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  MIÉRCOLES 21/05/2025
Argentina reabre el juego con el agua pesada para centrales nucleares
La CNEA firmó un Memorando de Entendimiento con una empresa canadiense para retomar el suministro y cooperación en torno a este insumo clave para los reactores tipo CANDU.

La planta, ubicada en Neuquén, inicia su camino de regreso tras ocho años de inactividad.

La tecnología nuclear volvió a unir caminos entre Argentina y Canadá. Esta vez, el eje del acuerdo pasa por un recurso estratégico: el agua pesada.

La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), la firma canadiense Candu Energy Inc. (parte del holding AtkinsRéalis) y la empresa argentina CONUAR S.A. firmaron un Memorando de Entendimiento (MOU) para retomar el suministro y cooperación en torno a este insumo clave para los reactores tipo CANDU.

El entendimiento establece un marco para avanzar en la venta de agua pesada producida en la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), ubicada en Arroyito, provincia de Neuquén, que podría volver a operar tras ocho años de inactividad.

Además, abre la puerta a servicios de ingeniería, integración de la cadena de valor argentina y transferencia tecnológica para proyectos conjuntos.

Como parte de ese esquema, Canadá no descarta instalar una nueva planta de producción propia, basada en tecnología transferida desde Argentina. Por su parte, CONUAR S.A. se posiciona como proveedor calificado de componentes para la tecnología CANDU.

El presidente de la CNEA, Germán Guido Lavalle, celebró el anuncio: “Este acuerdo representa un paso importante para la CNEA y para la provincia de Neuquén. La PIAP recibirá inversiones destinadas a su reacondicionamiento y a la incorporación de nuevo personal para trabajar y producir”.

Agregó que “aunque la instalación lleva ocho años sin operar, se ha mantenido en buenas condiciones, lo que nos brinda una excelente oportunidad para reactivar su funcionamiento”.

También adelantó que se destinarán fondos al reacondicionamiento de la planta y a la incorporación de nuevo personal, con miras a la reactivación plena de las operaciones hacia 2027.

Cooperación histórica

El lazo entre ambos países no es nuevo. Desde la construcción de la Central Nuclear Embalse en Córdoba -que significó la transferencia de la tecnología CANDU a la CNEA-, Argentina y Canadá han mantenido un vínculo fluido, con acuerdos vigentes desde 1996, y múltiples misiones técnicas y reuniones bilaterales.

Hoy, ese vínculo cobra nuevo impulso gracias a una necesidad concreta: reactivar la producción de agua pesada, un insumo que, aunque no se agota durante la vida útil de los reactores, se vuelve esencial cuando se proyectan nuevas centrales.

El interés de Canadá es claro. Candu Energy desarrolla un nuevo diseño de reactor, el CANDU Monark, de 1000 MW de potencia. Cada unidad requeriría 1000 toneladas de agua pesada, por lo que asegurar el abastecimiento es una prioridad.

Alternativas cercanas

La provincia de Ontario, además, proyecta que necesitará 18.000 MW de energía nuclear para alcanzar sus metas de descarbonización, lo que elevaría la demanda aún más.

Pero hay un problema: actualmente no existen plantas operativas capaces de producir agua pesada a gran escala. Las instalaciones canadienses fueron discontinuadas por su baja competitividad, e India -hoy el mayor productor mundial- no parece ser la primera opción para Candu, que prefiere alternativas más cercanas y confiables.

Expectativas y necesidades

La PIAP dejó de operar en 2017 por falta de demanda, pero se mantuvo en un estado de conservación mínima. Hoy, con el nuevo escenario internacional, vuelve a cobrar relevancia.

“Para nosotros es un acuerdo importante, pero todavía falta, y así lo que establece este memorándum de entendimiento, el financiamiento para el acondicionamiento, que es lo que a nosotros nos importa: que la planta esté en condiciones para poder producir agua pesada”, advirtió Nicolás Ventura, secretario general de la Junta Interna de ATE en la PIAP.

Según Ventura, hay señales concretas del interés internacional: “Nosotros entendíamos que hay necesidad de agua pesada. Primero, a nivel local de la producción de agua pesada por las tres centrales nucleares que hoy están; y a nivel mundial había clientes porque nosotros veíamos que había y venía habiendo visitas ya hace dos años".

Y añadió: “Son alrededor de cinco países que han visitado la planta de agua pesada, lo cual ha manifestado un interés muy grande para que nosotros abastezcamos lo que ellos necesitan”.

Además de la industria nuclear, otros sectores comienzan a mirar al óxido de deuterio con atención. Su uso se extiende a rubros como la industria electrónica (semiconductores, pantallas OLED, fibra óptica), biotecnología y ciencias ambientales. Todo indica que el agua pesada podría tener, otra vez, un rol protagónico.

En paralelo, crece la expectativa entre los 120 trabajadores de la PIAP, que ven en este acuerdo una oportunidad real de reactivación, tanto en lo técnico como en lo laboral. Las próximas reuniones entre el gremio y la CNEA serán claves para conocer el detalle de los pasos a seguir.

(Dinamicarg)

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