La golpiza habría sido provocada por tres hermanos, pero ahora el caso dio un giro dramático: el damnificado fue condenado a seis años de prisión por abusar de la hermana de los tres imputados, se fugó y ahora regresó a la localidad.

La abogada defensora, Soledad Forte, aseguró que hay “bronca y angustia”, y que la mujer “está mal desde que el hombre está en el pueblo, porque se les ríe”.

La golpiza que investiga el fiscal Francisco Cuenca ocurrió el 30 de noviembre a las 5:30 a la salida de un boliche. El funcionario judicial explicó al diario La Arena que tres hermanos, un menor y dos mayores, “agredieron con puños y patadas” a una persona que salió del local nocturno, identificado como Julián Pollo.

“La policía los separó y trasladó al damnificado al hospital de Quemú, para luego ser derivado al hospital Centeno de General Pico”, señaló, y contó que tras las revisiones médicas, el hombre “tenía lesiones en el cuerpo y en un ojo”.

Pero ya “había un legajo de agresiones días anteriores, donde también lo agreden, lo amenazan y le provocan daños en el vehículo. Se acumularon los dos legajos, y se formalizó la investigación”, indicó Cuenca.

Tras la audiencia, los hermanos tienen prohibición de acercamiento y de contacto durante 90 días, por lesiones graves, lesiones leves, amenazas y daños.

Atenuantes

Por su parte, la defensora oficial, Soledad Forte, explicó que los imputados tienen 25, 23 y 17 años. Aseguró que en el hecho “no son tres hombres pegándole a uno. Hay gente cruzándose, hay muchas más personas e intercambios. La Fiscalía ofreció para la identificación la declaración del hombre y un video del Cecom, donde hay dos personas golpeándose, pero cuando cruzan la calle se suman más personas. Si bien hay lesiones leves o graves, es en un contexto de riña”.

Durante la audiencia de formalización, la defensa planteó que “hay circunstancias atenuantes”. En ese momento, Paulino Pugener, el padre de los jóvenes -representando al menor- recordó que Julián Pollo fue condenado a seis años de prisión por abusar de su hija hace 10 años, pero que nunca estuvo preso porque se fugó.

Forte hizo hincapié en la “impotencia” que tiene la familia desde que Pollo regresó a Quemú Quemú, ya que “ahora tienen que tramitar una restricción” porque la víctima del abusador “tiene miedo”.

La abogada sostuvo que “la familia está atravesada por la causa”, y que los jóvenes “crecieron con ello estos diez años”. Mencionó la “bronca y la angustia”, y que seguramente actuaron “con emoción violenta, lo cual los eximiría de culpabilidad”.

Recordó que Pollo “estuvo en libertad” durante el juicio por abuso sexual, porque “el Código Penal era distinto”. Entonces “la sentencia no se ejecutaba hasta que se llegara a la Corte. Ahora cambió, y cuando el Tribunal de Impugnación Penal confirma la sentencia, la persona va presa. En aquel momento, cuando llegó el momento de ejecutar la sentencia, el hombre tenía los medios, la preparación, y se fugó todo el tiempo que tenía que cumplir la condena”.

Ahora, la víctima “está mal desde que Pollo regresó al pueblo, porque se les ríe”, aseguró la abogada.

Condena y fuga

La denuncia contra Julián Pollo (26 años tenía en 2012) fue recibida en la Comisaría de Quemú por parte de la madre de la víctima, el 1 de marzo de aquel año. La damnificada era una adolescente de 15 años, quien había sido novia del imputado, pero al momento de la violación no tenían una relación formal. El hombre tenía una evidente superioridad de edad, y ejercía un control sobre la adolescente que fue confirmado por varios testigos, los cuales refirieron los constantes llamados telefónicos de Pollo, y las lesiones observadas en la menor.

En el juicio se dio a conocer que la menor acordó encontrarse con el imputado, quien la llevó a una vivienda de su padre que no estaba habitada en ese momento. Allí, el hombre comenzó a recriminar a la joven de haberle mentido, y por esa razón la golpeó, la llevó al baño y le sumergió la cabeza dentro de un balde con agua, la pateó, la obligó a desnudarse quitándole la ropa, y la retuvo en contra de su voluntad. Luego de esa humillación, obligó a la joven a mantener relaciones.

Pollo (oriundo de Haedo, Buenos Aires) fue sentenciado a seis años de prisión en 2014. Como compareció en juicio sin estar privado de la libertad, el sospechoso pudo escapar desde Quemú Quemú antes de presentarse con las autoridades para cumplir su condena.

El por entonces juez Fabricio Losi solicitó la "inmediata captura y detención" del condenado, con una orden emitida para la policía de La Pampa, la Delegación de Migraciones de la Provincia de La Pampa y el Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina. Pero nunca fue encontrado, y ahora decidió regresar a la localidad pampeana.