Apenas fuimos subiendo por la costa Californiana empezamos a ver carteles en la ruta indicando el cruce de estos animalitos, de mirada dulce y de carácter agresivo si se sienten amenazados, ya sea cuidando de su comida, de su territorio o si simplemente nos acercamos a sus crías, eso puede ser mortal.

En todos los lugares hay recomendaciones para andar con mucho cuidado y lo que al principio resultaba extraño termina siendo familiar. Casi todas las personas andan con el repelente para osos en el cinturón, siempre a mano porque ante este animal no hay nada que se pueda hacer porque los osos corren muy rápido, nadan y trepan árboles con mucha facilidad.

A comienzos del otoño es cuando más se ven porque salen a buscar salmones en los ríos, es lo que más les gusta, y a preparar su comida para pasar el frio invierno.

En el camino de subida por el continente Americano siempre pensamos en este momento, el de encontrarnos con un oso, poder sacarle alguna foto o simplemente verlo cruzar la ruta, siempre a la expectativa. En este capítulo les contamos nuestra experiencia y todo lo que vamos  descubriendo de la vida de estos animales.

Así que pasen y vean! Alma nos cuenta las diferencias entre un oso Negro (el más mansito) y el oso Grizzly, que es de color marrón claro o grisáceo, uno de los más grandes de su especie (a este hay que tenerle mucho respeto). Para los dos las indicaciones son las mismas, recomiendan hablar fuerte mientras se está en el bosque para ahuyentarlos y si nos encontramos cara a cara con uno hay que levantar los brazos para parecernos más grandes y lo más importante…nunca correr! Porque nos verían como una presa.

Que disfruten de este capítulo a pura adrenalina! Al final llega la sorpresa!

Gracias por acompañarnos en esta vuelta por el planeta!

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