Este jueves, con la presencia de 14 testigos, se desarrolló la segunda audiencia del juicio oral y público que se le sigue a 14 ex policías por el delito de sedición. Entre ellos figuraron el ex ministro de Gobierno, Leonardo Villalba; el ex subsecretario del área, Ricardo Torres; el ex jefe de la Policía, Ricardo Baudaux; y el actual subjefe, Héctor Osvaldo Lara. De los citados, solo no concurrió el comisario Héctor Alem.
De acuerdo a la acusación del fiscal general, Guillermo Sancho, “el 11 de diciembre de 2013 –casi sobre la medianoche– existió una toma violenta y hostil de la Jefatura, el Centro de Control, Operación y Monitoreo Policial (Cecom) y la Dirección de Comunicaciones, para arrancarle al Poder Ejecutivo Provincial”, según una serie de medidas que habían quedado reflejadas en un petitorio presentado horas antes.
Imputados
Los imputados son Fernando Alberto Rolhaiser, Diego Hernán López, Guillermo Julián Giménez, Daniel Narciso López, Carlos Daniel Gatica, Luis Horacio Bruno, Carlos Aníbal Mendibe, José Luis Furriol, Marcelo Ormaldo Cisneros, Jeremías Martín Salvatierra, Luis Rodrigo Wiggenhauser, Roberto Germán Mora Bartolomé, Pablo Orlando Montes y Silvio Norberto Rojas. A éstos dos últimos, además, se los acusa también de daño y coacción.
Declaración de Héctor Osvaldo Lara
El primer testigo fue el actual subjefe de Policía quien actuó como intermediario entre el gobierno y los policías, ya que fue quien acercó la propuesta salarial que permitió destrabar el conflicto. El mantuvo contactos con ambas partes durante todo el día 12.
En ese momento Lara estaba retirado de la fuerza y, según explicó, intervino por un pedido ocasional que le hicieron dos ex suboficiales en la zona céntrica de la ciudad.
“Me preguntaron si conocía a alguien y si podía interceder porque el diálogo estaba cortado. Por eso fue que llamé al subsecretario Torres. Yo había pasado a la madrugada, después de una cena, y observé un clima tranquilo, con mujeres y chicos sentados frente a la Jefatura”, indicó.
Testimonio de Ricardo Baudaux
Luego fue el turno del entonces jefe de Policía. Afirmó que los hechos ocurrieron en un contexto nacional de levantamientos policiales en otras provincias.
Señaló que el comisario Eloy Rodríguez, que era el jefe de servicio de la Jefatura, fue “agredido física y verbalmente” y otros dos jefes, Roberto Castro y Francisco Icuza, solo verbalmente.
Baudaux indicó que la toma fue “violenta, no pacífica” y, ante una pregunta de fiscalía, aseveró que la línea telefónica de emergencia 101 estuvo fuera de servicio desde los últimos minutos del día 11 hasta las primeras horas del día 13.
El ex jefe de la Policía señaló que los acuartelados se hicieron de patrulleros y que, por esos días, los comerciantes habían hecho llegar su temor porque entendían que sus patrimonios corrían riesgos. Incluso recordó que la noche anterior, “por la decidida actuación policial y de la Justicia” se frenó una tentativa de saqueo del supermercado La Anónima ubicado sobre la calle Pilcomayo.
García Ongaro pidió la incorporación como prueba de un informe del Cesida indicando que en esos días se registraron llamadas al 101. “Yo no dije que el 101 no funcionó, sino que no se atendieron llamadas. De hecho el gobernador (Oscar Mario Jorge) me contó que había llamado y no lo atendieron”.
Testimonio de Villalba y Torres
El ex ministro, Leonardo Villalva, y el ex subsecretario de Gobierno, Ricardo Torres, coincidieron en señalar que en las horas previas mantuvieron una reunión con autoridades de la fuerza y recibieron como respuesta que no estaban dadas las condiciones para un autoacuartelamiento.
También se refirieron al encuentro que mantuvieron a las tres de la madrugada, en la Jefatura, con un grupo de manifestantes. Ambos coincidieron en mencionar a Bruno, Mendibe, Furriol, Wiggenhauser y Giménez como los participantes de la reunión. Torres agregó un sexto apellido, Garrido.
Villalva afirmó que la principal preocupación del gobernador Jorge era que él no fuera retenido en el edificio. Dijo que había policías que “llevaban armas en la cintura” y que el clima era de “exaltación y fulgor”.
También que fue recibido por la policía Susana Rosane, quien se presentó como “vocera de los sublevados”. Torres sostuvo que “no fuimos bien recibidos”, habló de un “ambiente complejo”, calificó la negociación como extorsiva y confirmó que el servicio del 101 quedó desafectado.
Ambos ex funcionarios remarcaron que sus interlocutores les dijeron que se estaban produciendo saqueos en la ciudad y que ellos les pidieron que depusieran su actitud y les dieran tiempo para brindarle una respuesta a sus reclamos, ya que no tenían facultades para responder los doce puntos del petitorio pues había cuestiones que debían resolverlas el gobernador y la Legislatura.