Daiana González y Christian Bussón Acevedo se casaron en General Pico y en abril de 2018 viajaron a Europa. Luego de tramitar la ciudadanía italiana, recorrieron parte del "viejo continente" y del mundo. Poco tiempo después, se radicaron en Andorra y allí pasan sus días.
En diálogo con MaracóDigital, Daiana cuenta que viven en "un país pequeño, de poco más de 70 mil habitantes, y rodeado de montañas". Tras pasear por Italia, Francia y España, fue en Barcelona donde escucharon hablar de Andorra, un microestado soberano del suroeste europeo constituido en Estado independiente, de derecho, democrático y social.
"Es un co-principado parlamentario que está fuera de la Unión Europea (UE). Su moneda es el euro, pero sus leyes son diferentes", describe la piquense. "Es un lugar muy tranquilo y seguro, todo perimetrado por montañas. Prolijo, ordenado y organizado. Es muy chico, con 70 mil habitantes y presupuesto de país", detalló.
A la hora de comparar con algún lugar de Argentina, como para tener una referencia geográfica, Daiana menciona a Ushuaia, en Tierra del Fuego. "Debemos salir en auto o colectivo cruzando las montañas; acá no existe el tren y no hay aeropuerto", afirma.
Los lugares más próximos de Andorra son Barcelona (España) y Toulouse (Francia). "Como lengua oficial tenemos el catalán y la segunda es el francés. El deporte practicado es el esquí, que se convierte en la puerta de entrada para los argentinos. De noviembre a mayo trabajamos fuerte en la temporada de invierno y el turismo es lo que mueve la economía".
Daiana trabaja como recepcionista de un hotel y su esposo Christian, oriundo de Paraná, Entre Ríos, en la barra de un bar. "Acá todo está relacionado al turismo, hotelería, gastronomía, comercios y las actividades en montaña. El cierre de fronteras por la pandemia del coronavirus afectó mucho al sector, pero se espera que para la temporada de verano repunto un poco ya que la última de invierno fue sólo para el turismo local", remarcó.
Costumbres diferentes y el "rincón argentino"
Al estar tan cerca de España, los piquenses encuentran algunas similitudes con Argentina, pero afirman que las costumbres son muy distintas. "Somos muchos argentinos trabajando en Andorra y además encontramos productos como yerba, galletitas, dulce de leche, alfajores e incluso carne argentina", describe Daiana sobre lo que ella llama el "rincón argentino".
"Tenemos amigos, pero se extraña un poco. Al trabajar con el turismo, durante nuestras semanas laborales, hay épocas en las que son de lunes a lunes. Acá todo está abierto todos los días y nuestras rutinas son cambiantes. A veces trabajamos 15 días seguidos y luego nos tomamos tres o cuatro para descansar", explica la piquense.
Para trabajar en el Principado, las exigencias no son muy burocráticas y con documentos argentinos se puede acceder a una residencia temporaria que permite desempeñarse laboralmente durante el tiempo que dure la temporada.
Calidad de vida y salud
Según cuenta Daiana, la pandemia modificó mucho el día a día. "El cierre de fronteras perjudicó mucho", lamenta y a su vez destaca el funcionamiento del sistema sanitario. "Para las fiestas de Navidad, Fin de Año y Reyes, el Estado nos regaló un test rápido de Covid-19 a cada uno para que nos lo hagamos antes de sentarnos a la mesa y así tener una mayor seguridad de no estar contagiados", reveló la joven.
"En Andorra llegamos a estar con 'caso cero' de coronavirus. Luego, con la apertura y la llegadas de turistas extranjeros, volvieron a aparecer los casos. La salud es muy buena, al vivir rodeados de montañas hay helicópteros a disposición para ir con urgencias hasta Barcelona", menciona.
Para finalizar, Daiana destacó que todos los habitantes tienen cobertura médica. "Al no existir el trabajo en negro, todos están registrados y con aportes. La calidad de vida es muy buena y se logra con muy poco. Estoy agradecida de haber estado allá en tiempos de Covid", concluyó.