Una banda de delincuentes dedicada a robar elementos, principalmente tecnología, reducirlos y comercializarlos, como así también a la venta de estupefacientes fue desarticulada en el mes de julio. Sus numerosos integrantes debieron comparecer ante la Justicia gracias a la actuación de la Fiscalía de Delitos contra las Personas en colaboración con las fuerzas policiales locales.
Maximiliano Seia e Ivana Pratt fueron formalizados entonces por los delitos de "encubrimiento agravado" y "tenencia ilegal de arma de fuego". Luego de extinguirse la medida de coerción que pesaba sobre ellos, arribaron por la mañana de este viernes al Palacio de Tribunales a fin de realizarse una nueva audiencia al respecto.
"En el caso de ambos, entiende la fiscalía que, teniendo en cuenta que ambos no poseen antecedentes penales y que su participación del hecho de "encubrimiento agravado ha sido secundario, no siendo autores ni quienes han diseñado esta red delictiva, se cree pertinente la aplicación del principio de oportunidad", indicó la fiscal Verónica Campo.
Seia, por su parte, realizó la entrega voluntaria de la escopeta Centauro que se halló en su domicilio en el allanamiento realizado, acatando la Ley de Desarme voluntario y perdiendo todos los derechos sobre la misma.
De esta manera, quienes resultaban implicados en la causa, fueron sobreseídos y la investigación que se seguía en su contra quedó extinta.