La historia, tremenda, ocurrió hace casi tres años en Brasil. Micheli Scholosser tenía 25 años, y protagonizó un polémico acto durante el juicio por intento de femicidio contra su pareja, quien le había disparado a ella misma cinco veces durante una discusión.

Frente al juzgado, donde el agresor era imputado por violencia de género, la víctima pidió la absolución de su novio: "Ya pagó su error y estoy segura que no lo volverá a hacer. Siempre me trató muy bien".

Tras su declaración, la mujer pidió permiso al juez para abrazar y besar a Lisandro Rafael Posselt, que en ese momento tenía 28 años. La víctima declaró ante la Justicia: "Yo lo provoqué. Nunca me había agredido, siempre fue muy bueno conmigo”, dijo.

Rafael Posselt fue condenado a 7 años de prisión domiciliaria, cinco por intento de homicidio y dos por posesión ilegal de arma, porque no tenía antecedentes penales. Desde agosto de 2019, Posselt fue detenido, y pasó todo este tiempo en prisión preventiva.

Cuando en 2020 la justicia anunció la sentencia condenatoria por la cual el hombre no irá a la cárcel, la mujer aplaudió. "Nunca se vio nada igual", dijo en ese momento el fiscal de la causa, Pedro Rui. "La relación era de celos enfermizos de ambos lados, y de violencia. La mujer tuvo una suerte increíble de estar viva. Las balas todavía hoy están alojadas en su cuerpo ", graficó.

Los disparos le dieron en la cabeza, en el brazo izquierdo y en la espalda. Antes del intento de femicidio, no había denuncias previas por violencia de género. "El día anterior al hecho, él la había amenazado con matarla. Y dijo que luego se suicidaría", agregó el fiscal.

Según la narración del juez João Francisco Goulart Borges, la mujer afirmó durante el juicio que quiere casarse y vivir el resto de su vida con el hombre que intentó matarla.