Dani Alves podría protagonizar uno de los regresos más inesperados del fútbol internacional. A los 42 años, y luego de más de dos años alejado de la actividad profesional, el exlateral brasileño avanza en un proyecto que lo devolvería a las canchas en Portugal, esta vez no sólo como jugador, sino también como máximo accionista de un club.
Según informó ESPN Brasil, Alves se encuentra en negociaciones avanzadas para adquirir el Sao Joao de Ver, una institución que actualmente compite en la tercera división del fútbol portugués. El plan contempla que el exdefensor no sólo se convierta en el principal accionista de la entidad, sino que además, firme un contrato como futbolista para disputar el tramo final de la temporada, entre enero y junio, con el objetivo de despedirse dentro del campo de juego.
La posibilidad de este regreso surge luego de un largo y complejo proceso judicial en España. Alves estuvo detenido durante 14 meses, tras ser acusado de agresión sexual en enero de 2023, situación que lo mantuvo completamente alejado del fútbol.
En marzo de este año, el Tribunal de Justicia de Cataluña resolvió absolverlo, lo que le permitió recuperar la libertad y comenzar a reorganizar su vida personal y profesional.
El proyecto deportivo del brasileño cuenta con el respaldo de un grupo de inversores de su país, que lo acompañan tanto en la compra del club como en la planificación de esta etapa final de su carrera.
De acuerdo a la información difundida, el Sao Joao de Ver se encuentra actualmente en la novena posición de la Serie A de la tercera categoría portuguesa, y la llegada de Alves buscaría darle visibilidad y jerarquía al plantel.
Desde su salida de prisión, el exjugador del Barcelona, Juventus y PSG mantuvo un perfil bajo, aunque continuó vinculado al ambiente futbolístico europeo. En ese período, comenzó a desempeñar tareas cercanas a la representación de jugadores y al armado de proyectos deportivos, siempre con la idea latente de volver a ponerse los botines.
En las últimas semanas, Alves volvió a ser noticia, tras la difusión de imágenes en las que se lo ve predicando en una iglesia evangélica de Girona, donde habló sobre su fe y su manera de encarar esta nueva etapa de su vida.
“Hay que tener fe, yo soy prueba de ello”, expresó ante los asistentes, dejando entrever un cambio personal profundo.
La intención del brasileño es clara: cerrar su carrera como futbolista dentro de una cancha y, una vez cumplido ese objetivo, iniciar formalmente su camino como entrenador.
La eventual compra del club portugués representaría no sólo un regreso deportivo, sino también una apuesta personal para dar vuelta una página marcada por títulos, éxitos y un reciente capítulo judicial que dejó huella en su trayectoria.