Durante la tarde del pasado jueves, dos aviones militares chilenos atravesaron el espacio aéreo argentino y dejaron varias preguntas abiertas. Los vuelos -un CASA 212 del Ejército y un Twin Otter de la Fuerza Aérea- fueron detectados entre las 15 y las 17 horas por la plataforma FlightRadar24, y reportados por Agenda Malvinas. Ambos ingresaron por la zona limítrofe entre Santa Cruz y Chubut, volando en dirección norte-sur.
El Twin Otter había partido de Balmaceda a las 13:43 y el CASA 212 despegó poco después desde Coyhaique.
La Fuerza Aérea Argentina confirmó que los dos aviones chilenos tenían permiso. Explicaron que, en la mayoría de los casos, se trata de “vuelos ferry”, traslados que buscan rutas más cortas o mejores condiciones climáticas. Antes de ingresar, señalaron, el país de origen debe pedir autorización y justificar el recorrido.
Los dos terminaron su recorrido en Punta Arenas con apenas diez minutos de diferencia. Una trayectoria clara, pero poco habitual, que despertó interés inmediato.
Falta de información en Chile
La primera sorpresa llegó del lado chileno. Voceros del Ministerio de Defensa dijeron no tener datos sobre los vuelos, ni sobre el pedido de autorización para cruzar a Argentina.
Fuentes en Santiago explicaron que, desde hace años, existe una especie de regla no escrita: los uniformados no opinan de política y la política no se mete en asuntos militares. Ese esquema ayuda a entender el silencio, pero no a aclarar lo ocurrido.
Leyes argentinas
En Argentina, los vuelos militares extranjeros están regulados por el Código Aeronáutico. La norma exige autorización previa del Poder Ejecutivo, delegada en el Ministerio de Defensa y gestionada por la Fuerza Aérea. Es un sistema mucho más estricto que el de la aviación civil, donde los acuerdos entre ambos países permiten más flexibilidad.
(P12)