputó los Panamericanos de México 1955, donde la Argentina alcanzó el título. Dos años después, integró una de las mejores delanteras de la historia de la selección, “Los Carasucias”, con Oreste Osmar Corbatta, Antonio Valentín Angelillo y Omar Sívori, otras glorias de nuestro medio, con quienes obtuvo el Sudamericano de 1957, al aplastar en la final a Brasil. Un Brasil que al año siguiente fue campeón mundial. Fue un contundente 3 a 0, con gritos del propio Maschio, Angelillo y Cruz.

Además, con seis conquistas, Bocha fue el goleador de aquel torneo. En total, en el seleccionado jugó 12 encuentros, en los que convirtió la misma cantidad de goles. Fue parte de una de las mejores delanteras de la Selección Argentina, y tiempo después, jugó un Mundial para Italia, en 1962.

Su vida futbolera se vistió de celeste y blanco, y además, de rojo fuego. Cruzó de vereda y también salió campeón. Logró todo como jugador en Racing (la inolvidable Academia que se consagró en el ámbito doméstico en 1966, y conquistó la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental un año después), siempre cerca de Avellaneda y sus desventuras. El equipo de José fue... “Era un equipo moderno. Muy veloz, fantástico por momentos. Cada jugador sabía su función en la cancha, y todos éramos importantes. Todos. Pizzuti fue un genio. Tuvo la inmensa virtud de ubicar a todos. Perfumo, que era 6, lo hizo 2. Basile, que era 5, lo puso de 6. Al Panadero (Rubén Díaz) lo movió al lateral izquierdo. Quique Wolf, que era 8, lo metió de 4. Rulli era delantero y lo convirtió en una rueda de auxilio”, recordó, tiempo atrás.

No sólo fue atacante: también fue un talentoso volante ofensivo. Vistió las camisetas de Quilmes y de cuatro clubes de Italia: Bologna, Atalanta, Inter y Fiorentina. Junto a Antonio Angelillo y a Enrique Omar Sívori, “Los Ángeles Carasucias” fueron vendidos a Italia a fines de la década de 1950. Como en ese entonces los futbolistas sólo podían jugar para las selecciones de los países a los que pertenecían sus clubes, Maschio vistió La Azzurra. Si se toma en cuenta toda su trayectoria profesional, participó en 425 encuentros con 149 goles y 6 campeonatos.

Se retiró en 1968. Al año siguiente se lanzó como entrenador y dirigió al seleccionado albiceleste, pero no le fue bien y renunció. Al poco tiempo tuvo el desafío de ser DT de Independiente, en donde consiguió la Copa Libertadores y la Interamericana en el año 1973. Y además, fue quien hizo debutar en la Copa Libertadores a Ricardo Enrique Bochini, máximo ídolo del Rojo. “Fue en 1973, en el estadio Centenario, y Maschio me puso en el tercer partido final contra Colo Colo: ganamos 2–1 en el alargue con gol de Giachello. Fue mi primer título, mi primera Copa…”, contó alguna vez Bochini.

Sin embargo, en más de una oportunidad se reconoció como fanático de Racing. “Es mi segundo hogar. Mi segunda esposa me dijo ‘vos querés más a Racing que a mí’, y yo le dije ‘no, te quiero igual’ en el sentido de mirá cuánto te amo y me quería matar... Es completamente distinto, pero yo lo amo a Racing”, manifestó.

En los últimos días, se encontraba internado en terapia intensiva, tras caerse en su domicilio y pasar 24 horas sin poder levantarse. El exdelantero mantenía una insuficiencia renal, y debió estar internado algunos días. Estuvo bajo los cuidados de la terapia intensiva; tenía comprometidos los riñones y el corazón. Producto de esa caída, sufrió un golpe detrás de la nuca y otros abajo de la boca. Así transcurrieron las últimas horas, con máximos cuidados por su frágil estado de salud y su edad avanzada.

Fue un persona que tuvo el corazón en Racing, y el reconocimiento de todo el ambiente del fútbol. El Bocha Maschio, una referencia en celeste y blanco que igual traspasó varias fronteras.

(La Nación)

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