Allí, Cazenave planteó una serie de errores en el diseño y remodelación de una parte de la avenida Circunvalación. Planteó tres aspectos graves en el rediseño.
“Llevo alrededor de 40 años como vecino de la Circunvalación en el tramo que va desde el Casino Club hasta las vías. El primer aspecto diría que es el menos grave, hace directamente a lo personal y vecinal. Desde que algún urbanista, a mi juicio trasnochado, decidió levantar el muro divisivo entre las dos manos de la avenida, el ruido, al no tener expansión hacia los lados rebota y se ha incrementado en un grado terrible”, expresó y aseguró que es fácilmente comprobable con un decibelímetro.
“El segundo aspecto es ya más serio y hace a los cruces de la avenida”, continuó. “No sé quién la diseñó, pero me parece que es absurdo que tenga cruces cada 400 metros o más. Eso obliga a quienes deben cruzar la avenida, diríamos en criollo, a bolear la pierna. Son varias decenas de personas las que lo hacen y son muchos los que se caen, especialmente personas de edad. Algunos de ellos ni siquiera esperan a que pasen los coches, por lo cual, cuando han traspasado el muro quedan pegados a él y los coches pasan muy, muy cerca. Las caídas son frecuentes, no son extrañas, yo las he presenciado y una simple aplicación de la ley de probabilidades nos está indicando que en algún momento va a haber un accidente grave. De hecho en el tránsito vehicular ya los hubo, por la misma causa, incluso con muertes”, puntualizó.
El tercer aspecto que planteó Cazenave y el más grave, tiene que ver con la disposición de los semáforos que regulan el tránsito. “Basta que abra uno, por ejemplo el de Pueyrredón y avenida Circunvalación, para que todos los vehículos se precipiten a velocidades excesivas para llegar o no a tiempo al próximo semáforo que se ubica en las inmediaciones del Casino”, remarcó.
“Una mención aparte merecen los camiones. Vehículos de 20, 30 y 40 toneladas que transitan a toda velocidad”, dijo y agregó: “Personalmente medí frente a mi casa 20 metros y con un cronómetro tomé el tiempo que transitaban en hacerlo. Quedé asombrado y asustado: un camión de 40 toneladas llegó a transitar a 108 km/h”.
Cazenave aseguró que ese camión necesitaría para frenar de manera más o menos adecuada alrededor de 100 metros.
También advirtió la peligrosidad de que por esa zona transiten cada día una media docena de camiones tanque transportando materiales inflamables.
“Son un peligro potencial y lo fundamento: años atrás estuve haciendo unos cursos de perfeccionamiento en España. Mientras yo estuve, un camión que transitaba por un área de poblamiento muy similar al que estoy citando, explotó. Nunca se supieron bien las causas, pero sí lo que se supo es que por la explosión se produjeron alrededor de 300 muertes. Ante la circunstancia me temo que queda abierta esa posibilidad”, finalizó.
(DiarioTextual)