(*) Por Anahí Timo
En las personas con enfermedad celiaca, el gluten tiene un efecto nocivo sobre la pared intestinal, y desencadena una respuesta inmunitaria anormal que daña el revestimiento del intestino delgado.
Esta respuesta inmunitaria provoca una inflamación crónica del intestino, lo que conduce a la pérdida de las microvellosidades intestinales, que son pequeñas estructuras en forma de dedos que cubren el revestimiento del intestino, que permiten absorber los nutrientes de los alimentos. A medida que se reduce la capacidad del intestino delgado para absorber nutrientes, aparece malabsorción de nutrientes y deficiencias nutricionales.
La inflamación crónica del intestino causa síntomas gastrointestinales, como dolor abdominal, diarrea, náuseas y vómitos. A largo plazo, la inflamación crónica, puede aumentar el riesgo de complicaciones, asociadas a inflamación silenciosa crónica.
Los síntomas descriptos son diarrea, dolor abdominal, distensión, fatiga, anemia, pérdida de peso, retraso en el crecimiento y desarrollo en niños, y problemas de fertilidad en adultos, migrañas, irritabilidad, alteraciones neurológicas y depresión. En algunos casos, las personas con enfermedad celíaca no presentan síntomas, lo que hace que el diagnóstico sea más difícil.
Los síntomas de la enfermedad celíaca pueden variar en gravedad y presentarse en cualquier momento de la vida. Incluso, la presentación clínica puede demorarse hasta la etapa adulta.
La prevalencia de la enfermedad celíaca varía según la región geográfica y la población estudiada. En general, se estima que la prevalencia en la población general es del 1% al 2%. Sin embargo, en algunas poblaciones, como en los países nórdicos y mediterráneos, la prevalencia puede llegar hasta el 3% ó 4%.
Predisposición genética
Hay una predisposición genética a tener enfermedad celíaca. Se estima que alrededor del 10% de los familiares de primer grado de personas con enfermedad celíaca, también la padecen.
Además, existen ciertos genes que aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad. Es importante que las personas con antecedentes familiares de enfermedad celíaca se hagan pruebas de detección, ya que el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden prevenir complicaciones graves a largo plazo.
Se cree que la enfermedad celíaca está infradiagnosticada, lo que significa que muchas personas pueden tener la enfermedad sin saberlo. En los últimos años ha habido un aumento en el diagnóstico, posiblemente debido a una mayor conciencia y una mejor comprensión de la enfermedad.
Las personas con enfermedad celiaca también pueden tener una mayor predisposición genética a desarrollar otras enfermedades autoinmunitarias y viceversa.
Se ha demostrado que la enfermedad celíaca se asocia con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 1, tiroiditis autoinmunitaria, artritis reumatoide y enfermedad inflamatoria intestinal.
Enfermedades autoinmunitarias
Las enfermedades autoinmunitarias son afecciones en las que el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error las células y tejidos sanos del cuerpo. La investigación también ha sugerido que las personas con enfermedad celíaca pueden tener un mayor riesgo de desarrollar lupus eritematoso sistémico y esclerosis múltiple.
Dado que existe una gran cantidad de casos de enfermedad celíaca sin diagnóstico, se considera que la verdadera prevalencia de la enfermedad puede ser aún mayor de lo que se cree actualmente, y la tendencia va en aumento. La razón exacta de esta asociación aún no está clara, pero podría estar relacionada con factores genéticos y ambientales.
Sensibilidad al gluten
La sensibilidad al gluten no celíaca (SGNC) es una condición en la que las personas experimentan síntomas similares a los de la enfermedad celíaca o la alergia al trigo después de consumir alimentos que contienen gluten, pero no tienen la enfermedad celíaca ni alergia al trigo. Se cree que la sensibilidad al gluten no celíaca puede ser causada por una respuesta inmunitaria o una intolerancia no inmunológica al gluten, asociada a aumento de la permeabilidad intestinal.
La permeabilidad intestinal es la capacidad del intestino para permitir que las moléculas y sustancias pasen a través de su pared y entren en el torrente sanguíneo. Una permeabilidad intestinal adecuada es importante para la absorción de nutrientes y para prevenir el paso de sustancias nocivas al cuerpo.
El Dr. Alessio Fasano, gastroenterólogo italiano, fue uno de los primeros que estudió la relación entre permeabilidad intestinal aumentada con enfermedad celíaca y otras condiciones relacionadas con el gluten. En uno de los estudios más importantes, publicado en 2011 en la revista BMC Medicine, Fasano y sus colegas analizaron la permeabilidad intestinal en personas con enfermedad celíaca, sensibilidad al gluten no celíaca y controles sanos.
El estudio encontró que las personas con enfermedad celíaca y sensibilidad al gluten no celíaca tenían una permeabilidad intestinal significativamente mayor que los controles sanos. Además, los niveles de ciertas proteínas inflamatorias también fueron más altos en las personas con enfermedad celíaca y sensibilidad al gluten no celíaca.
Estos resultados sugieren que el gluten puede aumentar la permeabilidad intestinal en algunas personas, y tener un efecto inflamatorio en el intestino y a nivel sistémico, contribuyendo al desarrollo de la enfermedad celíaca y sensibilidad al gluten no celíaca y otras enfermedades sistémicas asociadas.
Los síntomas de la sensibilidad al gluten no celíaca pueden ser similares a los de la celiaquía: incluyen dolor abdominal, hinchazón, diarrea, estreñimiento, fatiga, dolores de cabeza, náuseas y erupciones cutáneas. Estos síntomas pueden aparecer después de consumir alimentos que contienen gluten y desaparecer después de seguir una dieta libre de gluten.
Diagnóstico de celiaquía
El diagnóstico de la celiaquía se realiza mediante una combinación de pruebas de sangre y biopsias intestinales. El tratamiento consiste en seguir una dieta libre de gluten, lo que implica evitar alimentos que contienen trigo, cebada y centeno, así como cualquier producto que pueda estar contaminado con gluten.
Hay varios estudios que se pueden realizar para estudiar la enfermedad celíaca. Aquí hay algunos ejemplos:
1. Biopsia intestinal: La biopsia intestinal es el estándar de oro para el diagnóstico de la enfermedad celíaca. Se realiza mediante la extracción de una pequeña muestra de tejido del intestino delgado para examinarla al microscopio, en busca de daño en las vellosidades intestinales.
2. Pruebas serológicas: Las pruebas serológicas miden los niveles de anticuerpos en la sangre que pueden indicar la presencia de la enfermedad celíaca. Las pruebas más comunes son las de anticuerpos antitransglutaminasa tisular (anti-tTG) y los anticuerpos antigliadina (AGA).
3. Pruebas genéticas: Las pruebas genéticas pueden identificar si una persona tiene los genes HLA-DQ2 y/o HLA-DQ8, que están asociados con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad celíaca. Sin embargo, tener estos genes no significa necesariamente que una persona desarrollará la enfermedad celíaca.
4. Prueba de provocación: La prueba de provocación implica el consumo controlado de gluten después de un período de tiempo en una dieta libre de gluten. Si los síntomas de la enfermedad celíaca regresan después de la exposición al gluten, puede confirmarse el diagnóstico de la enfermedad celíaca.
5. Estudios de permeabilidad intestinal: Los estudios de permeabilidad intestinal miden la capacidad del intestino para permitir que las moléculas y sustancias pasen a través de su pared y entren en el torrente sanguíneo. Los estudios pueden ayudar a identificar si la permeabilidad intestinal está alterada, lo que puede ser un indicador de la enfermedad celíaca.
En general, el diagnóstico de la enfermedad celíaca requiere una combinación de pruebas, incluyendo pruebas serológicas, pruebas genéticas y biopsias intestinales. Es importante trabajar con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso, y discutir opciones de tratamiento y manejo.
No existe una prueba específica para diagnosticar la sensibilidad al gluten no celíaca, y el diagnóstico se basa en la exclusión de la enfermedad celíaca y la alergia al trigo, y en la observación de la mejoría de los síntomas después de seguir una dieta libre de gluten.
El único tratamiento efectivo para la enfermedad celíaca es seguir una dieta sin gluten, evitando todos los alimentos y productos que contienen gluten.
Alimentos permitidos
Los alimentos permitidos incluyen frutas, verduras, carnes, pescados, huevos y granos sin gluten. También existen productos sin gluten específicos en el mercado. El seguimiento estricto de una dieta sin gluten puede permitir que el intestino sane, y previene complicaciones a largo plazo.
Es importante tener en cuenta que la celiaquía es una condición que puede tener consecuencias graves si no se trata adecuadamente. Además, la celiaquía no sólo afecta al sistema digestivo, sino que también puede tener un impacto en otros sistemas del organismo. Las personas con enfermedad celíaca deben someterse a revisiones regulares para detectar y tratar cualquier otra enfermedad autoinmunitaria que puedan desarrollar. También se ha demostrado que seguir una dieta sin gluten puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar otras enfermedades autoinmunitarias.
(*) Roxana Anahi Timo
Médica MN88956 - MP1543
Coach Ontológico