La noticia se difundió en horas de la mañana, en el momento justo en que un cronista se encontraba realizando una entrevista en una oficina de la Jefatura de Policía. De un momento a otro, los teléfonos empezaron a sonar, el pasillo se llenó de pasos que iban y veían, y por detrás de las puertas se oían murmullos agitados ¿Qué estaba sucediendo? No fue pequeña la sorpresa del redactor al ver que una lágrima se asomó en el rostro de una empleada policial, que dijo: "Es un gran orgullo".

El motivo del ajetreo era porque se habían publicado los "nombres" de los ascensos, y entre estos se destacó uno muy particular: Susana Rodríguez, la primera mujer en ostentar la mayor jerarquía de la Policía de La Pampa.

"Debería ser 'comisaria', no 'comisario', pero la palabra nos parece rara, así que por ahora no la usamos", dijo Rodríguez ante la primera pregunta de La Arena. La mujer de 49 años contó que si bien venía anticipando el ascenso, aseguró que la "tomó por sorpresa", y lo considera un "orgullo enorme y una felicidad plena por las oficiales que vienen por detrás, que también van a tener la posibilidad de ascender".

La flamante "comisario general" -cargo que es el último en el escalafón de jerarquía luego de "comisario mayor"- lleva 30 años de servicio y está pronta a retirarse. Su carrera la llevó a recorrer innumerables dependencias policiales de Santa Rosa, y su camino hacia su actual cargo estuvo lleno de obstáculos, principalmente, por ser mujer.

Machismo

"Nosotras no ascendíamos como el resto del personal masculino, nos llevaba un año más", explicó. "Sin embargo, en 1995 se dio una modificación a la ley 1.074 que nos puso en igualdad de condiciones, pero de igual manera existía mucho machismo, y en ese entonces había gente muy reacia a que le diera una orden una mujer", prosiguió.

Si bien se describió como una persona "retraída" al comienzo de su carrera, expresó que tuvo que aprender a "imponerse".

"Tengo una personalidad fuerte y no me dejo avasallar, y eso me ayudó a sortear obstáculos. En esa época muchos suboficiales me decían cosas como 'yo no voy a cumplir la orden de una mujer' o 'de mujeres no cumplo órdenes', porque no todos los hombres asumen que una mujer pueda ser superior en jerarquía que ellos, y eso es algo que todavía sucede, aunque en menor medida", continuó.

Cambio de mentalidades

Al ser consultada sobre los avances de los últimos años respecto a la perspectiva de género, Rodríguez expresó que "muchos hombres han cambiado su mentalidad, su forma de pensar y dirigirse, aunque todavía hay otros que.... bueno, pero son los menos prácticamente. Pero yo vi todo ese cambio en la policía: fue a partir del 2015 y 2016, con toda esta revolución de las mujeres, y el Instituto Superior Policial tuvo mucho que ver con esto, principalmente por la formación de cadetes, la capacitación y el perfeccionamiento... así se fueron cambiando las mentalidades".

Recorrido y docencia

Oriunda de Santa Rosa, tuvo la suerte de realizar la totalidad de su carrera en su ciudad natal. Su primer destino luego de egresar fue la Seccional Primera, pero tras pocos años su experiencia allí culminó cuando su propio padre fue designado como jefe de esa dependencia. "Como no quería trabajar con él, porque iba a ser difícil, pedí el traslado y me llevaron a la Tercera".

Allí comenzó un derrotero que la llevó por muchas dependencias de la Unidad Regional I y de la Jefatura, cosechando muchos reconocimientos por parte de sus superiores. En el Instituto Superior Policial estuvo cuatro años trabajando como instructora de cadetes, y se desenvolvió como docente y formadora de jóvenes oficiales. "La pedagogía es algo atrapante y hermoso, me encantó. Pero bueno, para aprenderlo tuve que hacer muchas capacitaciones y leer mucho", indicó Rodríguez.

No obstante, su cargo preferido fue en la Unidad de Operaciones, un área de la policía que es "netamente operativa", y se dedica a la diagramación de operativos de seguridad (ya sea en el Autódromo, custodiando presidentes, o en partidos de fútbol). "Siempre me gustó trabajar con la gente directamente, y también en todo lo que tenga que ver con la prevención, la resolución de conflictos y en la mediación", detalló.

Finalmente, Rodríguez desembarcó en el Departamento Personal, donde ocupa el cargo de jefa. "En mayo de este año voy a presentar la nota de retiro y trabajaré hasta que me notifiquen", concluyó.

"Todo cambió con el tiempo"

En el año 2012, Susana Rodríguez fue nombrada como segunda jefa en el Area de Niñez y Adolescencia (dependencia que posteriormente se transformó en la Unidad de Género), que por aquellos años estaba a cargo de la comisaria Sonia Martín. Respecto al abordaje que se les daba a las situaciones de violencia de género, la uniformada opinó que "todo cambió mucho con el paso del tiempo", pero que con la creación de ese organismo "se empezó a concienciar de manera distinta".

"Cuando comencé en la policía cada vez que llegaba una mujer a la comisaría a denunciar una agresión o una situación violenta no se le daba la importancia que se le da hoy: se le tomaba la denuncia y a veces se la albergaba en algún hogar provisorio hasta que pudiera acomodar sus cosas, pero no tenía el acompañamiento necesario", explicó.

Según sus dichos, el verdadero cambió ocurrió cuando "se incluyó la cuestión de género en la currícula de los cadetes que cursan su formación".

"Las capacitaciones que viene dando el instituto desde hace muchos años han llevado a concienciar al policía de cómo tiene que abordar la cuestión", opinó.

Al mismo tiempo, recordó que en su momento "éramos muy pocos en las capacitaciones, que incluso yo misma he dado, y que casi siempre estaba orientado para oficiales, pero actualmente es parte del programa de enseñanza, y ya viene incluida en el programa de formación, incluso para suboficiales".

Una carrera que empezó en 1992

Inspirada por su padre, que era oficial de policía, un 1 de marzo de 1992 Susana Rodríguez se convirtió en agente de policía, un cargo subalterno que requiere una formación más breve que la de oficial. Sin embargo, a fines de ese año un grupo de policías mujeres se organizaron para reclamar por el acceso a la escuela de cadetes, y para su alegría ella fue una de las siete aceptadas. "Hacía 10 años que no ingresaban mujeres a esa institución", dijo Rodríguez.

"En esos tiempos teníamos pocas funciones: estábamos en oficinas en tránsito, dábamos charlas, cumplíamos funciones en mesa de entradas y trabajábamos como celadoras en comisarías que tuvieran detenidas femeninas. Hasta te preguntaban si querías tener arma o no... yo dije que sí", contó.

Luego de egresar de su formación fue designada en la Seccional Primera como oficial ayudante. "Era raro ver a una oficial que patrullara, que fuera a las presencias y que portara el arma, también que hablara por el equipo", detalló.

Presencias policiales

"Por aquellas épocas ocurrían muchos casos de presencias policiales por gente en los techos, o disturbios en la zona céntrica, y yo iba al lugar de los hechos siempre. Se armaba lío con las fiestas que hacían los estudiantes, o a la salida de los boliches. Una vez en un evento en el club General Belgrano me pegaron con una botella en la cabeza, aunque no me lastimó demasiado", comentó.

"Otra vez, persiguiendo a un sospechoso, un agente de la Sexta se vino desde su jurisdicción para colaborar, y en un momento dado se bajó del móvil y me tuvo que hacer 'cocochito' para poder saltar un tapial... siempre tuve a mi lado gente muy buena que me acompañó", recordó.

Agradecimiento a periodistas

De sus tiempos como única oficial mujer de la Seccional Primera, la flamante comisaria general destacó el vínculo que formó con el entonces periodista encargado de la sección policiales de La Arena, hoy conocido ufólogo, Oscar "Quique" Mario.

"Tengo muy buenos recuerdos de él, y también de otros periodistas que siempre andaban en la calle, y guardo un especial agradecimiento a ellos porque me prestaron mucho apoyo. Es gente muy hermosa que me ayudó mucho, porque la verdad es que no me era nada fácil", cerró.