A veces suceden estas coincidencias hermosas donde se disfrutan y uno se siente en familia y de la misma tribu. Con algunos no nos volvemos a encontrar y con otros cada tanto la ruta nos vuelve a juntar una o muchas veces más. Esta es la magia del camino y lo más lindo de los viajes...la gente!!!

Viajar es algo que con solo experimentarlo se puede saber hasta dónde la libertad desborda. Viajando se conocen lugares, se aprenden culturas, se respiran otros aires, se explora un mundo nuevo pero lo más lindo de moverse de un lado a otro es la gente que se va cruzando en el camino.

Mientras seguíamos bajando de la Cordillera hacia la costa de Perú, pisamos nuevamente sus playas, esas únicas que tiene este país, anchísimas, marrones y furiosas. Paramos a dormir en Huanchaco, era de tardecita y el sol ya nos daba su saludo de despedida chocando el naranja con el horizonte.

Había una luz hermosa, casi nadie a orillas del mar y viento. Cuando quedamos a oscuras nos fuimos a dormir al malecón, en una callecita frente a una comisaría. La idea era que al otro día desayunábamos y volveríamos a las rutas. Cuando salimos de la ciudad pasando por la misma playa en la que habíamos estado hasta la noche anterior había un grupo de viajeros, una combi “La Ñata en viaje” y un “fitito” de “Pasajeros del Infinito” que más adelante les mostraremos su historia también.

La alegría fue grande, clavamos frenos y nos dirigimos hasta la tribu de locos soñadores. Hubo bienvenidas, abrazos, mates, fogón, comida, mucha charla y…nos quedamos, postergando la salida para el día siguiente.

Los viajeros que les presentamos hoy son de Córdoba, tres amigos que decidieron salir a andar por el mundo. En el camino se sumó una viajera de Mar del Plata y otra de Japón. Todos con unos veinte y pocos años descubriendo la maravilla de vivir…andando.

Pasamos el día entero juntos haciendo la vida simple de siempre. Al otro día decidimos salir en patota para las rutas peruanas. En eso que estaban los motores en marcha y la primera puesta para arrancar llega una combi con una familia argentina, de Mendoza, cinco en total, los “Kombirtiendo Sueños” (en los próximos capítulos sabrán mas sobre ellos).

Mas bienvenida, abrazos y a seguir rodando con ellos también. Así que en caravana tomamos la ruta buscando alguna otra playita para el acampe. La verdad es que se hizo bastante difícil encontrar una cerca de ahí que nos gustase, por esa zona los lugares están bastantes descuidados, mucha basura y playas ocupadas por barcos o restos de ellos. Encontramos un sitio más delante de lo previsto y seguimos festejando el encuentro.

En otra de las paradas llegamos a una playita hermosísima, me encanto! Se llama Los Órganos, un lugar hermosísimo súper recomendable, cerca de Mancora. Ahí como siempre más viajeros, mas historias, mas comidas comunitarias, mas disfrute en compañía de la familia que se forma en las rutas. Mas días compartiendo el mismo sueño, el de la vida en libertad.

Que lo disfruten!!!

Gracias por acompañarnos!!

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