En Buenos Aires, una vez más las encuestas de intención de voto y los boca de urna quedaron en el ojo de la tormenta, luego de que en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) celebradas el domingo, no pudieran anticipar la dura derrota que experimentó el oficialismo.
En la previa, casi una veintena de encuestas de intención de voto daban como ganadora en provincia de Buenos Aires, a la lista encabezada por Victoria Tolosa Paz. Incluso, en algunos casos por hasta 20 puntos de diferencia sobre las precandidaturas de Diego Santilli y Facundo Manes, que dirimían la interna de Juntos por el Cambio.
En el Gobierno incluso esperaban que la lista del Frente de Todos en provincia de Buenos Aires cosechara cerca del 42% de los votos. Las urnas le depararon otra cosa muy distinta. Casi diez puntos porcentuales por debajo de esa marca.
La mayoría de las encuestas le daba al oficialismo un triunfo en provincia de Buenos Aires por unos 7 puntos porcentuales. Terminó perdiendo por algo más de 4.
Pero no sólo erraron a la hora de vaticinar los resultados en las urnas. También habían anticipado una supuesta apatía en el electorado, y una muy baja participación en las PASO, que luego no fue tal.
Aunque es cierto que el nivel de participación bajó con respecto a las PASO de 2019, también es cierto que en un contexto de pandemia, casi el 67% del electorado se acercó hasta los centros de votación, y soportó la mala organización y las grandes demoras provocadas por los protocolos sanitarios para poder emitir su voto.
La mayoría de los encuestadores aseguró que la participación estaría por debajo del 65% tal como había sucedido en las elecciones provinciales de Misiones y Salta.
A la hora de explicar este nuevo fracaso para anticipar resultados, las consultoras aseguraron que la imposibilidad de recabar datos de manera presencial en el marco de la pandemia, dificultó su tarea en momentos en que ya muchos de los analistas consideran arcaicas las encuestas telefónicas que ya casi nadie responde.
(Minuto Uno)