El joven kinesiólogo se encontraba jugando un partido de pádel con tres amigos, cuando de pronto cayó desplomado en la cancha, ante el estupor y la desesperación de sus compañeros.

El joven Amione fue trasladado al hospital local, donde los médicos le realizaron maniobras de reanimación durante una hora, sin resultado, anotándose la hora de su muerte a las 21 del domingo.

Como debía establecerse la causa de su repentino fallecimiento, en el caso intervino la justicia piquense y la policía provincial, aunque desde un principio se sospechó de un infarto agudo, es decir, nada que pudiera permitir sospechar de una muerte que no fuera natural.

Así lo confirmó este lunes el fiscal Guillermo Komarofky, quien precisó que Sebastián Amione, de acuerdo a la autopsia realizada, “murió por muerte súbita debido a una falla cardíaca”.

Pero tan lamentable como el fallecimiento del joven kinesiólogo, que originó natural conmoción en el pueblo, fue el trato que recibieron los familiares poco después, por el modo descuidado con el que se manejó la policía para trasladar el cuerpo.

Vecinos y allegados de la familia Amione relataron a este diario que no causó poca sorpresa que para trasladar al joven fallecido apenas unas horas antes, arribó a la localidad una camioneta que tenía enganchado detrás un carro de chapa, a bordo del que se colocó el cuerpo.

La familia y los amigos, como es lógico, se acercaron al hospital local en silenciosa vigilia. Su estupor fue in crescendo cuando advirtieron que el chofer policial que habían asignado a la tarea, era muy inexperto para dar marcha atrás y sacar carro y camioneta.

Durante varios interminables minutos, los vecinos observaron que el uniformado no podía sacar el vehículo, porque el carro amenazaba impactar contra los laterales, y frente a la impericia y la nerviosidad del hombre, esa sencilla maniobra se convirtió en otro motivo de indignación y dolor.

Los presentes advirtieron también que al salir, el chofer de la camioneta tomó el rumbo equivocado para salir del pueblo, y debió retomar y pasar de nuevo frente al hospital, oportunidad en la que no vio el badén allí existente, e hizo “volar” camioneta y carro con el cuerpo, para mayor desesperación de los atribulados testigos.

No terminó allí la peripecia de la familia. Más tarde les fue comunicado que la autopsia no se podría realizar hasta la mañana del lunes, ya que al parecer no había médico forense de turno hasta las 8 de la mañana de hoy.

Sebastián Amione era hijo de Sergio “Pelusa” Amione, un recordado piloto, cuyo nombre lleva desde 2016 el autódromo de la localidad. Falleció en un accidente ocurrido en ese trazado, al volcar su vehículo de carrera. La madre de Sebastián es una reconocida docente.

Sebastián había viajado a Australia, y al regresar comenzó a desarrollar su labor profesional en Arata y General Pico.