En su quinta participación, Kevin Benavides (Honda) se convirtió en el primer argentino y sudamericano en ganar en motos, la categoría reina del Dakar, en la segunda edición disputada en Arabia Saudita, que contó también con una destacada actuación de su hermano Luciano.

Benavides fue cuarto en 2016 en su espectacular debut, segundo en 2018, quinto en 2019, y 19º el año pasado, en el aterrizaje de la prueba en Arabia Saudita, debido a una rotura de motor en la sexta jornada, y a la penalización por cambiarlo. Entonces fue su compañero estadounidense Ricky Brabec el que levantó los brazos en el podio final.

"Gané etapas, estuve tres veces en el podio, mi trabajo fue muy bueno... El desierto saudí me gustó porque es muy diverso, muy bonito, muy grande, y permite hacer un buen proyecto de Dakar a futuro", dijo hace un año Benavides, sobre un aprendizaje que ha dado sus frutos.

Y el futuro fue a corto plazo para el mayor de los Benavides, que cumplió 32 años el 9 de enero. Luciano, de 25, también dio que hablar en su debut con el equipo oficial Husqvarna. Situado en el Top-10, se vio obligado a retirarse el martes por una caída. Tuvo que ser trasladado en helicóptero al hospital de Tabuk, con una lesión en el hombro derecho.

Ese mismo día Kevin ganó la novena etapa, pero no estaba contento. Además de la retirada de su hermano, se cumplía un año del fallecimiento del piloto portugués Paulo Gonçalves durante la carrera. "He querido atacar y mantenerme concentrado para dedicar la victoria a mi amigo", dijo.

Nacido en Salta, Benavides comenzó a competir con sólo nueve años, convirtiéndose rápidamente en una referencia regional en enduro, la disciplina que convierte el motociclismo en un rally a campo abierto.

El salto internacional le llegó en 2009, y no paró de crecer: tricampeón latinoamericano de enduro en las categorías junior, E2 y scratch, campeón latinoamericano de enduro E3 en 2014, primero en el Dakar Series Desafío Guaraní en 2015.

Y un año después, su bautismo en la gran carrera, en la edición que se disputó entre Argentina y Bolivia. En 2017, cuando ya contaba entre los candidatos al triunfo final, fue baja al sufrir una fractura en una mano a 15 días de la salida.

Benavides, aficionado al ciclismo, llegó a la presente edición con la moral por las nubes, tras ganar el Rally Andalucía en octubre. "Estoy muy bien físicamente, y voy a dar el 100% trabajando día a día, para lograr el sueño de ganar el Dakar", fue su declaración de intenciones antes de comenzar.

El miércoles, el chileno José Ignacio Cornejo, también con Honda, se retiró tras una caída, lo que dio de nuevo el liderato a Benavides, con una sensación agridulce por la retirada de su compañero.

Y este viernes, Benavides por fin se subió al escalón más alto del podio, tras un largo y fructífero viaje. De Salta a Yedá, siempre arriba de una moto.

(Ámbito.com)