Parafraseando aquella vieja publicidad de cigarrillos, puede asegurarse que este Miguel ha recorrido un largo camino en el arte. Emparentado desde siempre con la música confiesa que en realidad arrancó como bailarín, pero también fue actor y protagonista central en la fundación y el sostenimiento de El Viejo Galpón, cuando la cultura se apropió de los galpones en desuso de las Industrias Maracó, en pleno centro de General Pico.

Contemporáneo de Heraldo Hernández, de Los Labradores Pampeanos y de Las Voces del Chañar, con los que compartió escenarios muchas veces, todavía recuerda jocoso, aquellas metidas de pata históricas de quienes a la distancia suelen decirse muy amigos de los que ya no están y quedan en “orsai” a la primera de cambio, como aquellos que dicen haber cantado con Heraldo o que afirman haberlo escuchado cantar, cuando Heraldo sólo se acompañaba con la guitarra pero para decir sus versos, para recitar, nunca para cantar.

Miguel fue actor una vez. El director Daniel Ayerza le vio “el físico del rol” y Touceda fue “el Escorpión Resolana” de la versión local del “Inodoro Pereyra” de Roberto Fontanarrosa, que protagonizaron Diego Rueda y Alicia Datri. Todavía recuerda que fue la única vez que un grupo de teatro de Pico, con actores de la ciudad, llenó el Cine Teatro Pico “de bote a bote”.

Antes de lanzarse en esta aventura solista, con sus propios temas, con productores trabajando para él, para sus grabaciones, para sus videos, Miguel Touceda compartió ruta con otros reconocidos músicos locales… él es el que lo repasa y nos cuenta.

EL DISCO FÍSICO

“Siempre quise grabar un disco, pero nunca encontraba la forma ni los medios de por dónde empezar. Pero fue gracias a la propuesta de dos grandes personas, dos grandes músicos, que lo que me brindaron fue espectacular. El “Chino” Adam y Marcos Castro me lo propusieron: “Vos tenés que grabar Miguel”.

“Ellos están haciendo un trabajo muy bonito, “Flores amarillas”. Están buscando cantantes de toda La Pampa, inclusive que están radicados en otros países, y están armando un repertorio muy lindo de 24 canciones”, reveló.

Y me dicen: “Nos gustaría trabajar sobre un proyecto tuyo, Miguel. Vos te animás?”  Yo me animo. A lo que no me animo es a los costos que tiene esto. Así que en época de pandemia, y estando todos muy tranquilos, y ocupados en otras cosas,  “vamos a empezar a hacerlo”, me dijeron.

“Entonces Marcos y el Chino me ayudan con la elección de los temas. Elegimos 12 y los empezamos a ensayar. Se sumó José Filippi, otro guitarrero de primera y empezamos a grabar las bases. Y ahí empezaron a aparecer amigos que decían: “Me gustaría estar” y se empezaron a sumar Pablo Boneto, Gustavo Rebollo en el bajo, el Chino Adam en el contrabajo con arco -una inclusión muy buena, muy oportuna, muy fresca, muy linda en el folklore pampeano-, Gustavo Ortíz, Limón González, Fabricio Paesani.  Un montón de gente que me fue ayudando para elaborar este disco”.

“Los doce temas son míos. En algunos participo totalmente en música y letra mías, y en otros, la música es mía y la letra de algún poeta, como Ana Viglianco, como Víctor Fuentealba, Heraldo Hernández. Hay un tema en el que yo soy autor de la letra y la música es de Mauricio Panero”.

EL ESPÍRITU DE SAM PERALTA

“Tengo un tema con el recordado Sam Peralta, que siempre lo quise hacer y nunca lo habíamos podido realizar y él tenía la idea de que algún día lo íbamos a grabar. No había grabaciones del tiempo de Sam. Pero sí está impreso en la armonía y en algunas palabras de lo que compusimos entre los dos”.

“Está la palabra de Sam, está la intención de Sam. Tal es así, que la zamba tiene una parte cantada, y otra es netamente improvisación y va el estribillo. A esto lo hicieron escuchando José Filippi y Marcos Castro. Lograron hacer esos solos que hacía el Sam y el final tiene un estribillo muy importante”.

“Está presente el espíritu de Sam. Yo he hablado con los amigos, con la mamá, y sí, esa zamba es de Sam. Está netamente identificado. Y eso es lo que busqué. Encontrarle una identidad netamente piquense ante todo, y pampeana. En las composiciones como en la poesía”.

“Ana Viglianco es otra genia que describe el paisaje y el hombre. Lo tiene re claro y lo expone continuamente en todas sus letras. Héctor Fuentealba hizo un Triunfo sobre el Atuel. Que es nuestra intención: que eso finalmente sea un triunfo de una vez por todas. Mauricio Panero también. Rescató una poesía de Heraldo Hernández muy bonita, escrita en décimas hace muchísimos años, que se llama “Y cuando me vuelva viejo” donde él ya como preanuncia que la muerte estaba a orillas del siglo”.

“Heraldo siempre tuvo esa impronta de que algo tenía con la muerte –recordó Miguel-. Él la nombraba continuamente, o la ponía continuamente en sus poemas. A partir de lo que él escribía, aparecía la muerte”.

“Hay composiciones del año ’70 más o menos, que son las que fui rescatando, las que me habían ido quedando de primera instancia, como “Del otro lado”, “Siesta”, “Agosto”. Esos fueron los primeros”.

LA MIRADA DE JUAN JOSE SENA

Miguel recuerda también lo que le dejó el inmenso poeta y escritor. “Escribí bajo la vigilancia en la mirada de Juanjo en la poesía, que siempre me cuestionaba algo y me ayudaba. Yo, agradecido. Hubo algo que me dijo y que lo respeté toda la vida. Él me dijo:” Miguel, vos querés escribir?” Si, le dije. “Leé primero”. Yo tenía 17, 18 años. Y tenía razón. Yo empecé a leer. “Leé todo. Lo popular, pero también lo académico. Te va a servir”.

“Y yo le hice caso –reafirmó-. Tal es así, que el tema que identifica el disco, que es “Del otro lado”, yo le había puesto de título “Del otro lado de las vías” y él me hizo sacar ‘de las vías’. “Por qué del otro lado de las vías? Dejalo que los demás lo discutan. Vos exponelo. Cuál es tu lado? Este, donde nace el día y donde sale el sol. Dónde es? El Este. Exponelo desde ese lugar, no del otro lado de la vía. Del otro lado, simplemente. Sino, vos mismo te estás limitando”, le recomendó con justeza el recordado vate.

“Y después en otro tema, “Agosto”, que habla de nuestro Agosto de aquellos tiempos, que cuando era joven era viento y tierra, mi mamá me decía ‘Se llevó el pueblo p’al sur, mañana viene y lo trae del sur y lo pone de nuevo acá en el norte’ y el viento corría como si fuera dueño de todo. Y a raíz de esa característica, yo le había puesto “Pobre agosto”, y Juanjo me dice: Por qué pobre? Si agosto no es pobre. Agosto es un mes más, y tiene tantas cosas bonitas. La savia está en el piso, está por levantarse la savia y ya estamos próximos a la primavera. No le digas ‘pobre’. Él me decía que la culpa era de algunos políticos que han utilizado agosto como un mojón: ‘Si pasamos el agosto…’”, y en algunas creencias populares también, si pasás el agosto, que es el mes más duro”.

DEL ALERO AL FUTURO

“Yo empecé primero tocando en Peña El Alero. Empecé bailando, porque mi fuerte era bailar. Bailaba en el Grupo Estable de Peña El Alero. Un grupo muy bello donde aprendí muchísimo: Los Labradores, Heraldo, Las Voces del Chañar… Y yo toqué con todos ellos. Con Alfredo Guerra, con Heraldo, con Gloria Fernández, con Graciela Angiono, con Hugo López, con Carlitos Figueroa, con Alejandro Botero, con Cacho Murno. Y después he formado distintas agrupaciones con Alejandra Reyes, Jorgelina Mansilla, Jesica Peralta. He tocado con todos ellos, gracias a dios”.

“De las agrupaciones que he formado, la más fuerte de todas fue cuando un día decidimos con Marcos (Cabrino) formar algo nuevo, buscar alguna intención nueva, renovar con instrumentos que no eran los convencionales para el folklore”.

FOLK 4

“Entonces decidimos formar Folk4: Beto Esperanza en la percusión, Sam Peralta en las teclas, Marcos Cabrino en el bajo, y Miguel Touceda en la guitarra. Pero a la vez estábamos trabajando con Gloria, éramos los músicos de Gloria. Gloria Fernández y Folk4. Fue lo que más me identificó, lo que más me sirvió. Eso fue en los años ‘80. En el ‘83 grabé con Gloria en Buenos Aires en el estudio Melopea, de Lito Nebbia, recién inaugurado. Grabé un tema con ella, solamente en viola”.

“Después pasaron por ahí Carlitos Rodríguez, Luisito Scansetti, el negrito Hugo De Dios y después se fue mutando, fuimos mucho a Cosquín con Adrián “Limón” González en la percusión y Daniel Gonzáles en el bajo, yo en viola y Sam en teclados. En una oportunidad llevamos el saxo de Eugenio Bidone. Eso fue lo más fuerte que yo hice”.

“Después formamos otro grupo instrumental  “Indú Pikén”, que era un grupo muy bonito: ‘Bicho’ Somoza, Luisito Grego, ‘Machingo’ Sánez. Después formamos "Nuevo sol", Mauricio Panero, ‘Coco’ Sánez, ‘Machingo’ Sánez, Guillermo Giacinti, Miguel Touceda”.

“Y la última formación fue Trigal. Ahí yo empecé a cantar, porque yo siempre acompañaba. Hacíamos algún coro o con Folk4 hacíamos algún corito con Sam, el que cantaba era Daniel. Empiezo a cantar arriba del escenario con “Trigal”. Decidieron formar un grupo vocal con dos chicos del coro de José Ataún. José nos tira una idea. Acá tenés un tenor, un barítono y un bajo. Con esas tres voces ya teníamos un acorde formado. Yo tenía idea de lo que era un acorde, pero nunca lo había ejercido. Y empezamos a cantar”.

“Y recién ahora empecé a cantar solo, porque muchos chicos de ‘La Machada’ principalmente me decían: “Miguel, cantate algo solo, si vos podés cantar algo solo. Dale.” Y empecé a cantar solo en algunas invitaciones al escenario con algunos amigos, pero nunca salir a cantar solo”.

“Y ahora, con esta intención, y con esta nueva propuesta, que tengo que llevar adelante yo, la voy a tener que cantar yo y la voy a cantar yo. Con mucho compromiso lo estoy haciendo, porque la intención mía no es entrar en lo comercial, porque me va a ser muy difícil, primero por los 70 años que tengo. Para salir a defender un producto, vos sabés lo que tenés que hacer para defender un producto. Tenés que multiplicarte, ir acá, ir allá”.

“Una de las cosas que me favoreció muchísimo es que los músicos jamás me cobraron nada para grabar, y la grabación me salió el costo. Entonces lo pude pagar y lo pude hacer.  Mi intención –y se lo comuniqué a todos los músicos-, es dejarlo en lugares que sirva como disparador, como espacio donde puedan investigar, donde se pueda buscar algo. Dejarlo en las bibliotecas, -que ya lo he dejado-  en las escuelas (son 300 discos físicos) y las radios, algunos medios de comunicación”.

“Va a servir para la difusión, pero no voy a ponerlo para la venta. Porque no se lo voy a vender a dos y a tres se lo voy a regalar”.

“El video de la presentación del disco está genial –se entusiasmó Miguel-. Lo pusimos antes de empezar la presentación y del otro lado lo canto yo solo con la viola, con un montón de imágenes.  En eso me da una enorme mano el ‘Pato’ Sebastián Gómez Huinchinao, que me ha ayudado muchísimo en lo que es redes y en lo que es composiciones gráficas”.

UNA SORPRESA EN EL ESCENARIO

Está claro que es el momento de cosechar lo que ha sembrado. El pasado 26 de noviembre, cuando presentó el disco en “La cantina del Pela” -9 y 116-, en medio de una de las canciones lo fueron interrumpiendo, casi molestándolo, hasta que a su pregunta: “bueno, ya está?”, le dijeron que sí, descubriendo una gran placa sobre la pared del escenario, que ahora lleva su nombre.

Ya tiene propuestas  de presentarse en “La Quimera”, en Intendente Alvear, en “Rey de Copas”, en Toay y en Santa Rosa en el Centro Cultural El Amanecer.

"DEL OTRO LADO"

“Del otro lado” es un disco físico grabado en La Hoguera Records que contiene 12 temas: Del otro lado (Miguel Touceda), Agosto (M. Touceda), Atuel (Héctor Fuentealba, M. Touceda), Y cuando me vuelva viejo (Heraldo Hernández, M. Touceda), Sombras azules (Ana Viglianco, M. Touceda), Siesta (M. Touceda), Fantasía (Sam Peralta, M. Touceda), Niña azul (Ana Viglianco, M. Touceda), Caminos (M. Touceda, Mauricio Panero), Lecho de ausencia (Ana Viglianco, M. Touceda), Cieguita de los hacheros (M. Touceda), Tardecita de silencios (Ana Viglianco, M. Touceda).

A la hora de los agradecimientos, allí, en el arte gráfico del CD, el cantor recordó “a todos aquellos que, desde mis inicios con la música, me enseñaron, apoyaron y alentaron a componer mis propias canciones. El camino de los sueños fue largo, con tropiezos, pero siempre rodeado de bellas personas y presagios. Hoy, junto a mis afectos, puedo decir: aquí está todo lo que recibí y así lo doy. Gracias la vida que me ha dado tanto…”