Los disidentes ya abandonaron Venezuela, tras 412 días privados de su libertad en la sede diplomática.
Los cinco refugiados en la Embajada de Argentina en Caracas abandonaron la sede diplomática, y pudieron así abandonar el país y recuperar su libertad, tras 412 días.
En medio de la incertidumbre y la confusión por lo ocurrido, el régimen quiso instalar que, en verdad, la liberación de los secuestrados fue acordada entre las partes. Según Noticias Argentinas, la salida del país se concretó en las últimas horas en un operativo reservado, que contó con participación de los gobiernos de Estados Unidos y de Italia.
“Los cinco se encuentran fuera de Venezuela y en completa seguridad, aunque no todos están en los mismos países”, aseguró el periodista David Placer en sus redes, quien calificó la maniobra como una “operación fuga”.
La noticia fue confirmada por el secretario de Estado de Donald Trump, Marco Rubio, quien, en sus redes sociales, celebró “el exitoso rescate de todos los rehenes retenidos por el régimen de Maduro”.
“Tras una precisa operación, todos los rehenes se encuentran ahora a salvo en territorio estadounidense”, afirmó Rubio.
El pasado 20 de marzo de 2024, Magalli Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos, ingresaron en la sede argentina en busca de refugio, a raíz de la persecución que Maduro mantenía en su contra, por colaborar con María Corina Machado y su equipo electoral.
Originalmente, el dirigente opositor Fernando Martínez Mottola también formaba parte del grupo, aunque abandonó el lugar el 19 de diciembre, y acabó falleciendo el 26 de febrero de este año.
Desde el primer día, los disidentes fueron víctimas de un constante asedio por parte del Palacio de Miraflores, de “todo tipo de atropellos físicos, mentales y emocionales”, y de la violación constante de sus derechos, incluido el Derecho Internacional, y especialmente, la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
Sin embargo, la situación empeoró en el último tiempo, cuando una serie de cruces entre el presidente Javier Milei y Maduro, obligó a la delegación argentina a abandonar el país, y a dejar el edificio en manos de Brasil, quien se encarga de la custodia hasta tanto Buenos Aires designe a otro Estado que Maduro considere “aceptable” para tales tareas.