La marcha que se realizó esta tarde en apoyo al reclamo de los jubilados y pensionados alrededores del Congreso, concluyó sin incidentes que revistan mayor gravedad, a diferencia de lo que ocurrió una semana atrás.
Como se hizo habitual todos los miércoles, distintos grupos de personas se movilizaron para exigir una recomposición de sus haberes, y en fuerte apoyo al reclamo de los jubilados.
Participaron en la marcha, organizaciones políticas, sociales, sindicales y piqueteros. También ciudadanos autoconvocados.
Si bien la movilización en apoyo a los jubilados se desarrolló en forma pacífica a lo largo de la jornada, pasadas las 19 horas un grupo reducido se reunió frente a una valla dispuesta en calle Rivadavia, una de las laterales del Congreso, donde increparon a infiltrados.
Aunque el clima fue de tranquilidad en la jornada, marcado por el fuerte operativo montado por el ministerio de Seguridad, sobre el final se produjeron algunas peleas entre personas por distintos motivos.
En la esquina de Rivadavia y Rodríguez Peña, un hombre forzó una valla y generó la reacción de otros manifestantes, que lo acusaron de querer generar violencia en forma adrede, para perjudicar el espíritu del reclamo. Allí se observaron imágenes de escaramuzas. Todo se dio sin intervención de la policía, y la secuencia no derivó en un desborde mayor.
Luego de una presencia notoria en todos los alrededores del Congreso, pasadas las 18.30 la calle Irigoyen comenzó a lucir despejada.
Sobre avenida Rivadavia permanecen dirigentes vinculados a partidos de Izquierda.
También caminaban por diferentes arterias ciudadanos autoconvocados, que habían concurrido a expresar su apoyo al reclamo del sector pasivo por el bajo nivel de los haberes.
Increparon a un influencer libertario
Los manifestantes identificaron como militante libertario a un joven que grababa videos cerca de las vallas que están ubicadas frente al Congreso. Tal vez por su atuendo o por el estilo para realizar entrevistas, las personas que expresaban apoyo a la marcha de jubilados en ese sector, interpretaron su presencia como una provocación.
El joven, con una cámara en mano, debió ser protegido primero por otros presentes en la manifestación, que buscaban evitar que se desaten hechos de violencia, y luego por la policía.
La escena se dio en la esquina de calle Irigoyen, casi Entre Ríos. Luego, el joven debió salir corriendo. Más allá de los insultos, la secuencia no derivó en incidentes que revistan mayor gravedad.