Excelente representación que no extingue vidas, sino que se funda en: el talento, el arte, el mérito, el esfuerzo y muchísimos más buenos valores que el deporte saca de las personas, generando momentos bellos, alegres e inolvidables.

A veces me pregunto, con más deseo que intelecto, si nuestro entusiasmo desmesurado con el fútbol no será una rémora inconsciente de aquella gesta libertadora que nos hizo Nación, y que hoy podríamos canalizar en progreso y crecimiento.

Quiero pensar en esto, tal vez con ingenuidad, más con franca sinceridad, y de ese modo, intentar desenmascarar los falsos discursos de los que siempre quieren apropiarse de manera egoísta y avasallante, de ese sentimiento espontáneo de los ciudadanos, para usarlo con fines de manipulación política y electoral.

Qué lindo sería capitalizar el Título del Mundo y ese sentir nacional que hoy nos envuelve a todos, para UNIR a la SOCIEDAD y comprometerla en una gesta de LIBERACIÓN verdadera, que tenga como meta el desarrollo y la erradicación de la marginalidad y la pobreza, poniendo en práctica cotidiana y permanente estos valores futboleros, como el talento, el arte, el esfuerzo y el mérito colectivos, abrazando la honestidad y el juego limpio, cómo valores supremos y fusionados entre el deporte y la vida de cada día.

Con estas premisas es difícil generar grietas, porque los mediocres estarían siempre en posición adelantada: fuera de juego.

(OM)