Para conocer la historia detrás de la icónica frase “¿Qué gusto tiene la sal?” hay que remontarse al año 1969 en la ciudad de Mar del Plata. Allí, el humorista tenía un departamento donde solía pasar sus vacaciones y visitar las playas de Las Toscas.
En ese escenario, una tarde, mientras descansaba en el mar, Balá se encontró con un niño que jugaba en la arena y le preguntó con su habitual carisma: "¿Está lindo el mar, no?".
Pero, al principio, el chico no respondió. Balá insistió. "¿Qué gusto tendrá el mar?", le preguntó. Sin embargo, el chico seguía sin prestarle atención.
En el último intento estuvo la respuesta, cuando el humorista dijo que el mar tiene gusto a sal, pero le preguntó al niño "¿Qué gusto tiene la sal?", y el nene finalmente contestó: "Qué gusto va a tener la sal ¡salado!".
Aquella respuesta le provocó tanta gracia y le resultó tan ocurrente, que tiempo después la incorporó a sus shows y presentaciones. Con el paso del tiempo, se volvió un ícono, una marca, un sello: era sólo cuestión de que Carlitos Balá preguntara "¿Qué gusto tiene la sal?", para que un coro de voces respondiera los gritos: "Salaaaaada".