El pasado 9 de junio los docentes se pronunciaron en un paro que quizás, se venía postergando, si consideramos los hechos y circunstancias de púbico conocimiento.
Algunos docentes autoconvocados de nivel medio manifestaron, que habitar una escuela hoy en día, es más una incertidumbre que el placer de haber elegido y ejercer tan responsable profesión.
Los mismos expresaron en una entrevista realizada por un medio local, “…Nos sentimos sometidos, exigidos y hasta amenazados”. “...Esta educación solo le sirve a los Gobiernos que ahorran e intentan demostrar otra realidad”. “….Hay Normativas poco claras, ambiguas, que generalizan, dando lugar a diferentes interpretaciones”, “…. en relación con el sistema de promoción y aprobación de los alumnos se dejan a la arbitrariedad del equipo de Gestión de cada institución, También señalaron que “…Actualmente hay una especie de facilitación para aprobar las materias, (cantidad de fechas y modalidades) y no se regulan las inasistencias .[ 1]
También se refirieron al tema de la violencia, que se ha naturalizado, maltrato verbal y físico que ya es común en todas las escuelas y niveles. Desde que comenzó el año lectivo se han registrado al menos 6 hechos de violencia en la Pampa.
Estos reclamos y otros se hicieron escuchar en diferentes voces, y actores en entrevistas, documentos y grupos en redes sociales. Desde diferentes roles y posiciones, perspectivas y expectativas, en una agenda de pedidos tan genuinos como históricamente insatisfechos.
Actualmente, las autoridades Ministeriales parecen vivir en una burbuja de conceptos metafóricos y herramientas de evaluación, donde abundan las demandas a las Instituciones, y a través de ellas a los docentes. Se exige, se debilita, y desmotivan a los actores principales en el andamiaje de la enseñanza.
Jornadas que sirven poco y nada para modificar lo con conclusiones archivadas y Directivos abrumados.
Aun así, en los últimos días, con gremios que los representan, o no tanto, o a ninguno, las demandas de los docentes se van solucionando parcialmente. El Ministerio se comprometió a la creación de cargos y horas. Concretamente: 176 nuevos cargos y 1476 horas cátedras, fundamentado esto en fortalecer la enseñanza y contener la violencia en las escuelas. En las últimas, horas se generó una comisión para reforzar protocolos de cuidados.
¿Pero es suficiente esto para mejorar la calidad educativa, de la cual mencionan los docentes? ¿las demandas de quienes transitan la escuela y expresan preocupación por los saberes insuficientes que adquieren los alumnos?
Es necesario detenernos realmente y cuestionarnos, escuchar las voce antes expuestas y otras, con experiencia de/ y en diferentes niveles y modalidades que se han levantado, preocupados por una verdadera calidad de educación y una resolución a la cantidad de problemáticas actuales mucho más profundas.
Lamentablemente desde años atrás estamos naturalizando el deterioro y el desprestigio de la profesión, ayudado por algunos comunicadores sociales, que critican a los maestros sin tener idea de lo que es transitar una Escuela desde adentro
Se ha perdido la falta de” Autoridad” en las Instituciones Educativas, y la real valoración de la “Enseñanza”. Sabemos que la misma, construye formas de aprendizajes sujeto a un currículum cultural que selecciona; que enseñar, como y a quienes, y es el Estado mismo, a través de la Institución quien establece esas formas de Autoridad genuina.
Para analizar brevemente esta realidad cotidiana, desde la Psicología Social, debemos abordar la concepción de “Aprendizaje”, que plantea Pichón Reviere, quien sostuvo, que el mismo, solo es posible mientras, la experiencia sea “un lugar de encuentro con el otro: Docente- Alumno que configuran un sistema vincular a partir de una dialéctica entre la necesidad y la satisfacción. (necesidad de aprender y enseñar). Los viejos formato y diseños que solo cambian palabras, conceptos y esquemas con la valoración de sus saberes no parecen ser suficientes, No atraen a los alumnos y no coinciden con sus verdaderos intereses. Existe un dilema que se presenta en el marco de las transformaciones de la escuela y la sociedad, que no es producto de este gobierno, ni del anterior, ni del que lo precedió, sino que viene en decadencia, desde la Ley Federal con la “trasformación Educativa”, hasta el día de hoy. Aún con los esfuerzos de garantizar una Educación para todos y todas, los programas educativos que se implementaron con la Ley de Educación Nacional 26.206, y las promesas de Igualdad, no todos los alumnos han accedido a los mismos derechos y recursos.
En este sentido no debemos ignorar que La Educación, ha sido impactada y está sufriendo efectos colaterales de casi dos años de virtualidad y quiebre de lo presencial. La pandemia y sus efectos instalaron no solo un desastre económico sino también en los vínculos que se generan en el aula. Un auténtico quiebre de lo cotidiano hizo necesario cambiar las formas de enseñar, y de relacionarnos. El contacto implicaba riesgo y se modificaron los vínculos docente-alumno.
Es necesario que nuestras autoridades contemplen, las buenas voluntades y dignifiquen la profesión de todas formas posibles, con protocolos de cuidado y contención. Reforzar el trabajo en red, como se promete, que sabemos que eso si da resultado, si se concreta.
Bregamos entonces para que este colectivo integrado por funcionarios y diferentes gremios docentes, sean verdaderos agentes de reparación, que se concreten las promesas para dar respuestas a las demandas exigidas y además el SALARIO, que está por debajo de la línea de pobreza, sea conforme a las responsabilidad que le cabe a la profesión
Necesitamos recuperar la confianza, y la valoración de tan honorable profesión. Para finalizar y ser optimista ante esta realidad que nos atraviesa citaré a mi maestro preferido.
“En tiempos de incertidumbre y desesperanza es imprescindible gestar proyectos colectivos desde donde planificar la esperanza junto a otros”.