La segunda jornada de la travesía hídrica que la Fundación Chadileuvú está realizando por el oeste pampeano, estuvo atravesada por una de las facetas más crueles del despojo de los ríos interprovinciales: la certeza de que el éxodo saladino es un fenómeno que no ha cesado sino que sigue vigente. Un nuevo éxodo disparado por el cese de escurrimiento del río Chadileuvú y la consecuente salinización de todos los pozos de agua cercanos, al punto de tornarlos no aptos ni siquiera para el ganado.

En esta segunda jornada, la delegación estuvo acompañada por dos ex intendentes oesteños: el señor Luis Nieto, ex intendente La Reforma, y el señor José Galván, primer comisionado municipal de Limay Mahuida.

La primera parada fue el puesto La Cautiva y el antiguo cementerio que se encuentra en sus cercanías; continuó por un puesto cercano, que perteneciera a la familia Mendoza, abandonado desde hace casi una década.

La imagen de los enseres cotidianos de una familia que debió alejarse del lugar de un día para otro, transmitió una fuerte sensación de tristeza y angustia a los visitantes. La imagen más fuerte de esa cotidianeidad herida de muerte fue la de los dibujos infantiles aún colgados de la pared, y las bicicletas esperando que alguien repare sus pinchaduras.

Una pareja de jotes cómodamente instalada en el techo de la casa, aportó desazón a ese cuadro de abandono.

Otros puestos ubicados al oeste de la ruta provincial 19, no muy lejos del Gran Salitral, corrieron la misma suerte y hoy son un duro reflejo de la crisis ambiental que derivó, y deriva, en una crisis social. 

La sensación de angustia se repitió en el puente de la ruta 19 que cruza sobre el cauce del río Salado-Chadileuvú. De aquella bravía corriente de agua hoy solo quedan amontonamientos de rocas en el lecho y charcos aislados donde no sobrevive ninguna forma de vida. 

En la localidad de Limay Mahuida, el equipo de la Fuchad fue recibido por el secretario tesorero comunal Rodrigo Gutiérrez. El joven funcionario compartió una distendida charla sobre la situación de la localidad y su zona de influencia. 

Gutiérrez comentó que la desaparición del río impactó en la calidad del agua de la zona, ya de por si con alto tenor salino, y la tornó no apta ni siquiera para el ganado. 

“Nosotros dependemos directamente del acueducto”, sostuvo el funcionario en referencia al ramal del acueducto Puelén-Chacharramendi que nace en La Reforma y que al día de hoy ha quedado sobrepasado por la demanda que tiene. “La gente añora el regreso del río. No pierde la esperanza de que algún día vuelva a correr”, sostuvo el joven.

Otro vecino de Limay Mahuida, el señor José Galván, acompañó al contingente hasta el campo que su familia posee al oeste de la localidad, y que fuera un pujante establecimiento ganadero en tiempos en que corría el río.

“Nosotros hemos hecho una cultura de hacer perforaciones en busca de agua, pero no hemos tenido éxito, en todos los casos el agua es muy amarga, ni la hacienda la toma”, contó el vecino mientras mostraba algunos de los jagüeles y molinos que se excavaron allí. 

La parada siguiente fue la Laguna de Galván, ubicada muy cerca de la casa abandonada y que, según contó el vecino, antes que se cortara el río era un punto de gran interés turístico y fuente de ingresos para la localidad por cuanto allí se pescaban unos pejerreyes de excelente calidad.

“Ver abandonada la casa donde nací y crecí, y la laguna seca, cuando antes estaba llena de pescadores que venían de toda la provincia e incluso de provincias vecinas, me produce una angustia enorme, mucha tristeza”, confesó el ex comisionado. 

La jornada finalizó el Puente de los Carros, un lugar con un fuerte contenido histórico por cuanto en tiempos antiguos era uno de los pocos sitios en los que podía cruzar con cierta seguridad el cauce del Chadileuvú cuando corría brioso por el lugar y formaba bañados a diestra y siniestra.

La recorrida continuará mañana jueves por las rutas provinciales 26 y 23, ubicadas mayormente en el departamento Curacó, una de las zonas más áridas y despobladas no solo de La Pampa sino también del país.

La delegación está conformada por Enrique “Quique” Tomás, Ezequiel Golberg, Roberto Travaini y Fernando Tourn -todos ellos integrantes de la Fuchad-, junto con Elsa Díaz, integrante de las Asambleas por el Agua Pura de Mendoza, y María Laura Langhoff, docente y doctora en Geografía.