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  LUNES 27/02/2023
El síndrome del hermano del medio
Por Anahí Timo (*)

¿Existe el síndrome del hermano del medio? ¿Se podría definir como un síndrome realmente? En realidad, no. Pero sí podemos afirmar que el orden de nacimiento de cada hermano, puede influir y permitirnos reconocer características distintivas.

En las antiguas culturas, el orden de nacimiento e incluso el sexo de cada hijo, determinaba ciertos mandatos o destino, que ya estaba establecido culturalmente. Afortunadamente, en la actualidad algunas tradiciones ya no persisten en muchas culturas, particularmente en occidente. Pero otras sí: no olvidemos el rol que pesa sobre el hijo primogénito en las casas reales, como futuro heredero de la corona.

El nacimiento de cada hijo está en relación a un momento histórico, circunstancias particulares de la pareja y diferencias en torno a la experiencia, empoderamiento y situación socioeconómica de la familia. Todos estos factores terminan configurando un momento particular que acompaña al nacimiento de cada hijo, que determinará el tipo de vínculo que establecemos con ellos.

¿Puede el orden de nacimiento de los hijos tener alguna injerencia en su personalidad?

¡Por supuesto! Si bien no es el único factor condicionante, el orden de nacimiento de los hijos no es un aspecto menor a la hora de moldear su personalidad y rol dentro del clan familiar. Este es un aspecto que, como ya citamos, está presente en las tradiciones de muchas culturas milenarias.

¿Hay un rol definido de antemano para cada hermano? ¿Cómo influye cada uno en la dinámica familiar?

Hay roles bien definidos dentro del clan familiar. Desde el abordaje de las constelaciones familiares, el orden y la armonía del conjunto, dependen en gran medida del respeto a la jerarquía y los roles que cada uno representa dentro del clan familiar. El hijo mayor puede ser más obediente, aplicado y protector, está influido por los mandatos familiares con más fuerza, e incluso, puede ser priorizado a la hora de brindarle cuidados y educación. El hijo menor, suele ser más consentido, caprichoso y sobreprotegido. Al ser el más pequeño, atraerá la atención del entorno, pero también más flexibilidad por parte de los padres en la crianza.

El hijo del medio no suele traer ninguno de estos atributos o roles citados, y esto puede definir otra configuración de su personalidad. A pesar de su inteligencia y cualidades, pueden traer una conducta reactiva, ser más rebeldes, irascibles, o puede ser invisibilizado por sus padres, sobre todo cuando hay una cercanía entre el nacimiento del menor y el mayor. Pueden tener la tendencia a adoptar una postura “cómoda”, o “desdibujarse” en situaciones de crisis o conflicto, o todo lo contrario, rebelarse y ser quien busca romper estructuras.

 Por ejemplo, el padre, que representa la autoridad y protección, puede estar ausente dentro de una familia. En este contexto, es más probable que el hijo mayor busque inconscientemente, ocupar ese lugar, para cuidar de sus hermanos y su madre. El hermano menor, por ser el más pequeño, es muy probable que asuma un rol diferente al de su hermano mayor en estas circunstancias. Pero ser hermano menor, conlleva otros mandatos de todas maneras. El hijo menor tiende a cumplir el rol de “hijo bastón”, cuando los otros hijos ya se han marchado del hogar, o si alguno de los padres suele requerir cuidados, y el mismo vínculo afectivo que establece con sus padres, puede ser un factor predisponente.

Esto no sucede tanto con el hijo del medio, por lo que suelen ser más independientes y se sienten más libres en este sentido, para cuestionar los mandatos familiares o rebelarse al “status quo” del clan familiar. Por eso, es bastante común que oficien como “el emergente”. A través de ellos, es más probable que se expresen las incongruencias, secretos del clan o conflictos, que el resto no se atreve a descubrir o desafiar.

¿Cuánto hay de cierto en que "pelean" con los hermanos por la atención de los padres?

El vínculo entre hermanos y la manera en que se estructura y modela este vínculo, puede definir en el futuro la modalidad que tenga una persona para relacionarse con sus pares, por ejemplo, en el ámbito laboral. Estas relaciones pueden estar basadas en la competencia o en la cooperación. De acuerdo al tipo de modelo que los padres propongan durante la crianza en las etapas tempranas de la vida, será cómo se estructure su manera de vincularse: desde la confrontación o buscando la conciliación. Son formas de vincularse y resolver conflictos que los niños aprenden, espejándose en sus padres y educadores.

Entonces, no hay una única respuesta a esta pregunta, porque dependerá de la educación que recibieron de sus padres. Sí podemos decir que los hermanos competirán por la atención de sus padres, si fueron educados desde esta mirada. Desde esta perspectiva, que uno de los hermanos logre la atención de sus padres, implicará que los otros la pierdan. O, de lo contrario, pueden aprender, a través de la cooperación, que es una relación basada en la confianza y la posibilidad, que todos oportunamente y a su tiempo, pueden tener la atención de mamá y papá.

¿Tiene algo positivo ser el hermano del medio?

Al no haber estas expectativas ya citadas en relación a su rol dentro del clan familiar, tendrán la posibilidad de cuestionar las tradiciones y mandatos familiares, sentir menos presiones frente a los mismos desafíos, ser más independientes y creativos, desenvolverse con mayor autonomía, ser menos estructurados y seguir sus anhelos, sin estar tan condicionados por su entorno.

Pero también puede suceder que crezcan sintiéndose invisibilizados o poco queridos, y que esto lleve a que busquen llamar la atención de sus padres, o desarrollen en el futuro una personalidad insegura o baja autoestima.

Consejos para padres de hijos "impares" ¿Qué hacer y qué no a los fines de ser equitativo en la crianza y el tiempo que se les dedica a cada uno?

La clave para este interrogante es simple. Debes considerar a cada uno de tus hijos único e irrepetible. Cada hijo viene en un momento particular de tu vida, con dones, talentos y cualidades especiales. Como también, cada vínculo es único, cada hijo puede traer un desafío particular a nuestra vida, y nuestro vínculo con él será único e irrepetible.

Desde esta mirada, no importa cuantos hijos tengamos, o si son pares o impares en número. Debes sentir que cada uno de ellos es especial, y hacerlos sentir especiales. Podemos encontrar hijos únicos que se sienten inseguros y no queridos, así como hijos del medio que se desarrollen con seguridad y conquisten todos sus sueños.

(*) Roxana Anahi Timo

Médica MN88956 - MP1543

Coach Ontológico

@dra.anahitimo

Comentarios
 
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 27/02/2023 | 22:00 Hs
Enviado por omar
...
 
 27/02/2023 | 17:00 Hs
Enviado por Rubén
Cada vez qué nace un niño, tendrían que leerles este texto a los papás. Es muy bonito. Sobre todo a los más jovencitos. Gracias.
 
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