Un ataque con sello mafioso conmocionó ayer Puerto General San Martín, a 25 kilómetros de Rosario: dos sicarios mataron en una emboscada a Juan Garcilazo, de 44 años, e hirieron de gravedad al sindicalista Julio Galván, de 53. Galván es dirigente de la Uocra en esa localidad y acompaña en la intervención del gremio en La Plata a Carlos Vergara tras la detención de Juan Pablo "Pata" Medina. Una de las principales hipótesis de los investigadores es que el crimen estaría ligado a la interna gremial platense. 

La caída del Pata Medina ocurrió el 26 de septiembre pasado, en un operativo cinematográfico: el polémico sindicalista permaneció más de diez horas atrincherado en la sede gremial de La Plata para resistir la orden de detención que había firmado el juez federal Luis Armella, de Quilmes, por "lavado de dinero, extorsión y amenazas". 

Durante la noche, Medina fue detenido por el grupo Halcón en su mansión de Punta Lara, junto a seis miembros de su familia y allegados del gremio. En los allanamientos que se realizaron por pedido del fiscal Álvaro Garganta se secuestraron armas, grandes sumas de dinero y autos, aviones y barcos. 

El juez federal dispuso la intervención de la delegación de la Uocra de La Plata. El 4 de octubre asumió Carlos Vergara, secretario general del gremio en Rosario, quien encontró destruida la sede de la calle 44, donde se atrincheró Medina. Vergara llevó a Galván, hombre de su confianza para manejar las riendas del sindicato, tras la detención del Pata. 

Cuando asumió en el sindicato platense, Vergara advirtió que debía tener custodia, ante el temor de sufrir un ataque por parte del sector encabezado por Medina. Este dirigente fue ganando terreno dentro del gremio tras la intervención de la Uocra Rosario en 2004, cuando fue desplazado el entonces titular, Julio Palma. 

Desde 2016, Gerardo Martínez le dio a Vergara el manejo de las delegaciones de San Lorenzo, Cañada de Gómez y El Trébol, posicionando a esa jurisdicción de la Uocra como la más poderosa del interior. En agosto de 2013, el frente de la casa de Sixto Irrazábal, secretario adjunto de la Uocra Rosario, fue blanco de un ataque con 14 balazos. 

Hace una semana, Martínez designó a Carlos Boer, otro dirigente del riñón de Vergara, en la intervención de la sede de Bahía Blanca, luego de que en enero pasado fueran detenidos 14 dirigentes de la cúpula del sindicato en esa ciudad, que estaba bajo el mando de Humberto Monteros. Boer estaba a cargo de la delegación San Lorenzo del gremio de la construcción, a la que pertenecía Galván, quien fue atacado ayer a la madrugada a balazos. 

El dirigente de la Uocra se preparaba para viajar a La Plata en un auto VW Vento, cuando fue atacado a balazos. Garcilazo, quien murió en la emboscada, nada tenía que ver con la actividad sindical, sino que era obrero de la construcción en esa zona, según indicó a La Nación su familia, que velaba al caer la noche al operario en la ciudad entrerriana de Victoria, de donde es oriundo. 

Según los testimonios que recabaron los investigadores judiciales, Garcilazo calentaba en su casa el agua para el mate, mientras Galván se preparaba para salir rumbo a La Plata, adonde debía llegar temprano para comenzar la semana. 

En medio de la noche templada, ambos escucharon que dos hombres gritaban el nombre de Galván. Estaban en la vereda, en una zona modesta del barrio Bella Vista, de Puerto General San Martín, que está rodeado de terminales portuarias. Garcilazo alcanzó a salir y fue acribillado de seis balazos. Murió unos minutos después, desangrado. Un proyectil le destrozó la arteria femoral. 

Galván trató de esconderse dentro de la casa, en Uruguay al 2200, pero los sicarios lo encontraron y le asestaron dos disparos, uno en el abdomen y otro le provocó una fractura expuesta en la tibia y peroné. Fue traslado al Hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria, donde fue operado y su estado de salud era delicado. La Nación se trató de comunicar sin éxito con Vergara, con quien Galván se desempañaba en la intervención de la Uocra.