JUEVES 25 de Abril
JUEVES 25 de Abril // GENERAL PICO, LA PAMPA
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  DOMINGO 20/11/2016
El tipo se ganó una rifa de la Cruz Verde
JUAN ZETA (Entrega 23)
El tipo agarró de los pelos a Jesús y, entre insultos, lo sacó de allí. Jesús se fue vistiendo a medida que transitaba el pasillo, empujado por la furia de el tipo, rumbo al salón.

El amigo estaba por entrar cuando ellos cruzaron la puerta.

_ ¿Qué pasa?, preguntó.

_Pasa que nos vamos, respondió el tipo buscando la salida.

_ ¡Jesús, volvé pronto!, gritó una de las chicas que no alcancé a divisar.

Jesús no respondió, ni siquiera se había resistido a la irritación de el tipo. Jesús estaba muy borracho.

El mono matón les abrió la puerta y los tres bajaron las escaleras. Jesús perdió el equilibrio y bajó diez escalones con la cara.

El tipo sintió deseos de dejarlo tirado en la calle, pero lo levantó y dijo:”Va a ser un largo viaje de regreso”. El viejo amigo abrazó fuertemente a el tipo, el tipo le aplicó más fuerza al abrazo.

_Quiero que nos encontremos para hablar y no te olvides que sólo nos pertenece lo que somos capaces de dar. Que el amor es la única ley verdadera y que el miedo, la duda y la culpa son los únicos pecados, dijo el amigo.

_ Lo voy a recordar siempre y te prometo que pronto nos vamos a ver, dijo el tipo que agarró a Jesús por debajo del brazo. Juntos cruzaron la plaza rumbo a la estación; el amigo volvió a entrar en el paraíso.

Ya arriba del tren, Jesús reaccionó un poco y miró a el tipo que no lo miró.

_La pasé muy bien este día. Gracias, dijo Jesús.

_No tenés nada para agradecerme, si sabía que iba a ser así te dejaba encadenado en casa, dijo el tipo sin ocultar su molestia.

_Hermano…

_ ¿Qué querés ahora?

_ La gente ya no se acuerda de mí. Ya no soy su Dios, ya no soy su Mesías, ya no soy su Salvador. Quiero volver a serlo, quiero que me sigan, quiero que me adoren, dijo Jesús.

_Quedan dos opciones, o te crucifico de nuevo o empezás otra vez de cero, le dijo el tipo.

_ ¿Y cómo hago?

_ Depende. O te parás en el medio de una plaza como el pastor al que cagaste a patadas o conseguís mucha plata y entrás por la puerta grande.

_ ¿Me explicás eso último?, se interesó Jesús.

_Con plata podés hacer varias cosas. Comprás a los primeros fieles, comprás un par de actores que hagan de ciegos, de paralíticos o lo que quieras y los curás. O sea, comprás milagros. Después comprás un espacio en televisión y en radio para publicitar tus poderes, alquilás un cine, lo llenás de luces, de música, brindás un show con palabras, canciones y falsos milagros y empezás a sacarle la plata a la gente. Es un buen negocio el de la fe. También podés crear una línea telefónica para milagros. Sí, esa es una buena idea. “Cero ochocientos - milagros” o “cero seiscientos - Dios”, te podés llenar de guita con eso. Ahora se pesca con redes sociales, dijo el tipo.

_ ¿Me ayudás?, dijo Jesús, entusiasmado con la idea de ser famoso, rico, poderoso y con más de doce seguidores.

_ ¡Ni en pedo! Nunca tendría un cliente como vos.

El tren frenó en la estación de Liniers, los dos bajaron y caminaron hasta la casa de el tipo. Jesús apenas si podía andar, el tipo lo cargaba como lo había hecho unos meses atrás, sólo que esta vez sin la cruz pegada.

Llegaron a la esquina de la tintorería, desde allí el tipo la vio a ella sentada en el cordón de la vereda. Lo dejó a Jesús apoyado a un árbol y corrió a su encuentro. Ella lloraba y temblaba; no hacía frío.

_ ¿Qué te pasa?, preguntó el tipo.

Ella se colgó de su cuello,  se apretó contra su pecho y entre sollozos dijo: “Mi amor. ¿Dónde estabas? Llegué recién de lo de mamá y me encontré con la casa hecha un desastre. Tengo miedo. No entiendo que pasó.”

El tipo la agarró de la mano y fueron hacia la casa.

La puerta de entrada estaba en el suelo hecha añicos, el televisor estaba encendido en un canal de noticias, en la habitación de el tipo había una pila de libros quemados que todavía largaba humo, en la habitación de Jesús no estaba la cruz, tampoco los clavos ni la corona de espinas. Todas las paredes de la casa estaban decoradas con cruces verdes pintadas con aerosol.

El tipo conocía ese símbolo. No hacía frío pero un frío le corrió por la espalda.

_ ¿Qué pasa?, preguntó ella.

_Podrían haber agarrado el picaporte primero, la puerta estaba abierta. No había necesidad de romperla así. Ya no se respeta nada en este mundo, dijo el tipo tratando de desviar el tema.

_ ¿Es lo único que tenés para decir? ¿Qué pasó? ¿Por qué está todo pintado con cruces verdes?, quiso saber algo más, ella.

_ Fueron ladrones, sólo unos ladrones con aspiraciones de pintores. Son cruces verdes como podían haber sido círculos rojos o pececitos azules, mintió el tipo que ya imaginaba lo peor. “No te preocupes, andá hasta el quiosco y traé algo para tomar, después acomodamos un poco este despelote”.

Ella salía, Jesús entraba, el tipo miraba algo en la televisión que confirmaba que lo que se había imaginado hacía unos segundos era una realidad.

El televisor estaba preñado de imágenes sangrientas, se veía a un tipo mutilado de traje rojo. El locutor repetía una y otra vez: “Pastor evangelista fue torturado y brutalmente asesinado en un baño de la estación de Once”.

_Te están buscando, le dijo el tipo a Jesús que estaba parado a su lado.

Jesús le dio un papel que había encontrado sobre la cama y le dijo: “No, no es a mí a quien buscan. Te están buscando a vos”.

“Yo mantengo que el hombre que mora acá debe ser castigado por haberse probado debidamente que es un hereje apóstata de nuestra Santa Fe Católica, dogmatizador y enseñador de errores de nueva, falsa, dañosa, escandalosa doctrina en ofensa de Dios Nuestro Señor y de su Santa Madre Iglesia. Debe ser castigado por sus errores heréticos y contra la fe. No se puede tener piedad ni compasión para quien cínicamente finge santidad <so especie de impecabilidad>”, rezaba la nota que remataba en un sello con una cruz verde.

_Esto es por haberte resucitado, te quieren muerto otra vez. Te están siguiendo, le dijo el tipo a Jesús.

Jesús le arrancó el papel de las manos y le dijo a lo Poncio Pilatos: “Leé bien. No es conmigo la cosa Yo no tengo nada que ver”

El tipo esta vez ni lo puteó.

 

Comentarios
 
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 23/11/2016 | 17:32 Hs
Enviado por Raul
Martina cambia de colegio si todos tus profesores son iguales. Podrían expresarse tranquilamente en el medio que pública la estupidez y no decirte que tenes que leer. Eso decidilo y aprendelo vos. Si estos docentes son lo Normal no es raro que termines de estudiar sin comprender texto. Formate por fuera de esos docentes que te van a deformar. Con esto no estoy defendiendo a Zeta, estoy avergonzado de la educación que estás recibiendo.
 
 22/11/2016 | 22:06 Hs
Enviado por Estelita
Perdónalos Zeta, no saben lo que hacen...ya resucitarás entre los muertos
 
 22/11/2016 | 14:21 Hs
Enviado por Ariel
MD.Net: Te sorprendería saber la cantidad que lee... pero es tu elección: estás a un clic por si o por no. Saludos.
 
 22/11/2016 | 02:42 Hs
Enviado por Martina
Voy al colegio normal y ya los profes nos dijeron de este tipo y las estupideces que escribe ! Tendria que ser politico !! Porque ., Muy lejos esta de la ingenieria !
 
 21/11/2016 | 13:20 Hs
Enviado por lectora
La transgresión siempre resulta interesante. Pero esto es más como un atropello. Creo que es lo que Zeta busca. No era necesario así. Yo paso. Uno es libre de escribir y otro de leer.
 
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