Eran esos tiempos en los que el doctor Galletti, profesor del secundario, me había enseñado a identificar los pensamientos cuando en un aparte, me dijo: “no ser socialista a los 20 años, es no tener corazón, y ser socialista a los 60, es no tener cabeza”.
Vale decir que en mis tiempos de radios y notas era “re socialista”, que estudiaba y propalaba lo que entendía y lo que no entendía también. En un programa donde mezclaba reportajes, con música y lecturas “tiré filosofía” (jajaja), y me la agarré con “los capitalistas” que se la pasaban inventando días y días “para estimular las ventas”.
Creo que, en ese momento estaba pontificando (!) sobre el Día de la Madre. ¡Para qué! Ni bien terminó el programa mí viejo, que conocía la rutina (ordenar, llevarme material, etc.), me llamó por teléfono a la radio y me lavó la cabeza, diciéndome ¿Quién te está lavando la cabeza para decir esas cosas?
Imagínense: era el sábado anterior al día de la madre, y por la Tienda San Miguel desfilaban clientes para comprar algo y homenajear a la vieja.
Pasaron los años, luché en “mil batallas y ninguna guerra”, y gracias a Dios y a mi viejo, estoy vivito y… ¡escribiendo! En todo ese tiempo llegué a entender que Galletti tenía razón, y después de leer un libro “raro”, de Sergio Sinaí (Ser padre es cosa de hombres) comprendí, ya siendo padre de tres maravillosos hijos de dos patas, que aquella vez que critiqué a los comerciantes que inventaron “los días para vender más”, se habían quedado cortos: tendrían que haber instituido todos los días del calendario para celebrar al Padre y a la Madre.
Al fin vengo descubriendo que no hay mucho más que dejar en la vida de los hijos que ese testimonio de ser padres, que ellos también podrán ir dejando en sus hijos de dos patas. ¡Feliz día a todos los viejos queridos! (Incluyendo a “los meados”).
N. de la R.: Un querido amigo que ya está en otro plano, siempre repetía una frase que había escuchado y le encantaba, que reflejaba algo así como “si alguien me hubiera dicho que ésta iba a ser mi vida, jamás lo hubiera creído”. La columna por el Día del Padre de Oscar Miguel me llevó de un saque a ese amigo. 50 años atrás, yo escuché al “Turco” en esa emisión de la que habla. Siempre recordé la frase que me quedó grabada a fuego, porque entonces el hoy industrial que entonces era estudiante, dijo que era “una lástima que el hombre hubiera inventado el Día de la Madre con una mano en el bolsillo y no con una mano en el corazón”. Eran las épocas en las que los capitalistas, a tono con los dichos del doctor Galletti, acusaban al líder comunista chino Mao Tsé Tung de haberse aburguesado con los años. Quien hubiera podido creer ayer, que a tantos años vista, el hombre (amigo al fin), iba a justificar de semejante manera su cambio con los años, en un portal de noticias del que soy director!
Alberto Callaqueo