Mediodía de viernes en General Pico. Ninguna señal demostraba lo que realmente sucedía dentro de la casa de Avenida San Martín entre 105 y 107. Durante una hora, tres delincuentes mantuvieron cautivos a los miembros y empleados de la familia Pascual.  

Seguramente fueron los 60 minutos más largos de sus vidas. En la casa, dos mujeres y tres chiquitos de 8, 4 y 2 años permanecieron maniatados. Los delincuentes actuaron armados y con violencia. Exigían que les entregaran una importante suma de dinero, aparentemente en dólares.

“Estamos en plena investigación de lo sucedido. Tenemos confirmado que eran tres hombres, de estatura media y tez trigueña. Estamos convencidos que no son de General Pico, porque actuaron a cara descubierta. Ni siquiera usaban cuelleras o algo para taparse el rostro”, manifestó el comisario Alfredo Rebichini.

“Con quienes pudimos hablar, nos dijeron que tenían una vestimenta normal, habitual de todos los días. Es decir, que no presentaban alguna señal distintiva que nos pueda dar una pista concreta”, agregó en diálogo con Maracó Digital.

El propietario de la vivienda, el abogado Mariano Pascual, no estaba en la casa. Según la apreciación del jefe de Comisaría Primera, los delincuentes tendrían algún dato “equivocado”. Esto surge a raíz de la declaración de Pascual, marido de una de las hijas del empresario José Domínguez, quien aseguró que no habían realizado ningún tipo de transacción económica.

“Los delincuentes pedían plata en efectivo. Como si tuvieran algún tipo de dato que alguien les pudo haber pasado. Pero en la casa no había dinero. Finalmente lograron escapar con una suma muy inferior a la que pretendían. Al botín le sumaron algunos objetos de valor como cadenitas de oro y anillos”, detalló Rebichini.

“Lo más grave de todo esto fue el modo en el que irrumpieron en la vivienda y la presión psicológica que ejercieron sobre una de las hijas de Pascual. Sin lugar a dudas fue un hecho gravísimo y que pudo haber sido peor”, concluyó el comisario a cargo de la investigación.

Los delincuentes se movieron con mucha seguridad y de forma “profesional”. Fue un robo de características poco comunes en la ciudad. Antes de marcharse, los ladrones se llevaron el disco rígido donde se almacenan las imágenes que son captadas por el sistema de seguridad de la vivienda.