La familia Curé vive desde hace años en La Pampa, y eligió Santa Rosa como el lugar donde echar raíces. Durante el fin de semana estuvieron en la pequeña localidad bonaerense de San Mayol, para recibir un reconocimiento e inaugurar un monumento al Circo Criollo.

Según contó la familia a La Arena, fue uno de los primeros circos criollos del país; con una primera parte “de pista” con trapecistas, malabares, acrobacias y shows de payasos, y una segunda parte con una obra de teatro. “Sabíamos tener en escena unas 30 obras, de todo tipo, drama, comedia”, contó Daniel, uno de los 11 hermanos Curé.

“Este tipo de circo muchas veces era el que llevaba la cultura del teatro a muchos pueblos chicos, que no conocían lo que era. Somos muy conocidos en esta zona, y en el interior de Buenos Aires. Mucha gente, de pueblos chicos, conoció lo que era el teatro por los Hermanos Core”.

Todos los hermanos -nueve hombres y dos mujeres- nacieron y crecieron en el circo, aprendiendo las diferentes disciplinas circenses, y formando parte de las puestas en escena. “Todos pasamos por el circo. Ya sea armando la carpa, en pista o actuando en las obras, pero todos hacíamos algo. Era todo muy a pulmón, nos hacíamos nosotros mismos la ropa y nos maquillábamos”, coincidieron los hermanos. Todo bajo la dirección de sus padres, Pedro Luis Curé, ya fallecido, y Amanda Esther Passeri -”la dueña del circo”, le dicen entre sonrisas sus hijos- de 85 años, que hoy vive en Santa Rosa.

Acostumbrados a la vida nómade, fue un gran golpe cuando Pedro Curé decidió vender el circo. “Veníamos siempre a La Pampa con el circo, y ahora nos sentimos pampeanos. Tenemos familia en Santa Rosa, en Doblas... Cuando alguno de nosotros en algún momento decidía dejar el circo, se venía para acá. Así fue hasta que mi padre, ya muy cansado y enfermo, decidió venderlo. Y nos radicamos en La Pampa”, contó Rubén.

“Fue muy difícil en el momento. Imaginate que desde chicos aprendimos todo eso, ensayábamos, eramos parte del circo”, contó Cristian. “Cuando se terminó eso, medio que no sabíamos qué hacer. Fue difícil adaptarse, pero después nos dimos cuenta de que el circo te enseña muchas cosas. Te enseña valores, te enseña una forma de encarar la vida, a defendernos en lo que sabíamos hacer y en lo que no, también”.

Reconocimiento

El circo no sólo marcó las vidas de los hermanos Curé, sino también la de muchos pueblos del interior de La Pampa y Buenos Aires. Precisamente, en el marco de la fiesta patronal de San Mayol, el domingo se inauguró el Monumento al Circo Criollo, el primero de este tipo en Argentina. La familia Curé fue invitada a participar del homenaje “como reconocimiento a la trayectoria de nuestro padre y del circo que tuvimos, que quedó en ese pueblo mucho tiempo. Es muy emocionante para todos nosotros que se nos reconozca”.

El monumento, tal como lo llaman, tiene una historia muy particular. “Es un camión semi del ‘47 con el que nosotros trasladábamos el circo de un pueblo a otro. Ese camión se rompió en San Mayol y quedó ahí, desde hace unos 40 años que está”, rememoró Julio. “Hace un tiempo nos pidieron del pueblo si podíamos donar el camión”, agregó Daniel. “Entonces lo restauraron e hicieron un monolito”.

La relación de los Curé con esa localidad también tiene un comienzo muy particular. “En realidad, íbamos a San Cayetano desde Tres Arroyos, y tuvimos que pasar por San Mayol, pero hubo una lluvia terrible y nos quedamos encajados”, recordó Rubén, otro de los hermanos. “La gente del pueblo nos llevó para allá, nos ayudó. Entonces le piden a mi viejo si podía armar el circo ahí. Lo pensó un poco, porque era un pueblo muy chico y no daban los números. Pero insistieron tanto que al final lo armó. Al final estuvimos un mes y medio, no nos dejaban ir. Teníamos funciones completas todas las noches, venían de otros pueblitos de la zona, llegamos a hacer hasta tres funciones por noche”.

Tan cercana fue la relación de esta familia con el pueblo, que Julio, uno de los hermanos, conoció a su actual esposa en San Mayol, abandonó el circo y se quedó a vivir allí por 15 años. Actualmente están radicados en Santa Rosa.

En el alma

“Soy el más chico de todos, y para mí haber nacido en un circo, es un orgullo”, dice Cristian, conmovido. “Crecimos aprendiendo todas las disciplinas del circo, y aprendimos a dirigir obras y a actuar; y de las tablas, porque no necesitamos de un título. Nacimos arriba de un escenario. Y todo eso lo aprendimos gracias a nuestro padre. Hoy a veces vamos a Doblas, Macachín o Riglos, y nos reconocen”.

“El circo dejó de funcionar hace 30 años ya, y yo dejé de actuar en circos hace más o menos 20 años, pero siempre estoy conectado”, contó Daniel. “Yo hacía de payaso, y a veces actúo en algún circo amigo, y es como un descargo emocional. Más allá de no tener el circo, nunca salimos del contexto. Nosotros llevamos el circo siempre en nuestra mente, en nuestra alma. Viene un circo acá y nosotros ahí estamos, vamos porque es parte de lo que vivimos. Obvio que el circo de ahora no es el mismo que antes, pero es algo que nos apasiona y que lo llevamos adentro para siempre”.

Monumento al circo

Toda la familia Curé se hizo presente en la fiesta del pueblo bonaerense de San Mayol (foto) el domingo, donde les hicieron un homenaje. Se les entregó un reconocimiento, descubrieron el monumento en conmemoración al Circo de los Hermanos Core, y luego realizaron un show de payasos para los niños y niñas presentes.

(Fuente: La Arena)