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  LUNES 30/09/2019
Abandonaron a su hija adoptiva porque aseguran que no es una niña, sino una “enana psicópata”
La historia con tintes literarios conmueve a los Estados Unidos. La madre asegura que la adopción fue una estafa.

Estados Unidos está conmovido por la historia de Michael y Kristine Barnett, una pareja conocida públicamente por su compromiso con los niños con dificultades del neurodesarrollo que la semana pasada fue acusada de negligencia grave, tras abandonar a su pequeña hija adoptiva de sólo 11 años en un departamento de Lafayette, mientras ellos se mudaban a Canadá.

De acuerdo con la noticia que difundió el Washington Post, la pareja, actualmente divorciada, no niega que hayan abandonado a la niña de origen ucraniano a su suerte, después de dos años de haberla adoptado, pero sostienen que ella no es realmente una niña, sino una adulta que finge serlo.

La policía de Indianápolis confirmó que la niña, que fue legalmente adoptada, sufre de un trastorno del crecimiento óseo que provoca enanismo. Pero la madre acusada, Kristine Barnett, de 45 años, conocida en los medios de comunicación locales por trabajar incansablemente por el desarrollo intelectual de uno de sus hijos con autismo, declaró que emplear el término "niña" para describirla era inexacto.

Ella sostiene que la adopción fue una "estafa" y que la niña era una psicópata diagnosticada y mayor de edad al momento de la adopción. Sin embargo, su exesposo, Michael Barnett, de 43 años, contó una historia diferente. Dijo que para él la niña no era mayor de edad y que cuando la dejaron en Lafayette, su esposa le aconsejó que le dijera a la gente que tenía 22 años, si es que alguien la interrogaba.

Ella sostiene que la adopción fue una "estafa" y que la niña era una psicópata diagnosticada y mayor de edad al momento de la adopción.

Antes de que estallara el escándalo, los Barnett eran conocidos por el caso de uno de sus hijos, Jake Barnett, a quien le habían diagnosticado autismo a los 2 años con un pronóstico desalentador: nunca podría hablar ni tener relaciones sociales.

Pero después de que Kristine lo estimulara con clases particulares en su casa, Jake logró ingresar a la Universidad a estudiar matemáticas. Su madre escribió artículos y libros sobre esta historia de superación, sin que nadie supiera, hasta la semana pasada, la verdadera historia de su hija menor adoptiva.

El matrimonio había adoptado a una niña discapacitada nacida en Ucrania en 2010, quien se sumó a la vida familiar junto a sus tres hijos en una casa suburbana al norte de Indianápolis, como detalló el Washington Post.

De acuerdo con la investigación, los registros judiciales muestran que los Barnetts intentaron en repetidas ocasiones determinar la edad exacta de la niña. En junio de 2010 un médico estimó que tenía 8 años. En 2012, otro médico dijo que probablemente tenía 11 años, un año más de lo que se pensaba anteriormente.

Pero ese mismo año la pareja fue a un tribunal de sucesiones de Indiana y cambió legalmente la edad de su hija a 22 años.

Las autoridades aún no han explicado cómo pudieron hacerlo, pero Kristine Barnett le dio al medio local Wish-TV una copia de un documento donde otro médico determinada que la fecha en el certificado de nacimiento de la niña era "claramente inexacta", ya que ella tenía los dientes y las características sexuales de un joven adulto.

Ni la justicia, por ahora, ni el medio que la difundió, lograron determinar la autenticidad de la carta, la cual sostiene además que la niña "ha hecho una carrera para perpetuar la fachada de su edad".

El mismo documento afirma que la niña había sido internada en un hospital psiquiátrico y diagnosticada con trastorno de personalidad sociópata en 2012 y que, después de esto, admitió que tenía más de 18 años.

En 2013, la familia decidió mudarse a Ontario, Canadá, para que su hijo con autismo Jake, que ya tenía 15 años, tomara clases en el prestigioso Instituto Perimeter de Física Teórica en Waterloo.

Por esa misma época, la hija adoptiva de los Barnetts le dijo a la policía que sus padres le alquilaron un departamento en el centro de Lafayette, cerca de la casa de la Universidad de Purdue.

Michael Barnett dijo a los detectives que él y su entonces esposa pagaron el alquiler del apartamento, pero no proporcionaron ningún otro tipo de apoyo financiero. La niña, o adulta, fue desalojada en mayo de 2014 por no pagar el alquiler.

Ese mismo año, los Barnetts solicitaron el divorcio. Actualmente su hijo Jake sigue en Canadá, cursando un doctorado en gravedad cuántica en el Perimeter Institute, pero tanto Michael como Kristine han regresado a Indianápolis.

En septiembre de 2014, la Oficina del Sheriff del condado de Tippecanoe rastreó a su hija adoptiva a instancias del director de una escuela que había planteado inquietudes.

Según los registros médicos citados en la declaración jurada, habría tenido 12 o 13 años en ese momento en el que la abandonaron. Legalmente, sin embargo, estaba a mediados de los 20 años.

Lo que sucedió en los años intermedios también es un misterio y es motivo de investigación. Aunque se presentaron cargos a principios de mes, ninguno de los Barnetts ha sido detenido o procesado, por ahora. La historia promete nuevos capítulos reveladores.

(La Nación)

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