El ex secretario de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Darío Lopérfido, reveló que fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), y detalló cómo vive con la enfermedad autoinmune neurodegenerativa. El ex funcionario ponderó además la eutanasia, un procedimiento que es legal en España, donde reside desde hace años.

La ELA es una enfermedad autoinmune neurodegenerativa que afecta las neuronas motoras del cerebro y la médula espinal, lo que provoca una debilidad y atrofia muscular progresiva e irreversible, que termina por impedir la deglución y hasta la respiración de quien la padece.

A través de una columna titulada “Tener ELA es una mierda”, publicada en la revista Seúl, Lopérfido comparó su diagnóstico con el de un cáncer, para argumentar que, a diferencia de otras enfermedades severas y terminales, la ELA carece de “épica”.

El ex funcionario, que durante la gestión porteña de Horacio Rodríguez Larreta en 2016 negó las 30.000 desapariciones de personas durante la última dictadura, cuestionó la espectacularidad de las enfermedades severas: “Un buen cáncer te da todo un tiempo con tratamientos espantosos durante el que podés aparecer pelado y decir ‘yo le voy a ganar al cáncer’. (...) pero con la ELA no hay tratamiento dramático que sirva para explicar a familia y amigos que uno ‘la está peleando’. La ELA es una enfermedad de una ordinariez insoportable. No hay anécdotas para contar”.

Quien fue secretario de Cultura y Medios de Comunicación de la Nación durante la presidencia de Fernando de la Rúa, se refirió a la eutanasia para expresar el alivio que siente por la legalidad de este delicado procedimiento médico para morir en la ciudad de Madrid, donde vive desde hace unos años.

“Cuando sólo queda el espanto, hay que buscar las drogas, el sexo o, si tienes la suerte de vivir en un país que la tenga, la eutanasia: el mayor logro de la humanidad para quienes no tienen esperanza y sólo conviven con el infierno”, espetó Lopérfido, tras ratificar que la ELA no es tan “glamurosa” ni prestigiosa en comparación con otras enfermedades.

“Uno no puede decidir nacer, pero puede decidir morir. Vivir no debe ser obligatorio. No he decidido recurrir a ella todavía, pero saber que está a mi disposición, me alivia. La eutanasia es la más liberal de las muertes, y es mucho mejor que suicidarse, algo muy traumático para los que quedan”, consideró.

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