Un hombre de 50 años falleció en Toay cuando trabajaba en una quinta de la calle Pecho Colorado al 800, casi esquina con Santa María, en la que realizaba tareas de mantenimiento. Se estima que el deceso ocurrió durante la mañana del lunes, pero el cuerpo sin vida del trabajador recién fue hallado a las 17, cuando la familia propietaria del inmueble llegó al lugar.
La situación fue macabra
El cuerpo sin vida del hombre yacía en el fondo de la piscina. Desesperados, los dueños de la quinta llamaron a la Policía y al Servicio de Emergencias Médicas, que nada pudieron hacer para salvar la vida del infortunado trabajador. Desde la comisaría de Toay aseguraron que el jardinero llevaba tres años visitando esa quinta para realizar tareas de mantenimiento, como cortar el césped y pasar el barrefondo, entre otras tareas, según informó La Arena.
La hipótesis más firme a la que arribaron los investigadores está ligada con la enfermedad que el fallecido padecía desde hacía tiempo: epilepsia. Creen que sufrió un ataque y cayó al agua. Estaba solo en el lugar ya que tenía acceso al patio de la vivienda, pues era conocido de los dueños y le tenían confianza como para permitir que ingresara y saliera del lugar con su propia llave.