Entre tristeza y nostalgia por verlo así con la sequía en primera persona que te golpea todos los sentidos con una cachetada de arena.
Tristeza por verlo así. Nostalgia por cómo lo ví y disfruté alguna vez, en verano, bañándome en sus aguas.
Disfrutando su zigzagueante recorrido entre el desierto pintado de tamariscos, pasando por el pequeño pueblo, dándole vida, como le daba a todos los que bañaba desde su entrada pampeana en el Puente de Los Vinchuqueros, al norte de Santa Isabel, hasta bien entrado el territorio pampa.
Caminé cada mañana por su lecho desde el Puente Viejo hasta el final de la zona de acampe. Y en ese lugar están, como testigos ineludibles, los cardos rusos, sinónimo de sequía, acorralados contra el alambrado dando muestras de un presente desolador que amontona angustias.
En la Fiesta del Río y de la Barda, la reconocida artista nacional Roxana Carabajal se sumó al pedido pampeano desde el escenario, prometiendo llevarlo como reclamo en sus giras nacionales.
Ella lo vio con sus propios ojos y el impacto la invadió como a cualquier turista que pasa por Algarrobo dejando huellas y jugando a la pelota en el piso salitroso y seco donde antes reinaba el agua.
El fuerte viento oesteño, la arena, la sequía dejan rastros en su geografía.
Los cardos rusos son plantas originarias de España que llegaron con los conquistadores, y que se adaptan perfectamente a las zonas áridas. Árido: justamente lo que no es un río.
Ahí están, para las fotos, entre ramas otoñales, mostrando 𝐞𝐥 𝐝𝐨𝐥𝐨𝐫𝐨𝐬𝐨 𝐲 𝐜𝐫𝐮𝐝𝐨 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐀𝐭𝐮𝐞𝐥 𝐡𝐨𝐲 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐬𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐧 "𝐞𝐥 𝐫𝐢́𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐜𝐚𝐫𝐝𝐨𝐬".
GERARDO ALAINEZ - Productor audiovisual pampeano