MIÉRCOLES 24 de Abril
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  DOMINGO 12/05/2019
Emotivas palabras de Néstor Zubeldía para recordar a Jorge Langus y despejar dudas sobre su muerte
“Los proyectos de Jorge eran de vida, mucha y buena”, aseguró el sacerdote. “Deslizan hipótesis con mucha liviandad y poco asidero, sin pensar en chequear la infomación”, cuestionó.

El viernes por la tarde, la Obra Salesiana de Bernal informó sobre la trágica muerte del cura Jorge Langus. “El fallecimiento se produjo en un accidente ferroviario. Todavía no tenemos mayor información, pero suponemos que el accidente sucedió en medio de una de sus habituales caminatas”, escribieron en el sitio oficial de la Congregación.

Al poco tiempo, por el mal uso de las redes sociales, e incluso algunos diarios digitales, comenzó a ponerse en duda la teoría del accidente que se cobró la vida del recordado Jorge Langus.

Este domingo por la noche, el sacerdote Néstor Zubeldía escribió unas emotivas palabras de despedida en la red social Facebook y también dejó entrever su malestar por esas afirmaciones que circularon.

El texto de Néstor Zubeldía:

“Podrían haber dicho que hace tiempo que en las vías no funciona ninguna campanilla que advierta de la llegada del tren, de esas que en las noches silenciosas, se escuchaban desde nuestra casa a más de dos cuadras...

O que a sus ochenta recién cumplidos, Jorge tenía dificultades auditivas, que motivaban alguno de los estudios médicos que pensaba realizar en estos días de estadía en Bernal, que también aprovechaba para visitar amigos y familiares...

O que desde hace tiempo, incluso en los fríos intensos de la Tierra del Fuego, donde había vivido varios años hasta diciembre pasado, no dejaba prácticamente pasar ni un día sin hacer largas caminatas...

O que tenía planes y proyectos, muchos, para ayer, para hoy, para mañana, para los próximos años, con listas de visitas por hacer, de viajes y de libros por escribir...

O incluso se podía haber aprovechado a recordar que hay que ser cuidadosos a la hora de cruzar las vías, mirando bien antes hacia ambos lados, como dicen los carteles que no siempre respetamos, y en lo posible, sin el celular en nuestras manos...

Se podía haber recordado que los trenes de ahora no son los de los años cincuenta en que Jorge vivió en Bernal como estudiante secundario, o de los setenta cuando vivió como estudiante universitario o de los noventa, cuando vivió en la vecina comunidad de Don Bosco... que ahora los trenes van más rápido y son a la vez más frecuentes y silenciosos...

Pero si la muerte cotiza para la prensa, e incluso para los chimentos de barrio, lamentablemente el suicidio vende más, y entonces se deslizan hipótesis con mucha liviandad y poco asidero, sin pensar en chequear la infomación o en el sufrimiento de los familiares cercanos o en la imposibilidad de la víctima para defenderse...

Lo que tantas veces vi o escuché acompañando a personas que pasaban un trance parecido ante la muerte de un ser querido, ahora nos tocó vivirlo bien de cerca.

Quien en lugar de acompañar con palabras o gestos, ante todo quiere saber, saber todo, saber ESO, que te preguntan en general sin preguntar...

Quien cuando tenés que peregrinar por morgues y comisarías, con trámites que en días así parecen interminables, pretende que dediques esas horas cruciales a dar explicaciones a los curiosos o a refutar a la prensa amarilla.

Preferiría destinar este tiempo a comentar, como otros lo están haciendo y tan bien en estos días, cómo vivió Jorge y algo de lo mucho que hizo en sus años de educador, de MAESTRO, así, con mayúscula, de salesiano, de catequista, de animador, de cura en medio de niños y jóvenes, en el patio o en el campamento, a lo largo y a lo ancho del país, en sus distintas funciones y en los lugares en los que se desempeñó, que tantos recuerdos y anécdotas nos han dejado. Pero hay que dedicar tiempo a explicar cómo murió o a poner en duda cómo dicen que murió.

No tengo los elementos para negar absolutamente la hipótesis del suicidio. Tampoco soy, ni lo pretendo, experto en estos temas. Sí, tengo, de hace tiempo, de los últimos días que compartimos con él durante sus visitas de este año a Bernal, y sigo acumulando en estos días en tantos diálogos con sus amigos (gracias, Julián y familia Ricci!) y familiares, muchas hipótesis para pensar que los proyectos de Jorge eran de vida, mucha y buena.

Que descanses en paz, querido Jorge! Gracias por todo lo que nos diste! (Gracias, Gustavo Mahon, por la foto!)”.

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