Carlos “Chuña” Albín fue no sólo “bombisto” y cantor del grupo folklórico. Siempre fue su presentador, el que tenía la palabra rápida, el que hacía el chiste justo y amenizaba entre tema y tema, conectando de inmediato con el público por ese don que suelen tener unos pocos, de lograr una comunicación fluída con el público desde el escenario.

La fría crónica necrológica dice que Carlitos Albín murió el martes pasado a los 63 años, tras una enfermedad que no pudo superar.

Edgardo Hernández, su amigo y compañero de ruta en “Las Voces del Chañar” aceptó recordarlo como en sus mejores épocas y durante el diálogo con MaracóDigital.net, repasó los comienzos del trío y recordó algunas anécdotas.

Carlos Albín, “el Chuña” para todos, fue uno de aquellos tres adolescentes que fundaron Las Voces del Chañar en 1972. Tenían 16 y 17 años y en apenas dos o tres años se habían hecho conocidos y comenzaron a cantar por todo el país.

EL TRIO

“Era una muy buena época para el folklore”, recuerda Edgardo Hernández, el otro fundador de los “Chañares” junto a Albín y Néstor Iglesias, éste último ya fallecido hace varios años.

“En los años ’74 y ’75, cantamos en La fiesta del Caldén de Pico Fútbol y tuvimos la suerte de hacer muchos contactos y de salir elegidos para ir a Cosquín a cantar un tema del catamarqueño Roberto Ternán”, con tal éxito que pudieron extenderse con otros temas que interpretaban y que les valió salir en los diarios de Córdoba e iniciar una serie de presentaciones que los llevaron a casi todo el país, Chile y Brasil.

Durante varios años “Las Voces” fueron Albín, Hernández e Iglesias, hasta que éste comenzó a  tomarse algunas pausas durante las que lo reemplazó Miguel Touceda, hasta que Iglesias abandonó el grupo y fue cuando se incorporó Daniel Luna, quien permaneció por unos 30 años con Hernández y Albín.

“El “Chuña” hacía unos 6  o 7 años que se había alejado. Andaba con problemas en una pierna y tuvimos algunas diferencias que lo hicieron enojarse y lo llevaron a decidir alejarse del conjunto. Pero no dejamos de ser amigos. Siempre fuimos muy amigos, él era el padrino de uno de mis hijos y yo soy padrino del suyo”.

“Hubo mucha amistad entre nosotros. Te imaginás, fueron muchos años. El “Chuña” era un bohemio total y como tal, un amigo de fierro. Sufrimos mucho los dos cuando se produjo la separación”, recordó.

“Nos conocíamos todos los tiros… por la forma de hablar… para cantar. Para cantar nos mirábamos y ya sabíamos lo que íbamos a hacer aunque ese tema no lo hubiéramos cantado nunca”.

LA VOZ

“Siempre fue tercera voz y bombo. Pero realmente era “la voz” del conjunto. Tenía una voz muy particular. Una noche, en Pehuajó, donde participábamos del Festival del Pago Hernandiano, salimos a comer algo y pasamos por un boliche bailable y había un grupo tocando temas de Los Linces. El cantor de Los Linces tenía un registro muy alto y el “Chuña” lo imitaba y llegaba. Lo empezamos a “pinchar” para que subiera, que le íbamos a decir al presentador de la orquesta que lo invitara. Lo hicimos y le dijeron: bueno, un tema te vamos a dejar hacer… Subió y después no lo dejaban bajar…no sé cuantos temas tuvo que cantar!”

“Después fumó mucho, tomó, nunca se cuidó para nada. Y las dos contras grandes para el canto son justamente el alcohol y el cigarrillo. Y el “Chuña” era un amante de la noche. Yo siempre cuento anécdotas y me emociono, pero siempre digo que vivió a mil, a full”.

“Ya estaba enfermo hacía tiempo. Lo llevaron dos veces a Buenos Aires para hacerle un trasplante de hígado. Una vez no era compatible el órgano y la otra no sé qué pasó y lo hicieron regresar. Estaba en su casa, pero ya estaba muy delicado”.

A los 46 años de su fundación, “Las Voces del Chañar” siguen cantando. Hace apenas unos días se presentaron en un festival en Dorila. El grupo está integrado hoy por Edgardo Hernández, Santiago “Chaico” Coronel, Julio García y Julio González.