Con las declaraciones de ocho testigos continuó, en el Centro Judicial de Santa Rosa, el juicio oral y público que se le sigue a 14 policías y expolicías por el delito de sedición.

Ellos están acusados de tomar la Jefatura de Policía, el Centro de Control, Operación y Monitoreo Policial y la Dirección de Comunicaciones, en forma violenta, con el fin de "arrancarle al Poder Ejecutivo" una serie de medidas que incluían mejoras salariales, el desplazamiento de la cúpula de la institución, la modificación de leyes y cuestiones vinculadas a la pasiva y el cobro de los adicionales, entre otras.

El hecho se produjo el miércoles 11 de diciembre de 2013 a última hora de la noche, luego de una concentración en la plaza San Martín y una marcha hasta la Casa de Gobierno, y se extendió hasta los primeros minutos del viernes 13.

Los imputados por sedición son Fernando Alberto Rolhaiser, Diego Hernán López, Guillermo Julián Giménez, Daniel Narciso López, Carlos Daniel Gatica, Luis Horacio Bruno, Carlos Aníbal Mendibe, José Luis Furriol, Marcelo Ormaldo Cisneros, Jeremías Martín Salvatierra, Luis Rodrigo Wiggenhauser, Roberto Germán Mora Bartolomé, Pablo Orlando Montes y Silvio Norberto Rojas. Hoy todos ellos concurrieron al debate, excepto Montes y Salvatierra que están declarados en rebeldía y con pedidos de captura, ya que no se presentaron desde el primer día.

A Montes y Rojas, además, se los acusa de otros delitos –daño y coacción– por un episodio de carga de combustible en la Dirección Provincial de Vialidad. Rojas es defendido por un abogado particular, Boris Vlasich; mientras que el resto está representado por los defensores oficiales Martín García Ongaro y Laura Arrigone.

Los jueces que llevan adelante el debate pertenecen al Tribunal de Audiencia y son Carlos Besi, presidente, Gastón Boulenaz y Gabriel Tedín; en tanto que en nombre del Ministerio Público actúa el fiscal general de Santa Rosa, Guillermo Sancho.

En principio, en la jornada de hoy García Ongaro había pedido que citaran a 14 testigos, pero como desistió de seis terminaron declarado solo ocho, todos policías. Así, en ocho días de debate ya se escucharon 64 testimonios.

Mañana no habrá audiencia, aunque el cronograma original así lo indicaba, porque el defensor oficial adelantó que desistiría de más testigos y quedarían solo dos. El juez Besi, por una razón de economía procesal, dispuso que esos dos testimonios fueran incluidos en el listado del jueves. Por lo tanto, el juicio continuará ese día a 8.30.

Hermanos de un imputado

Hoy, por primera vez, testificaron familiares de uno de los imputados. Se trató de Héctor Fabián y José Raúl Rolhaiser, ambos policías y hermanos de Fernando Rolhaiser.

Héctor Fabián Rolhaiser estuvo como encargado de turno de la Seccional Tercera durante la noche del miércoles 11. "El servicio se cumplió normalmente. Entré a las 22 y salí a las 6. Yo cumplí con mi deber, recorrí los sectores designados en forma pedestre y cuando salí de franco fui a la marcha", manifestó.

"Queríamos ir a la marcha, pero con mis compañeros decidimos hacerlo recién una vez que dejáramos de prestar el servicio. La mayoría de ellos fue a la manifestación", agregó.

– ¿Cuál fue el nivel de cobertura de la seguridad, esa noche, en la Tercera?- preguntó la defensa.

– Normal.

– ¿Quién era el jefe de la seccional?- inquirió la fiscalia.

– El comisario (Héctor) Melchor.

– ¿Estuvo con él?

– No.

– ¿Funcionó el tráfico en el 101?

– No sabría decirle porque no llamamos. Sí puedo decir que la radio de Comunicaciones se escuchó por los handies sin interferencias. Se oyó cómo mandaban a gente a La Anónima, al banco...

José Raúl Rolhaiser se desempeñaba como sargento ayudante en la Brigada de Investigaciones. Dijo que no participó de la protesta y que el 11 prestó servicio en la citada dependencia hasta las 22 y al otro día hizo un adicional en la sala de monitoreo del Banco de La Pampa.

– ¿Ahí estaban las alarmas?- interrogó García Ongaro.

– Sí.

– ¿Y cómo funcionó ese servicio?

– Normalmente.

Esas dos preguntas estuvieron relacionadas con otros testimonios, en jornadas anteriores, que indicaron que desde el Cecom se monitoreaban las alarmas bancarias.

Más policías

Diego Marcelo López cumplía funciones en la Tercera, pero en aquellas horas estuvo de franco. Fue a la marcha y a la Jefatura. Allí había un hermano suyo. "Estaba ordenando... Hablé con él, me dijo que estaba todo normal y me quedé tranquilo", expresó. No recordó qué hizo específicamente su hermano allí.

Carlos Ochoa tampoco estaba de servicio. Trabajaba en el Centro Judicial. Señaló que "la marcha fue pacífica, espontánea, tranquila y sin incidentes".

Walter Schmidt Zamudio era el oficial principal encargado de la Delegación Sur. El respaldó la protesta. "No hubo un clima hostil", aseveró. Indicó que allí quedó personal de guardia y un cabo cuidando a un detenido.

Contó que se enteró de los reclamos a través de sus empleados. "Estuvimos charlando entre nosotros, No hubo nadie que diera órdenes, Nadie que dijera 'hay que hacer esto o lo otro'. Tampoco vi que se exhibieran armas de fuego, ni nos intimaron para que nos retiráramos de Jefatura", acotó.

– ¿En la Tercera hubo personal que se plegó a la medida?- preguntó el defensor oficial.

– Sí.

– ¿A ese personal le abrieron sumarios administrativos?

– No.

Sergio Fabián Torres, Héctor Manuel Pagges y Rubén Alberto Heick ya eran policías retirados en aquel momento. Concurrieron a Jefatura. Afirmaron que todo fue normal. Que no hubo líderes, sino que se trató de una movida espontánea. Que tampoco fueron intimados para irse del lugar. Y que no vieron que se exhibieran armas.

"Me enteré por Facebook y por el boca a boca. Yo concurrí a la marcha con mi familia y estuve toda la noche", indicó Torres; mientras que Pagges, al ser consultado si existía algún tipo de liderazgo, sostuvo que "había un grupo de chicos con el petitorio", aunque luego aclaró que se había enterado de ello por los medios de prensa.