Reconocido en la región cuyana por su labor como dramaturgo, docente y productor, Uano se hizo cargo del INT a principios de febrero, cuando nadie podía prever la aparición de la Covid-19 y el cierre de las salas. En diálogo con la agencia oficial Télam, analizó la situación de la actividad en el marco de la pandemia.

Gustavo Uano analizó desde su casa en la ciudad de Mendoza que “aunque sea por un bien mayor, la cuarentena pone distancia entre el artista y su público y la actividad se ve afectada profundamente porque la teatralidad se ve imposibilitada de producirse”.

“El recurso económico no se genera dada las características propias de la actividad, y si a eso se le suma la incertidumbre de no saber cuándo acabará la restricción, el panorama es poco alentador", continuó.

¿Cómo pensás que seguirá esta situación?

Los diagnósticos iniciales que trazamos comenzada la incipiente crisis quedaron obsoletos. Siempre pensábamos en un escenario de parálisis por un par de semanas, similar al de la anterior crisis que provocó la gripe aviar.

¿Cuál es la situación de la escena independiente, que siempre parece ser la más desprotegida?

El teatro independiente es la mayor parte de la producción teatral del país, al que siempre distinguimos del teatro comercial, mantiene o sostiene su economía por diferentes vías, de las cuales varias son precarias e informales; básicamente la taquilla, alguno que otro sponsor y el aporte del Estado municipal, provincial o nacional.

El porcentaje de cada una de estas fuentes varía en cada caso, pero en la mayoría de ellos es la taquilla la que conforma el ingreso genuino; sino el mayor, por lo menos el inmediato y es el que cubre los gastos del día a día de todas las partes de la estructura teatral.

Fuera de los apoyos oficiales, ¿qué pasa con su actividad?

Hay una dinámica en el proceso creativo que se ve muy afectada. Me refiero a todo lo concerniente a la organización y planificación de las actividades y que si bien no depende exclusivamente de recursos económicos, sí son recursos que requieren planificación. En estos momentos se están desarrollando varios censos de actividad en todo el país para determinar el impacto del lucro cesante que se ha generado.

¿Cómo afecta la cuarentena en esa planificación?

El teatro es un hecho colectivo en el que el trabajo individual constituye una parte. La cuarentena lleva al hacedor teatral ya sea éste actor, director, escenógrafo, gestor o en mi caso particular, director ejecutivo del INT, a redoblar ese esfuerzo individual en pos de resguardar, preservar y proteger lo colectivo. Además, hay que tener en cuenta que la vuelta a la actividad va a ser por demás difícil. Creo que los espacios oficiales y sus elencos tienen una ventaja de cobertura estatal, por sobre la actividad independiente.

Frente a un panorama por demás complejo y a diferencia de los últimos años, el Consejo de Dirección está saludablemente activo y cohesionado para, por un lado, normalizar el funcionamiento de la institución, y por el otro poder atender esta situación extraordinaria.

Además de la circunstancia de la Covid-19, ¿cuáles son las previsiones del INT?

El INT puso en marcha el plan Podestá (Preservación Operativa de Espacios y Salas de Teatristas Argentinxs). En la primera etapa pudimos relevar lo que teníamos registrado en sistema en formato colectivo: salas o espacios escénicos, elencos y grupos, producciones, eventos y festivales. Luego comenzamos un relevamiento mucho más amplio a nivel federal, identificando parte de la demanda que había quedado sin ser asistida. Con esa información se nutre el corpus de la segunda etapa más descentralizada, que acabamos de aprobar en las reuniones de Consejo que llegamos a celebrar.

¿La escena independiente está encuadrada en esos planes?

El teatro independiente es un luchador tenaz, que se adapta, resiste y enfrenta las crisis con un profundo sentido humano y solidario. Desde el INT acompañamos ese esfuerzo aplicando políticas activas para que los beneficiarios se sientan contenidos y puedan contar con los recursos asignados lo antes posible.

¿Cuál es tu opinión del teatro transmitido por la web?

La actividad teatral en su conjunto y en todas las variables que ofrece, requiere un espectador presente para que el hecho artístico se complete; estamos hablando del fenómeno denominado "convivio". Sin embargo, la herramienta de los entornos virtuales está cada vez más disponible y no tiene por qué competir con el teatro. Es un terreno que estamos explorando, junto con los elencos que lo están implementando. A la vez que estamos analizando la forma de apoyarlas, estamos lanzando un "Concurso Nacional de Actividades Performáticas en entornos virtuales y redes sociales" especialmente diseñado para que los teatristas de diversas disciplinas puedan producir o compartir sus creaciones en cuarentena; me refiero a disciplinas como el teatro callejero, circo teatro, danza teatro, títeres, etcétera.

¿Es un buen recurso la venta de entradas a futuro?

No tenemos todavía un relevamiento preciso que permita analizar la efectividad de esta mecánica, ni en la respuesta del público ni en relación a los ingresos, pero es muy efectiva la difusión de las producciones en este entorno, además funciona muy bien la mecánica de gorra virtual. Y es una estrategia más de financiamiento y autogestión de los proyectos.

¿Existe algún plan del INT para que la Fiesta o los festivales pasen a ser online?

Aún no contemplamos esa posibilidad; queremos encontrarnos con nuestros públicos. Tenemos la esperanza latente que la pandemia sea pronto controlada y pase a engrosar el listado de los momentos tristes de la historia del mundo. Para ello intentamos mantener encendida la llama del teatro para que cuando al fin baje la marea, podamos juntos salir nuevamente a propagar la pasión por las artes escénicas.