Al margen del mensaje emocional y político que dejó la película (viverncias elocuentes de lo que significó la guerra de secesión entre el norte y el sur de Estados Unidos), rescato el título para utilizarlo como metáfora política en estos días agitados de la Argentina.

Agitados en lo político, en lo económico, en lo delictivo, y por supuesto en lo electoral. Porque resulta ineludible hablar del gran triunfo peronista del último domingo en la provincia de Buenos Aires.

Tremendo impacto, tremenda derrota de la banda que gobierna al país. Un soplo de aire fresco ante tanta amargura cotidiana de estos casi 2 años de mandato del payaso paranoico.

Es que ni Milei ni el poder real que lo instaló pueden creer que ya todo terminó. Un soplo y varios soplos más de este viento que los arrasó.

El golazo electoral

El domingo 7 el pueblo se hizo escuchar, y el peronismo logró un triunfo arrollador, demostrando a propios y extraños que siempre estuvo vivo. El último clavo para cerrar el cajón se dobló y no pudo entrar.

Semejante estupidez no sólo fracasó, sino que demuestra que el payaso ni siquiera reparó en aquella inútil bravuconada del impresentable Herminio Iglesias en el acto final del peronismo en 1983, con aquel famoso cajón que pretendía ser una cargada al radicalismo, y que a los pocos días terminó en una victoria contundente de Alfonsín sobre Luder.

Anécdotas al margen, el voto contra los malandras se justifica en las coimas de Karina, en el desprecio a los jubilados y discapacitados, en el Garrahan, en los despidos, en el afano de Caputo y Cia. con el dólar, en los Menem, en la Bullrich, en tanta mentira cotidiana.

A propósito, hay suspicacias de hace algunos años que trasladadas a la actualidad, se traducen en confirmaciones evidentes de la manía recaudatoria de los libertarios.

Las elecciones en La Pampa se desdoblaron, y en mayo de 2023 ganó Ziliotto, mientras que el mileísmo presentó únicamente candidatos a diputados provinciales, encabezando la nómina el ex peronista Raúl Aragonés, que obtuvo menos del 2 por ciento y no pudo acceder a la banca.

A los pocos días, Aragonés abandonó el partido y no se presentó en los comicios de octubre del mismo año, con Milei candidato a presidente, para aspirar a una diputación nacional.

Ocurrió que a él y algunos más que intentaron lo mismo, los habrían “tanteado” para exigirles una contribución de entre 10 mil y 20 mil dólares para poder participar.

Ahora que se destapó la olla, no resulta desatinado imaginar que aquellas suspicacias se transformaron en realidad.

Ahh…y ojo, si Spagnuolo es citado a indagatoria y se presenta como arrepentido, ahí si chau Milei y chau gobierno, que es lo que vaticina Morales Solá, tan afecto al golpismo y tan odiador del peronismo.

Por si las moscas, propone a Schiaretti o algún radical “bueno” para presidente futuro, vía asamblea legislativa, juicio político incluido, o lo que sea, antes que aparezca algún atisbo de regreso kirchnerista.

Ganó Kicillof claro, pero la gran armadora fue Cristina, que aún presa se encargó de comandar la campaña y unir al peronismo. El gobernador bonaerense se anota para las presidenciales del 2027 y está muy bien. Pero ojo con la influencia de los tres o cuatro de su círculo íntimo, que permanentemente le dan manija para pegar el salto y despegarse de Cristina.

Ocurre que ante la incontrastable realidad, el círculo rojo (es decir el poder real) va a optar por un peronismo que no incomode demasiado, y no por el kirchnerismo que los enfrenta y los desnuda como lo que son: insaciables en su avaricia, antiperonistas de toda la vida, odiadores del ascenso social, y si cabe, golpistas económicos, mediáticos y judiciales.

Por eso se empeñan en hablar de peronismo y kirchnerismo como cosas distintas, para que prenda en la opinión públic,a y para que muerdan el anzuelo los propios peronistas. Bastante han logrado con ese mensaje tergiversado, a punto tal, que estigmatizan a los adherentes a Cristina muchos de los dirigentes partidarios que creen que así se aseguran el camino al éxito.

Pero antes de aceptar a Axel, Magnetto y Cia. exploran otras alternativas, como por ejemplo, el mamarracho llamado Provincias Unidas. Ahí confluyen peronistas antiperonistas como Schiaretti y Llaryora, radicales antirradicales como Cornejo, de Mendoza; Valdez, de Corrientes; Sadir, de Jujuy; Zdero, de Chaco; Pullaro, de Santa Fe, y macristas mileístas como Torres, de Chubut; Frigerio, de Entre Ríos y Poggi, de San Luis.

Ya lo invitaron a Axel a sumarse, pero se supone que no aceptará el convite. La verdad es que resulta asqueante escuchar a estos gobernadores reprobar a Milei y ofreciéndose como salvadores de la patria, cuando cometieron el pecado original, firmando el oxidado Pacto de Mayo el 9 de Julio del año pasado, y le votaron todo al gobierno central, incluida la Ley Bases en detrimento de millones de Argentinos.

Ni qué decir del tucumano Jaldo y del catamarqueño Jalil, que ya ni lo conocen a Milei.

¿Y en La Pampa cómo andamos?

El terremoto eleccionario en Buenos Aires hace ruido en todo el país. y La Pampa, por cierto, no es ajena a esa realidad. Están impactados, obviamente, los candidatos de La Libertad Avanza que trenzaron con el extinto PRO, y ven peligrar el segundo puesto en las elecciones del 26 de octubre y descontado, como se advierte, un cómodo triunfo del peronismo.

Hay tres bancas en juego, y las dos primeras serán para Abelardo Ferrán y “Lichy” Marín. La restante -según el resultado electoral-, será para los libertarios o para el deshilachado partido radical.

Utilizando el sistema D’Hont, el mileísta Ravier y el presidente de la UCR, Guidugli, competirán entre sí, y buscarán obtener suficiente cantidad de votos para no quedar afuera del reparto. Suena descabellado, pero una paridad entre ambos, con reducido porcentaje de votos, podría otorgarle al sello Defendemos La Pampa, liderado por el PJ, los tres diputados nacionales.

El radicalismo hubiera querido llevar a Martín Berhongaray al frente de la boleta, pero éste se negó reiteradamente, para no rifar el capital político obtenido el 22 de mayo de 2023, cuando quedó segundo a cinco puntos de Sergio Ziliotto en las elecciones para gobernador: 47 a 42 por ciento. Se entiende su postura, porque un porcentaje bajísimo en octubre podría invalidarlo para 2027.

Los radicales ya empezaron con el paso cambiado. En vez de hacer un mea culpa por los disparates cometidos votando la Ley Bases, aliándose con el macrismo, adulando inclusive al payaso, salieron con los botines de punta contra el gobierno provincial, poniendo palos en la rueda permanentemente, haciendo rabiar a sus propios correligionarios intendentes. En fin, se olvidaron que para salir del infierno, primero hay que pasar por el purgatorio.

La reciente aprobación de la ley de licitación del área petrolera de Medanito en la Legislatura provincial, que contó con el apoyo de cuatro votos radicales, no hizo más que exponer públicamente la evidente fragmentación de la UCR pampeana. El presidente del bloque, “Poli” Altolaguirre, azuzado en su postura en contra de la ley por el propio Berhongaray, fue la figura visible de la derrota opositora.

Es que ambos no pueden disimular su histórica aversión a los gobiernos peronistas, y siguen peleados con Guidugli; y los intendentes partidarios, claramente en la vereda de enfrente. En criollo, eso se llama gorilismo.

El peronismo tiene su respaldo en la gestión de Ziliotto, reconocida inclusive a nivel nacional. Aún persisten las diferencias con Luciano Di Nápoli y Fernanda Alonso, ambos alineados con Carlos Verna, y para colmo cada día más antikirchneristas.

Este detalle hay que tomarlo muy en cuenta, porque no solamente los dos intendentes de las ciudades más importantes reniegan de Cristina, sino que conocidos dirigentes y funcionarios no advierten la marea de adherentes que la ex presidenta tiene entre los pampeanos.

Es seguro que ambos se sumarán a la campaña, porque ya piensan en 2027 y en sus aspiraciones personales. Además, hay que decir que Luciano ya viene trabajando con operadores de Kicillof para apoyarse mutuamente de aquí a 2 años.

Una última reflexión ajena a estos datos puntuales pero con notoria incidencia en nuestra vida democrática: aunque suene a utopía inalcanzable, ojalá algún día veamos presos a los jueces, fiscales, camaristas que persiguen sistemáticamente a Cristina con el aval de Macri y Clarín, y la complicidad de los crápulas de la Corte Suprema.

Cristina libre no es una utopía. Es una necesidad. Será Justicia.

(*Periodista)