Profundo pesar por la muerte del pianista Humberto Somoza (73), conocido como “Bicho” o “Beto”. A lo largo de su carrera, recorrió los escenarios más importantes de La Pampa y centro del país. En diálogo con MaracóDigital.net, el maestro Alberto Pellizari lo recordó como “un gran amigo” que “a los 15 años empezó con la música en el grupo Los Diablos”.

Además de los diferentes grupos y orquestas, Somoza dedicó gran parte de su vida a la docencia. “Pasó por la Escuela de Luján, Vértiz, Rucanelo y también tenía su propia academia”, recordó Pelizzari.

En la actualidad, continuaba con las clases particulares en su Instituto Musical de calle 27 y también participaba del “Ciclo de Cuerdas y Vientos” de la Municipalidad de General Pico, tocando el teclado junto al Maestro Pelizzari en la Orquesta Típica “Maracó”.

Un poco de la historia de Humberto Somoza

Humberto Enrique Somoza fue un pianista que respondía a los apodos de “Beto” o “Bicho” desde siempre, desde que era un chico, por eso no le molestaba; al contrario, así era reconocido y querido por la gente.

Beto nació en General Pico el 19 de marzo de 1945, cursó sus estudios primarios en la Escuela 57 y el secundario en el Colegio Normal e Instituto nocturno Carlos Lubetkin. Pero simultáneamente a su actividad de estudiante, pasaba horas en el conservatorio aprendiendo de la profesora Velia Giacinti de Gurini, hasta que dejara la enseñanza y luego de las hermanas Elba y Elsa Brown.

En principio su sueño fue aprender a tocar el bandoneón, pero luego se inclinó por el piano, siendo el precursor del órgano electrónico en General Pico, ya que fue el primero en incorporar ese instrumento en un conjunto orquestal, dentro del territorio de La Pampa.

En sus primeros años, solía tocar en las propaladoras locales, en la de don Celso Acebedo interpretaba música auspiciado por Costantino Hermanos y lo hacía desde el piano de Susana Acebedo, la hija de don Celso, y en otras oportunidades en Peña “El Alero”. Aquí hacía música folklórica y en ese ínterin fue convocado por Hermes Acáttoli para reemplazarlo en la Orquesta Marabú, conjunto que interpretaba varios ritmos y se la denominaba como Orquesta Típica y Característica. La dirigía entonces “Tito” Ducaghini.

Luego en los años 1963/1964, pasó a integrar la ‘Orquesta Rítmica Beltramino’, de la localidad de Eduardo Castex, dirigida por Domingo Beltramino. Continuó tocando en la ‘Orquesta Godo’, de Rivera (Bs. As.). El nombre de la Orquesta se debía al apodo del director, el señor Diógenes Moscoso. Con esta agrupación acompañó a cantores de nivel nacional como “El Negro” Argentino Ledesma y Rolo Lezica, voces que entonces brillaban en la noche de Buenos Aires, con orquestas como la de Alfredo D’Angelis o Juan D’Arienzo.

Siguió en la ‘Orquesta Los Duende’ y ‘Príncipes del Tango’, este último era un conjunto Cooperativo que contaba entre sus integrantes a Humberto ‘Robito’ Marietti, Horacio ‘El Gringo’ Paissani, Nélson Boggino y Raúl Teves entre otros, según el trabajo de la Junta de Historia Regional "General Pico".

Un año alejado de la música y el regreso

En el año 1966 llegó el llamado al Servicio Militar, y pasa un año alejado de las orquestas locales, pues lo debió cumplir en Bariloche. A su regreso formó parte de la “Orquesta Jazz Tropical Los Diablos” y luego en el “Quinteto Típico Latino”, que fue precisamente la primera agrupación en incorporar un órgano electrónico a la provincia de La Pampa, tal como ya fue adelantado. En esta orquesta permanece tocando hasta el año 1971. Es para destacar que formaron una buena porción del espectáculo ALAS Publicidad, aquella empresa que manejaba don Arturo Alberto Cestino y era parte, (en ese momento), del Certamen Argentino de Belleza.

Beto nunca se quedó quieto, por mucho que los conjuntos se hayan ido desarmando por distintas situaciones y es así que forma parte de la Orquesta Los Diamantes en los ritmos Típica y Jazz, entonces dirigida por René Ruiz, hijo de Bismark Ruiz que había fallecido en el accidente que le costó la vida también a otros integrantes de la Orquesta Splendid. En ese conjunto, y bajo la batuta del maestro Alberto Pellizari (violín), tocó con Juancito Pérez en el bandoneón y Juan Carlos Sarán al contrabajo, cantando Raúl Ferrari. Es para destacar que cuando toma la dirección Alberto Pelizzari, el conjunto debió cambiar el nombre.

Ritmo de Tango

Pero como General Pico fue siempre de mucha gente abierta a la música, se formó la orquesta “Ritmo de Tango”, también la integró junto a Osvaldo Alori, Francisco Rivero, “Mani” Genaro, cantando en este grupo Oscar “El Turco” Arp, Raúl Ferrari, Wadal Tomaselli y “El Flaco” Ruiz.

En 1978 se produce otro cambio, e integra el “Grupo Visión”, al que luego le cambiarían el nombre por el de “Jazz Santana” que era dirigido por el uruguayo adoptado como píquense/pampeano, Walter Riveiro, hombre que se casara con una joven de General Pico, dando al pueblo varios hijos que son excelentes músicos. Uno de ellos formando el “Grupo Vocal Utopía”.

Aquí se produce un año sabático por parte de Humberto Somoza, para regresar luego integrando la “Orquesta Trenel”, realizando viajes a Buenos Aires con dicha formación. La misma estaba integrada por “El Gallego” García, “Cacho” Bambini, “Tito” Pellegrino y él en el piano. Además sabían tocar en la orquesta “Calculín” Méndez y Sergio Balduzzi haciendo algunos reemplazos. Con esa orquesta estuvieron en el Centro de Residentes Pampeanos en Buenos Aires, actuando además en la Peña de Villa Constitución.

A partir de este momento, Humberto comenzó el período más largo con Orquesta y es con la Típica de Alberto Pellizzari, formación con la que en 1990, acompañaron a Oscar Arp al Festival de Cosquin. Formaban la agrupación Juancito Pérez Medina, el mismo Pellizzari, Julio Roldán, Fernando Moiraghi, Arnoldo Molina y él en el teclado. En 1991, acompaña a Tito Herrera, además de cumplir con participaciones en la Orquesta Trenel, para continuar con el Grupo Tango junto a Juancito Pérez, Jorge del Campo y Mario Bonassera, y la voz de “Willy” San Martín.

El folclore

En 1989 habían armado un grupo de folclore, que estaba integrado por “Nucho” Vergara, Miguel Touceda, Luis Grego y Adalberto “Coco” Zanes, el mismo se había armado para el aniversario de la Peña El Alero, pero a raíz de esto se fue gestando lo que en poco tiempo más fue y sigue siendo “El viejo Galpon”. Por supuesto que hubo más gente en esta tarea que quedó terminada sobre ese año y el siguiente.

Beto se encontró con grandes figuras de la radio y televisión porteña. Alguna vez pasó Enrique Dumas por la vieja confitería “El sulky”, donde él también actuara y fuera la primera tanguería de importancia que se hizo en General Pico. Junto a Alberto Paéz, “Nucho” Vergara, Franco Nicolini estuvieron en el festival de Baradero y agrega que lleva 40 años tocando junto a Alberto Pellizzari. Acompañó a Mario Bonassera cuando este formara su Orquesta Típica.

También formó, parte de “Los Reyes del Ritmo”, con Abel Leto y Julio Ré y hasta alguna vez estuvo presente Sebastián Díaz. Entre tanta gente a quien acompañara con su piano, se puede nombrar a Roberto “Tito” García y su voz, Oscar Pons, bandoneonista de General Villegas y la lista no termina aquí, muchas fueron las figuras locales, de la provincia y de otras provincias que solicitaron su acompañamiento.

“Dejar una semilla”

Pero no todo fue Orquesta la noche y viajes, también hubo que pensar en un futuro y además dejar semillas para que la música continúe. Es así como en 1990 comienza con esa labor de enseñanza en la Escuela Nuestra Señora de Luján, luego la “Escuela Hogar Nº 140” de Rucanelo y la Nº 41 de Vértiz que era de jornada completa, hasta que en 1998 queda como Maestro titular en Nuestra señora de Luján. Desarrolló actividades de enseñanza musical en el Colegio Chapeaurrouge, siendo además el primer maestro de música del Colegio Ciudad de General Pico, jubilándose finalmente en el año 2010 en Nuestra señora de Luján.

Simultáneamente a todas sus actividades, Beto enseñaba música con su propio Instituto Musical. Primero enseñaba a algunos alumnos en forma particular y a domicilio, pero en 1992 definitivamente lo hace en su Instituto, con 25 años de actividad. También fue vicepresidente de la Agrupación de Músicos Piquenses, actualmente disuelta.

Entre los años 1990 y el presente, han pasado más de dos mil alumnos por su academia, con resultados diversos: Algunos se encuentran trabajando con su propia academia, otros como maestros en distintas escuelas de la provincia, e incluso de provincias limítrofes.

Tuvo profesoras afiliadas en varias localidades vecinas. En Trenque Lauquen por ejemplo, la dirección de la academia la tenía la Profesora, señora Anabella Perrota de Colombatti, en la localidad de Trenel estaba a cargo la señora Rossana Torres de Hernández y en Eduardo Castex la Profesora Amalia Alcalde de Guardamagna hasta su retiro, pasando a ocupar ese lugar la Profesora Norma Campana de Castro.

Por Héctor Pérez Farías, con datos de Ricardo Rosales y charla con Cristian Rodríguez, de la Junta de Historia Regional General Pico.