El hecho probado ocurrió el 24 de noviembre pasado, a la madrugada, cuando el imputado, después de tocar la puerta de una vivienda de la calle 33, en General Pico, y ser atendido por su morador, “lo tomó de uno de sus brazos y le colocó dos cuchillos tipo carniceros en la zona abdominal”.
Luego, lo obligó a entrar a la casa y lo llevó hasta una habitación donde estaba durmiendo una hija menor de edad.
Allí lo hizo sentar sobre la cama, y seguidamente ingresó otro hombre encapuchado, “de contextura delgada, pantalón largo, tez morena y portando un elemento cortante con punta”, se detalló en la sentencia.
En esas circunstancias, al tiempo que Lucero mantenía los cuchillos apoyados sobre el abdomen de la víctima, le dijo: “no grités ni hablés porque te cago matando (sic), decime dónde está la droga”.
En ese momento, los dos hombres comenzaron a revisar cajas de cartón y madera ubicadas sobre otra cama, y hasta el changuito de la niña. Después de unos quince minutos, sustrajeron dos pares de zapatillas, un celular, un paquete de cigarrillos, un encendedor y 4.000 pesos. Al irse, Lucero vociferó: “no llamés a la cana (sic) porque ahí se va a pudrir el rancho”.
El conflicto penal fue resuelto a través de la solución alternativa del juicio abreviado, que fue presentado –en forma conjunta– por el fiscal Juan Marcelo Cupayolo, el defensor oficial Guillermo Costantino y el propio imputado, alias “Luismi”, de 41 años, quien admitió su responsabilidad en la concreción del hecho. El damnificado, al ser informado sobre los alcances del acuerdo, también brindó su consentimiento.
A su vez, las partes convinieron, y el juez lo homologó, unificarle la pena de cinco años con otra condena anterior del 18 de marzo de 2025 en Río Negro, a un año y seis meses, en una pena unificada de cinco años de cumplimiento efectivo, y manteniendo la declaración de reincidente.
“La autoría de Lucero quedó acreditada a través del testimonio detallado de la víctima, su identificación en rueda de personas, el secuestro de elementos vinculados al hecho, y las declaraciones de la propia madre (del acusado), confirmando su participación en el ilícito”, concluyó Pellegrino, sin contar además con el reconocimiento del propio imputado.