Con la firma de los ediles Forte y Capellino, la UCR emitió un documento en el que consideró que el proyecto presentado por el Ejecutivo “no sólo carece de prioridades claras, sino que consolida un modelo de administración agotado, sin planificación estratégica, y cada vez más alejado de las necesidades reales de General Pico”.
Durante el tratamiento del presupuesto, la presidenta del bloque, Eugenia Forte, fue contundente al afirmar que “un presupuesto es una definición política, y que el oficialismo vuelve a demostrar cuáles son sus verdaderas prioridades: sostener la estructura del Estado antes que mejorar la calidad de vida de los vecinos. En ese sentido, sostuvo que el radicalismo no puede acompañar un proyecto que se presenta como austero, pero que en los hechos no ajusta donde debe, y termina trasladando el esfuerzo a la ciudadanía”.
Forte reconoció algunas partidas que el bloque considera necesarias, como las destinadas a las niñeces, al tránsito y a la prevención de la ludopatía en adolescentes, pero advirtió que “esos puntos positivos no alcanzan para disimular un presupuesto que repite viejos errores. El ajuste no se hace hacia adentro del Estado municipal, se hace sobre quienes pagan las tasas”, remarcó, y cuestionó “el incremento de la estructura de funcionarios en un contexto económico crítico”.
La concejala también apuntó contra decisiones de obra pública, que consideró desconectadas de la realidad cotidiana. Cuestionó con dureza presupuestar un nuevo tótem, al que definió como “un gasto innecesario y desproporcionado”, y señaló que esos recursos “podrían destinarse a infraestructura básica, mantenimiento urbano, o al acompañamiento de emprendedores y sectores productivos locales que hoy no encuentran respuestas en la gestión”.
Por su parte, el concejal Marcelo Capellino profundizó el cuestionamiento, al advertir que el presupuesto “deja al descubierto una gestión sin capacidad real de control ni modernización del Estado. Señaló que el Concejo Deliberante debe fiscalizar más de 58 mil millones de pesos con sistemas obsoletos, lo que no sólo dificulta el control del gasto, sino que debilita la transparencia y la eficiencia en el uso de los recursos públicos”.
Capellino puso el foco en uno de los datos más críticos del presupuesto: “los recursos propios del municipio no alcanzan ni siquiera para cubrir el gasto salarial. El esfuerzo de los vecinos pagando tasas cubre apenas el 70% del costo del personal”, señaló, y advirtió que esta situación refleja un Estado municipal sobredimensionado, dependiente de la coparticipación, y sin una estrategia clara para fortalecer su autonomía financiera”.
El concejal fue especialmente duro con “el régimen de coparticipación provincial y con la responsabilidad política del peronismo local, en sostener un esquema centralista que perjudica a General Pico”. Recordó que la ciudad es el principal polo industrial, productivo, tecnológico y universitario de La Pampa, pero recibe fondos que no guardan relación con su aporte real, mientras su índice de coparticipación continúa cayendo año tras año.
Ambos concejales coincidieron en que la gestión municipal “no muestra una visión de desarrollo a mediano y largo plazo”.
Capellino reclamó “aprovechar herramientas estratégicas como la Zona Franca, el aeropuerto de cargas y la ubicación geográfica de la ciudad para generar crecimiento genuino”, mientras que Forte advirtió que “la falta de prioridades y de planificación termina debilitando la autonomía municipal, y profundizando la dependencia de decisiones externas”.
Finalmente, el bloque radical ratificó su voto negativo, y dejó en claro que “el problema no es la falta de recursos, sino la forma en que se administran”. Desde la UCR aseguraron que continuarán ejerciendo una oposición firme, crítica y responsable, marcando las falencias de la gestión local, y disputando el sentido de un modelo de ciudad que, a su entender, hoy está lejos de las expectativas y necesidades de la comunidad de General Pico.