JUEVES 18 de Abril
JUEVES 18 de Abril // GENERAL PICO, LA PAMPA
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  LUNES 01/08/2016
El tipo tiene nuevo huésped
JUAN ZETA (Entrega n° 7)
Los primeros destellos del demorado día se filtraron por una ventana, hasta ese momento el tipo estaba a ciegas. Acostumbró sus pupilas y notó que el paisaje de la casa había mutado.
No estaban las facturas impagas al lado de la puerta y la colección de botellas de alcohol había desaparecido. El piso no estaba limpio, estaba desnudo.
Se dirigió nuevamente a Jesús y le dijo: “¿Esto lo hiciste vos? No empieces a hacer chistes malos que te devuelvo a la iglesia”. El cigarrillo le había quemado los dedos.

Se levantó del suelo, despojado de obstáculos, agarró al Cristo en la cruz que estorbaba el paso y lo arrastró hasta su habitación.

La puerta estaba abierta, el tipo notó un bulto sobre la cama pero no se extrañó, siempre su cama había sido como una fosa común.

Jesús ya había pasado un brazo dentro de la habitación cuando el tipo oyó un débil quejido, su lógica paranoia lo alteró pero era ella acostada en su cama.

En ese momento entendió por qué la puerta de entrada estaba abierta y su llave rota, también por qué el piso estaba transitable mano y contramano.

No tuvo tiempo de pensar; no pudo evitar una dentuda sonrisa.

Ella estaba allí durmiendo en sus sábanas inmundas, ¿o las habría cambiado?

Ella había ordenado un poco la casa.

Ella parecía haberlo perdonado otra vez, una nueva oportunidad, un nuevo horizonte estaba listo para que el tipo lo desperdiciara.

La sonrisa dentuda se esfumó cuando el tipo recordó que estaba sosteniendo una cruz gigante, con un Jesús clavado y robada de una iglesia. Ella no entendería eso, nadie entendería eso, él mismo no entendía eso.

Cerró suavemente la puerta de su cuarto, una bisagra suspiró.

Lo dejó a Jesús apoyado, en la heladera con halitosis, y entró en la pocas veces visitada cocina.

Las botellas estaban acomodadas en prolija fila sobre la mesada, parecían un ejército de cogotudos verdes.

Buscó la botella que había dejado por la mitad; no la encontró. Pero si encontró un cartel sobre la pequeña y desarticulada mesa de la cocina que decía: “No la busques más...

_ ¡Me la tiró y la puta que la parió!, dijo el tipo apresurado antes de terminar de leer la nota que seguía: ..."No, no te la tiré. Está conmigo en la cama, tal vez de esta manera vengas a acostarte. Ya sabés donde encontrarla y donde encontrarme”.

La luz del amanecer, ya adulto, mojaba la casa. Los rayos de sol convergían en el cuerpo de Jesús; el tipo se sintió celoso porque ningún hilo de luz lo tocaba.

_ Te va a venir bien, estás un poco pálido hermano, dijo.

Con otro cigarrillo encendido descansando en la comisura de los labios, pensaba -siempre pensaba mejor dentro de una cortina de humo- en qué hacer con aquel que ahora tomaba sol. No quería que ella lo vea.

La mitad de la casa estaba clausurada, en la otra mitad estaba ella. Decidió forzosamente que era hora de habilitar las habitaciones inútiles; el nuevo huésped así lo demandaba.

Empujó la puerta, pateó la puerta. No se abrió hasta que el tipo le tiró todo el peso encima y ésta cedió. El tipo perdió el equilibrio y quedó estrolado en el piso.

El olor a encierro, a humedad y a muerte, que emanaba de esas dos habitaciones a las que se llegaba por la puerta aporreada, era el mismo de una bóveda cualquiera, de un fulano cualquiera, en un cementerio cualquiera. Un hoyo en una roca, un santo sepulcro para un santo descanso después de un calvario existencial.

Caído, la oyó a ella quejarse otra vez. Pensó que se estaba levantando, se puso de pie como si tuviera un par de resortes en el culo.

Acelerado, agarró a Jesús de un brazo y lo arrastró hasta una de las habitaciones de la catacumba.  Lo tiró sobre una cama incómoda hasta para un faquir, lo tapó para taparlo nomás o tal vez para que no sienta frío y volvió a trabar la puerta.

Al costado de la heladera, dónde hacía un relámpago había estado parado y tomando sol Jesús, había una mancha roja.

Comentarios
 
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 01/08/2016 | 14:51 Hs
Enviado por León
Eso mismo Marta!!!! Enviemos a Zeta a la hoguera por blasfémico, revivamos esas viejas prácticas que la iglesia nunca tuvo que abandonar. Yo ya arranque prendiendo el fuego, estoy atizando las brasas y el jueves aunque no está nuestro guia espiritual HACEMOS UN ASADO EN EL QUINCHO DE SIEMPRE. Lo quemamos a Zeta y nos ahorramos el lanudo que el jurisprudente nunca llevó.
 
 01/08/2016 | 13:59 Hs
Enviado por Pepe
Mi solidaridad hacia Zeta ante el comentario de la sra Marta y hacia otros que ha recibido. Es increíble si fuese el blanco de prácticas anacrónicas. Abrazo y apoyo para vos y tu arte
 
 01/08/2016 | 11:38 Hs
Enviado por Marta
Si es cierto el comentario el escritor va a seguir calumniando a Dios vaya uno a saber hasta cuando. MD no tomará cartas en el asunto o es cómplice de esta brutal demostración de falta de respeto, decoro y buen gusto? Hagamos una cruzada contra estas notas. Ya lo hablamos en la iglesia y el Padre está de acuerdo en impedir estas afrentas.
 
 01/08/2016 | 11:16 Hs
Enviado por Marce
Qué bueno Juan! Ya me enganché mal
 
 01/08/2016 | 01:45 Hs
Enviado por Raul
Todas las entregas del tipo siguen una línea argumental y narrativa. Zeta no busca escandalizar ni herir susceptibilidades fanáticas, eligió un tema, un argumento de lo que a mi modo de ver es una nueva novela. Ya lo hizo con Necroilogica así que sabemos que tranquilamente puede hacerlo. Yo sigo las entregas como capítulos y otros seguramente lo harán salteado como si fueran textos individuales buscando las blasfemias para tirarlo en una hoguera.. Si estoy en lo cierto con que es una Novela hay un error del autor y del medio por no comunicarlo. Los lectores merecemos saber de que se trata
 
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