La Universidad Católica Argentina publicó un informe titulado “Pobreza Multidimensional fundada en derechos económicos y sociales. Argentina urbana: 2010-2018”, en el cual muestra el aumento del hambre, el desempleo, el hacinamiento habitacional y la imposibilidad de ciertos sectores para acceder a la compra de medicamentos.
“No parece haber habido mejoras significativas y sí un empeoramiento reciente –último tres años- en materia de acceso a la educación, alimentación y salud, y empleo y seguridad social. En 2018, alrededor de 3 de cada 10 personas residían en hogares afectados o estaban directamente privadas en alguna de estas dimensiones de derecho social”, grafica el documento.
La inseguridad alimentaria severa afectaba al 4,8% de la población urbana argentina en el 2015 y hasta el año pasado había trepado hasta el 6%. En tanto que las personas que no podían acceder a una atención médica era del 13,5% en el 2011 y ahora ese porcentaje subió y llegó a ser del 17,5% en el 2018. Asimismo, aquellos ciudadanos que no tenían la posibilidad de comprar o acceder a medicamentos era de 12,4% en el 2012 y el año pasado se ubicó en un nivel de 17,3%.
Por otro lado, el trabajo realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de dicha casa de estudios sostiene que no solamente creció la pobreza multidimensional sino que también lo hizo la pobreza estructural.
Una de las conclusiones más importantes a las que arribó el estudio fue la siguiente: “la pobreza multidimensional parece presentar una fuerte correlación estructural entre sus componentes en el caso argentino; ni las privaciones de recursos monetarios de mercado, ni las privaciones en funcionamientos sociales fundados en derechos, resultan fenómenos friccionales episodios eventuales, sino que parecen estar amalgamados a través de una misma matriz social de exclusión de tipo estructural”.