El jueves 27 de enero se apagó la vida de Blas Antonio Martínez. Un amigo llegó a su quinta, sobre calle 21 pasando el predio de la Sociedad Rural, y lo encontró sin vida.
Tras conocerse la noticia, la comunidad de General Pico lo recordó con mucho cariño.
Durante muchos años, tuvo su kiosco y agencia de quiniela en calle 10 esquina 5. En la última etapa de su vida, se dedicó a la huerta, y cosechaba excelentes productos en su quinta.
Pero también, quizá para algunos desconocidos, Blas "La Vieja" Martínez incursionó en los primeros años del béisbol en la ciudad, y así lo recordó uno de sus amigos. "Y un día te fuiste. Tu corazón, demasiado grande y demasiado generoso, dijo basta. Pero estoy seguro que no fue por cansancio, ya que esa palabra no estaba en tu diccionario", manifestó Juan Carlos Pregno.
"Donde sea que estés, seguro te recibieron tus amigos del Béisbol, deporte que te atrapó por y para siempre a través del gran Ricardo Cano. Junto a Mingroni, Robla, Villaló y alguno más, seguro estarán jugando un partido para tu llegada".
"Vino 'El Vieja', vino 'El Vieja'... que vaya de segunda base. "Vieja", apodo que te ganaste por ser el más grande y el más protestón del equipo. 'El Corto' Milano fue el autor, Mariqueo te hacía calentar... Pero el gran "Quito" Pregno era el que más te hacía enojar", memoró.
"R. Cesán te defendía; para él eras Blasito. Yo (Juan Carlos Pregno) era muy chico, pero también entrenaba con ustedes y jugaba de filder derecho. Como pasan los años, querido amigo...", agregó.
Para finalizar, Juan Carlos Pregno recordó que en agosto de 2018 hubo un reencuentro de jugadores de 1964. Aquel sábado, hicieron un asado en Cultural Argentino, y Blas Martínez compartió la mesa con Oscar Mariqueo (radicado en Comodoro Rivadavia), Luis Boetti (en Buenos Aires), Rubén Sesán (bioquímico de Eduardo Castex), Juan Carlos Pregno (General Pico), Francisco “Corto” Milano, Alberto René “Kito” Pregno, “Pajarito” Rosetto, Willy Tamagnone, Carlos Robla, Carlos García, Rubén Diván y “Fito” Managó.
Ese día se volvieron a juntar luego de mucho tiempo. Incluso, había compañeros que llevaban casi 50 años sin verse. Durante varias horas compartieron anécdotas de aquella época, cuando comenzaron a jugar en la Escuela 111 y luego en Sportivo Independiente.